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—¿Estás seguro que te encuentras bien?

KyungSoo elevó la vista del plato y sonrió a Lay, quién se encontraba con Yoongi en sus rodillas, mientras le daba un poco de papilla.

—Sí, estoy bien de verdad.

—Te encuentras muy serio—por su tono intuyó que no le creía ninguna de sus palabras.

No quería mentirle, se sentía mal de hacerlo, pero, tampoco quería revivir lo sucedido hace dos días. No estaba listo para eso, sus emociones explotaron, recordaba haber golpeado y gritado a JongIn de una manera atroz, si sus padres o cualquiera de Bombay le hubiese visto, posiblemente habrían hablado muy mal de él. Y lo peor es que no se arrepentía, se sentía liberado, como si necesitara romperse y sacar todo lo que llevaba dentro. Había pasado dos días y él no sabía nada de JongIn, le hacía tener una esperanza de que esté realmente hubiera cambiado de estrategia, abandonando sus planes y la idea de estar cerca de su bebé. No quería a Yoongi cerca de JongIn. Tuvo paranoia, se baño llegando al departamento, porque sabía que apestaba a ese alfa, y no quería que por ningún motivo su bebé lo oliera.

—Estoy cansado es eso, pero, bueno, mañana iré a ver las inscripciones para la guardería de Yoonnie.

—¿Guardería? No me habías comentado, yo puedo ayudarte.

—Ya haces lo suficiente, así que no te preocupes por eso.

—Igual mientras dormías fui a hacer las compras. Yoonnie ya ni tenía pañales.

—Olvidé comprarlos ayer saliendo del trabajo, te pagaré.

—No es necesario, tranquilo KyungSoo, no te estreses tanto, lo que hago es porque los quiero.

Lay estaba siendo una persona excepcional como siempre, tan amable y atento, que le hacía sentir en casa, le ayudaba mucho en cualquiera de sus preocupaciones, y siempre estaba ahí para escuchar sus lamentos, le tenía un gran aprecio. Debido al regreso de JongIn su cortejo había quedado suspendido, pero, KyungSoo, realmente quería acercarse más a él, le gustaba.

—Igual no dejaré nunca de darte las gracias.

Lay negó con una ligera sonrisa. —Te propongo algo, salgamos los tres, hace un buen día.

KyungSoo hizo una ligera mueca. —¿Crees que sea una buena idea?

—Vamos, no puedes esconderte aquí para siempre y eso no es bueno para Yoongi, tú no hiciste nada malo.

Lo pensó por unos momentos, es cierto que desde el regreso de JongIn, había estado actuando muy paranoico, suspiró pesadamente.

—Tienes razón, está bien, vamos a salir.

—Perfecto, ¿Escuchaste eso gatito? Saldremos.

Yoongi rio y aplaudió, siendo mimado por los dos adultos, su bebé sonreía y estaba bien, todo estaba en orden. Podía relajarse.








Hacia tiempo que no se divertía cómo en ese momento, reía mientras Lay intentaba hacer comer a Yoongi aquella zanahoria, su bebé era muy difícil, odiaba las verduras, mucho más si estás estaban enteras y no en su papilla. Tenía la edad para comenzar a comer cosas más enteras, así que le pidieron un plato de verduras con pequeños pedacitos de pollo, su hijo sólo quería la carne.

—...entonces, sino comes esto, no podrás crecer grande y fuerte. Vamos pequeño gatito.

Yoongi frunció los labios en un puchero y negó. —Yoonie come bebé.

—Ño.

Esa era la primera palabra que había aprendido, No, antes que papá, era una situación graciosa, decía esa palabra para todo incluso cuando quería decir si. Siguieron comiendo, pasando un buen tiempo juntos, hablando de todo, Lay siempre le explicaba muchas cosas sobre el país en el que estaban, su historia y costumbres, era diferente a su vida en Bombay, todos los días aprendía algo nuevo y la sensación era increíble.

El Tigre Que Rompió Sus Cadenas Por Amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora