Capitulo 21

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Amber Evans
Al final de aceptar la oferta de Lane de vernos, quedamos en ir a una cafetería un poco más lejos de la universidad ya que ir a la que estaba cerca ya era muy repetitivo y algo aburrido.

Tal vez ahora me vio como una completa tonta por aceptar esto de un chico que me lastimo en el pasado pero el tenia algo que decirme...y yo no iba a perder la oportunidad de escucharlo.

Me puse un suéter rosa de lana, tome mi pequeña mochila y salí de la habitación para verme con Lane, hasta que me tope con Báez en el estacionamiento...rayos, no le había contado que iba a salir con Lane, ¿Y como hacerlo? no podía solo decir "Oye Báez recuerdas del chico que te hable que termino con mi estabilidad emocional cuando tenia 16 años? Pues me voy a ver con el. No podía decir eso, tenia que pensar en algo mejor.

— ¡Hey Amber!— Gritó acercándose a donde yo estaba

— Hola Báez— Le dije un abrazo con una palmadita en la espalda— ¿Qué haces aquí?

— Acababa de llegar de comprar unas cuantas cosas para mi habitación— Respondió mirando mi mochila que llevaba cargando en mi espalda y yo sonreí nerviosa— ¿Vas a salir? ¿Quieres que te lleves?— Pregunto levantando una ceja y yo solo negué con la cabeza.

Con el tiempo que llevaba conociendo a Báez me di cuenta de que a el no se le escapó absolutamente nada y probablemente ya había descubierto que no iba a salir sola y no quería decir con quien.

—No te preocupes, estoy bien así— Respondí

—Okey chica tú mandas, entonces te veré luego.— Dijo despidiéndose con la mano y entrando al lugar.

Estuvo cerca...Báez ya sabia todo lo que había pasado con Lane, sin embargo era un chico orgulloso y no iba a sentirse muy seguro de que yo me viera con Lane después de lo que sucedió hace unos cuantos años. Pero para mi solo era eso...ser muy jóvenes para saber amar a alguien.

Después de unos minutos Lane salió de la residencia encontrándose conmigo en el estacionamiento.
El me guio hasta un carro color gris que se vio impecable por dentro y por fuera, brilló tanto que hasta pudo notar mi reflejo en el. Lane abrió la puerta del copiloto para que yo entrara y después de llegar a su lugar.
El carro por dentro tenia un ligero aroma como a limon que daba una sensacion de frescura.
Me sentí tranquila aunque al mismo tiempo seguía enojada conmigo misma...

—Todo listo...vámonos— Dijo poniendo el auto en marcha.

El tenía la mirada en el camino...y vio algo nervioso o inquieto y supuse que era por mi presencia, ya que jamás había viajado con Lane en el mismo auto de esta manera.
El manejando y yo siendo de copiloto era algo que mi yo de 13 años deseaba con toda su alma y ahora que lo estaba viviendo era extraño sin duda alguna.

—¿Dónde aprendiste a conducir?— Pregunté jugando con mi suéter de lana.

—Mi padre me enseño unos meses después de mudarme a Canadá— Dijo aún con la mirada en el camino.

—Ya veo...¿Y qué tal es Canadá?— Pregunté viéndolo por un segundo y después desviando mi mirada hacia la ventana.

—Increíble, es un lugar hermoso que me gusto mucho en cuanto llegue ahí— Respondió.

Le gusto tanto que no le había importado irse sin mirar atrás...o eso creía yo.
Después de conducir por 20 minutos habíamos llegado al lugar. Era un pequeño restaurante con tema rústico que a simple vista daba la impresión de estar como en una cabaña en el bosque.

Ambos entramos al lugar y una ola de aromas dulces invadió nuestro alrededor.
Nos sentamos en una de las mesas que tienen la gran ventana Justo a un lado para mayor comodidad y como no teníamos tanta hambre solo ordenamos un tipo de malteada de fresa.
Algo muy normal.

Hola de nuevoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora