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CAPÍTULO 7:
Si fuera un hombre.

A VECES PIENSO QUE debí de haber hecho algo realmente malo allí fuera para que me condenaran encerrándome aquí dentro, quiero decir, debí haber matado a alguien importante o haber derrocado a un sistema político entero para ser castigada de esta manera. Esa teoría siempre me suele llevar a otra que indica que entonces todos los demás chicos aquí debieron de hacer algo horrible también, y esa idea no me fascina tanto.

Alby parece haber estado enseñándole al nuevo el Claro, seguramente no le estarán informando de nada, como lo hicieron conmigo. Ahora puedo considerarme a mí misma una experta, llevo más de dos meses encerrada aquí, no creí que duraría más de una semana.

De nuevo el ritual de celebración mensual me agota y me molesta hasta las entrañas, aquí parecen tomarse todo lo que no tiene que ver con el laberinto a risa. Newt no se ha acercado a hablarme en todo el día, ha estado muy ocupado con el nuevo ratón, quien por cierto, no me ha dejado de mirar con el ceño fruncido como diciendo "tú no debes de estar aquí", bueno genio, díselo a quien me puso en esta cárcel.

Estoy sentada junto a George y Jack, hemos terminado de cenar hace rato y ahora todos hablan o ven como Gally se pelea con algunos chicos, la costumbre supongo. No para mí, ni para el novato. Newt parece estar dándole la charla informativa que a mí me faltó en un primer momento, no quiero culparle, tarde o temprano me la ofrecieron con cara de manzana agria. Están dándose una vuelta ahora, el rubio le explica al otro los diferentes trabajos, lo veo porque lo señala. No sé si le habrá explicado que yo abro animales en canal o si se lo habrá ahorrado. Dave, quien se encontraba luchando contra Gally se choca con el nuevo, técnicamente es culpa de Gally porque él ha sido quien ha lanzado a Dave en esa dirección.

Casi le tira, se gira a mirar a Gally, esto va a acabar igual que mi primer día. No sé si me asusta.

—Anda, ¿qué dices verducho?—Cuando Gally empieza a hablar mis células se calientan, es como si tan solo su voz ahora me irritase.—¿Quieres ver de que estás hecho?

—¡Verducho! ¡Verducho! ¡Verducho!—Gritan todos, hasta George.

Agradezco que mi apodo no fuera ese, creo que por ser una chica fueron más respetuosos conmigo, rubia no estaba tan mal ahora que escucho este. Me quedo callada, no grito ni me uno a la fiesta, a veces todos ellos me parecen patéticos, lo suficiente como para colgarme de algún muro del laberinto.
Los chicos se acumulan alrededor y aplauden y gritan. Dios, ¿por que son todos como tan molestos?.

—Vale. Las reglas son estas: intento echarte del círculo, tú intentas durar más de cinco segundos.—Explica Gally.

Tal vez puedo decir que el nuevo tiene agallas, como yo. No creo que todos aquí en su primer día se hubieran enfrentado a Gally como lo hemos hecho nosotros, se le da muy bien pelear, pega fuerte y tiene fuerza bruta, da miedo.

Miro la pelea de brazos cruzados, observando cómo se ríen de él y como Gally lo tumba sin parar. Lo hace comerse el suelo de una manera poco misericordiosa, propio de Gally. Que idiotas son todos.
Me sorprendo cuando el nuevo tumba a Gally al suelo, pero este lo acaba todo haciéndole caer y darse un fuerte golpe en la cabeza. Como el que me...

—¡Te has marcado un Paris, verducho!—Bromea Gally, le miro.

—¿Se supone que debo de reírme?—Pregunto y todo se queda en silencio, algunos por mi comentario y otros por la tardanza del nuevo en levantarse.

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