30 Días LuLaw

Día 1: Tomados De La Mano.

Nota: Tal vez me tarde con las actualizaciones, tal vez sea un día sí y un día no. También que trato de hacerlo lo mejor que pueda y espero que le guste!

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Law estaba en una cafetería cerca de la universidad más grande de la ciudad, conocida como el One Piece porque ahí se reunía a los mejores maestros del mundo y casi todos los libros más cotizados se encontraba en su biblioteca.

Law podía dar fé de eso, porque fue uno de sus estudiante cuando era más joven. Mira la universidad desde lejos, le trae algunos gratos recuerdos y otros no tanto.

Deja su café en la mesa y observa su reloj de color dorado, un regalo de su pareja. Según y le combinaba con sus ojos, hasta Cora-San al mirarlo le dio la razón, al principio se negó a usarlo. Pero al ver como la pequeña cara de su novio se iluminaba, la primera vez que se lo colocó, trato de llevarlo siempre. Lo bueno es que era aprueba de agua y sólo se lo quitaba cuando entraba a la sala de cirugía.

Ve que hace más de media hora ya habría salido el susodicho, pero conociendo al Mugiwara como lo conocía. Era muy probable que se quedará charlando con uno de sus muchos amigos, aunque deja esos pensamientos de lado al verlo por la ventana del Café como se acerca emocionado con su grupo.

— Ya se habían tardado esos idiotas — dice una voz detrás suyo y sirviendole unas galletas sin gluten — Cortesía de la casa.

— Gracias Sanji-ya, por lo menos está vez no viene con sus club de fans — dice Law con una media sonrisa, recordando que a Luffy no le gustaba que lo atosigaran.

Ve como el pequeño alfa entra y grita su frase famosa ya conocida por casi todos en el lugar — ¡Sanji tengo hambre!

El rubio que lo estaba atendiendo, sólo suspira en respuesta a los gritos de su amigo y le dice — ¡No es necesario gritar imbécil! Ya te sirvo tu comida.

— Shi, shi, shi, comida — fue la única respuesta que obtuvo por parte de su capitán y luego corre donde estaba Law, abrazándolo — ¡Torao te extrañe!

— Nos vimos está mañana Mugiwara-ya — responde el cirujano tratando de apartarse del  fuerte abrazo, pero al sentir las feromonas de Luffy se relaja un poco — Sanji odia que hagas eso.

— Pero Torao huele mucho a medicina y hospital — dice el posesivo alfa mientras que lo mira con un puchero — No quiero que otros se te acerquen.

Law le iba a responder que era médico y era su debe atender a los pacientes que llegarán a su consultorio, pero una patada de cortesía de Sanji le ganó y mandó a volar a su posesiva pareja.

— ¿Cuantas veces te lo tengo que decir? No dejes tu feromonas tan a la ligera, espantas a la clientela — lo regaña el rubio mientras que dejaba un plato de carne en la mesa — ¿Y dónde están los demás?

Luffy como si nada se levanta y corre a la mesa — Ahorita vienen, Zoro fue hablar con unos maestro de esgrima, Nami y Robin fueron de compras por aquí cerca, Chopper y Usopp estaban buscando unos libros para sus próximas clases, algo que los profesores son unos monstruo que no tienen compasión.

Law lo escuchaba mientras observaba como al mismo tiempo, Luffy se comía todo lo que estaba en la mesa. Menos su café y las galletas que le trajo Sanji, lo que siempre agradece y asombra que le respetará su comida.

— Al fin llegas Marimo — dice el cocinero saludando a su pareja — ¿Qué te retraso tanto cabeza de algas?

Zoro sólo responde con un gruñido y se sienta en la mesa donde estaban ellos— Tengo una competencia este fin de semana, cuando por fin pensaba entrar de lleno a la tesi  para terminar los últimos detalles y me toca ir al otro extremo del país.

Law pudo notar por unos instantes como el semblante de Sanji cambió a uno de pánico, pero fue solo unos segundo y después puso su expresión normal — ¿Y vas a ir sólo? ¿Puedes llevar acompañante?

