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—Buenos días—dijo con tranquilidad.

KyungSoo le miró con reproche. —¿Qué estás haciendo aquí? Se supone que tienes que venir a ver a Yoongi en la tarde.

Era temprano, él estaba listo para irse al trabajo, había pasado una noche terrible, eso podía verse a simple vista con las grandes ojeras bajo sus ojos, sus labios resecos y mordisqueados, dejó a Yoongi con Minseok, teniendo lo peor, se sentía miserable y no ayudaba en nada que JongIn estuviera afuera de su edificio.

—Ya lo sé, pero quise venir a ver cómo estabas.

—¿Eso te importa?

—Lo hace.

—Déjame en paz.

—¿Podemos hablar?

—No, ya no tenemos nada de qué hablar, te saliste con la tuya.

—No me salí con la mía, por favor.

—Tengo trabajo. Vete y vuele más tarde.

JongIn mordió el interior de su mejilla, realmente no estaba acostumbrado a rogar por atención, y KyungSoo no se la estaba dejando nada fácil.

—Te llevo al trabajo, también voy por esos rumbos a la empresa. Sube.

Le miró como si se hubiese vuelto loco. —¿Es una especie de broma?

—No, estoy hablando en serio, ven. Hablemos en el camino. Así te aseguras que me vaya de aquí.

KyungSoo casi llora de la frustración, mordió con fuerza su labio inferior, lo odiaba tanto, pero en algo tenía razón, si se iba teniendo en cuenta que JongIn se había quedado fuera de su edificio, tendría una angustia total por todo el día. Asintió, dejando que esté abriera la puerta del copiloto. Se adentro, sin ocultar su descontento e incomodidad.

—KyungSoo, ¿Quién cuida de Yoongi?

—No te importa.

—Para con eso, claro que me importa ¿Por qué no lo cuidas tú?

—Porque tengo que obtener dinero para mí hijo.

Apretó las manos en el volante. —Yo podría darte dinero, tú te quedas con él y ...

—No—interrumpió—. No quiero tu dinero.

—Piensa bien las cosas, Yoongi necesita de su padre.

—Él está bien.

—Mira, entiendo esto, pero la seguridad de mi hijo es más importante.

—Ya te dije que no, además está bien cuidado. Pronto entrará a una guardería cercana a mi trabajo.

JongIn elevó una ceja. —¿Guardería? Yo no creo...

—Lo que tú creas no importa aquí.

—Maldicion ¿Puedes dejar tu actitud? No te estoy tratando mal, sólo estoy preocupado por mi hijo.

—¿Yo te trato mal? Por dios, ¿Y tú?

—Bueno, pues se supone que la mierda aquí soy yo ¿No? Ya lo dejamos claro, pero al menos por Yoongi deberíamos intentar dejar eso de lado.

KyungSoo se quedó en silencio, mirando por la ventana, no podía evitar ser así con él, lo aborrecia, sin embargo, tenía algo de razón, sólo estaban ahí por Yoongi.

—Está a unas cuadras del trabajo.

—Bien—suspiró—. ¿Cuánto es el monto? Yo podría pagarlo.

—No, yo lo haré.

—¿Y si vamos a la mitad? Al menos déjame poner la mitad.

Lo pensó, porque si aceptaba, tendría dinero para meterlo a la guardería y para todo el material que necesitaba, sabía que podía tomar su ayuda, pero el simple hecho de hacerlo le daba molestias. No quería que él se creyera con derecho de nada.

El Tigre Que Rompió Sus Cadenas Por Amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora