VIDAS SEPARADAS
II
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«No somos más que el tiempo que nos queda caminando hacia el olvido que seremos»
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T.S
Londres, Inglaterra.
¡Llamen a una ambulancia!
¡Aún están respirando!
El sonido alarmante de las sirenas combinado con los gritos de las personas aturde sus sentidos, su vista es borrosa, siente tanto frío y una angustia insoportable, un dolor que viene desde sus pies hasta su pecho haciéndolo sentirse desesperado por querer moverse, pero no puede.
Su respiración se hace pesada y su cuerpo lucha desesperadamente por aferrarse a la vida, pero es tarde. Sus ojos comienzan a cerrarse y aunque se resiste, es vencido.
Mientras el bullicio de su alrededor se apaga y una inmensa oscuridad lo cubre, sumergiéndolo en un profundo sueño, una mano se posa en su frente, fría y suave, acariciándolo lentamente. Pronto una voz familiar se escucha que hace crispar sus sentidos y mantenerlo aún con vida. Como un susurro lejano que se hacía más claro, y cuando logra oírlo, supo que no estaba solo.
"Quédate conmigo"
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De un sobresalto quedó sentado agarrándose fervientemente el pecho sintiendo su corazón latir desesperado. Su respiración era agitada y ahogada, como si el aire se le acabara o como si por un momento, hubiera dejado de respirar realmente.
Los sentidos en su cuerpo se activan lentamente, pudiendo sentir el escalofrío ocasionado por la humedad y el sudor en su rostro, que pronto empañan sus ojos.
Sus manos temblorosas tocan su semblante y tan pronto como las cubren, las lágrimas caen incesantes por su mejilla.
—Maldición —susurra con pesadez y amargura.
Su mandíbula se tensa reprimiendo los gimoteos del llanto y presiona sus ojos con ambas manos tratando de que las sensaciones, casi reales, se desvanezcan.
Una mano toca su hombro, asustándolo y haciéndolo reaccionar con violencia apartándolo con el brazo, girándose al instante a ver de quién se trata, es Melissa, su esposa, mirándolo absorta.
—¿Izuku?
Él la mira angustiado y no puede dejar de llorar al igual que su cuerpo que no para de temblar, está aterrado, como si algo horrible le hubiera pasado y no puede hablar, solo mirarla con dolor.
—Izuku —lo llama acongojada— Estoy aquí cariño, estoy contigo —lo consuela instintivamente abrazándolo, sintiendo su cuerpo tembloroso y el llanto agonizante de sus pesadillas.
Él se aferra a ella con fuerza, pidiéndole en silencio que no lo dejara, que aún tenía las imágenes de su tormento vivos en su mente, llevándolo a una tragedia que no comprendía porque no lo recordaba.
Habían pasado dos meses desde la última vez de estos ataques nocturnos, y por un momento creyó que se habían disipado, pero solo fue el reposo de un próximo tormento.
Melissa se siente impotente de no poder hacer nada más que sobar su espalda para calmarlo, y sentir su cuerpo frío y tembloroso, mientras escucha su llanto reprimido.
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Memorias Olvidadas
Hayran KurguIzuku ha perdido las memorias de su vida y la razón de su existencia. Katsuki ha despertado de un coma, reviviendo un trágico suceso de su pasado que lo agobia cada día. Ambos no lo saben, pero se han olvidado, viviendo una vida sin sentido y de m...