— Claro que no iré solo cejas rizadas, ire con mis compañeros de esgrima — dice Zoro mirando extraño al cocinero — No es la primera vez que voy a esos duelos, también sabes como son. ¿Qué pregunta tonta fue esa?

Sanji sólo lo mira feo  y luego se retira con el plato vacío de su capitán — Ya te traigo más comida Luffy.

— Oye, aún no digo mi orden — se queja Zoro por el comportamiento raro del cocinero.

Law no es bueno metiéndose en la vida de los demás, está bien. No le gustaba meterse en donde no lo llaman, pero si sus cálculos no estaban mal y según recordando las fechas pasadas, el celo de Sanji era justo ese fin de semana. Lo que terminó comprobando por la risa y burla de Luffy hacia Zoro.

— Eres un tonto — dice su alfa y después lo mira a los ojos, Law se sonroja un poco pero no baja la mirada. Luffy odiaba cuando no lo miraba a los ojos — Para Torao, falta una semana.

Law se sonrojo aún más y trata de comer sus galletas sin decir nada, ¿Luffy como sabía cuando le tocaba sus celos? La repuesta era obvia, pero aún le sorprendía lo pendiente que estaba de él. Muchos pensarían que Luffy sería un alfa tonto, pero Law sabía que era todo lo contrario. Que de tonto sólo tenía la cara, pero que él nunca lo dejaría desprotegido.

— Al fin llegamos — dice Nami entrando por la puerta de la cafetería del All Blue con las manos repletas de bolsas de compra — Hoy era día de oferta y no la podíamos perder. Luffy me encargue de comprarte ropa linda, después de todo está navidad la pasarás con la familia de Law. ¿No?

Luffy se ríe y asiente — Esté año también le daré su merecido a Mingo.

Robin se ríe por las palabras de su amigo y se sienta junto con Nami — Luffy tan animado como siempre, se ve que está feliz de pasarla con Torao-kun.
Law ya no sabía si seguía con su color de piel natural o estaba completamente rojo como un tomate, aún podía recordar el momento donde Luffy se enfrento al líder de la manada por obtener su mano. Le impresionó la voz de Luffy y que fuera más fuerte que el de su imbécil tío.

— ¡Nani-Swan! ¡Robin-Swhan! — llega una vez más Sanji con un juego de té en una mano y postres deliciosos en la otra — Cortesía de la casa, espero que lo disfruten. Un té de Sakura con pétalos de rosa y deliciosos macarrones preparados especialmente por mí, para unas bellas damas.

— Todo se ve tan delicioso como siempre Sanji — lo felicita Nami antes de probar el delicioso té.

— Muchas gracias Sanji-kun, se ve delicioso — le agradece Robin con una dulce sonrisa y sin borrarla de su expresión le pregunta — ¿Esté fin de semana vas a trabajar? Cómo se acerca tú celo.

Al terminar de decir eso, escuchan un ruido fuerte y era Zoro que se había caído de la silla.

— ¿Qué le pasó? — pregunta Nami sorprendida por el accidente de su verde amigo.

— Se dio cuenta que es un tonto — se burla Luffy, para después tomar la mano de Law — Nosotros nos tenemos que ir, mí familia nos espera para la cena y si no vamos, Sabo se enojara mucho conmigo.

Sanji sólo mira mal a su estúpido alfa y sin decir nada se dirige a  la cocina, pero antes de entrar grita — Recuerda llevarte la ropa que Nami te compró, no seas descortés con el gesto tan hermoso que tuvo una señorita contigo.

Luffy asiente y con la ayuda de Law, toma las bolsas que le da Nami.

— Tranquilo, que Sabo ya me hizo la transferencia — le dice Nami guiñandole un ojo y con una sonrisa en la cara.

Luffy asiente emocionado y se lleva a Law del restaurante, el omega suspira y sólo se deja arrastrar por su alfa. Después de todo, ya no tenía más trabajo que hacer.