30 Días LuLaw

Día 16: Rutina Por La Mañana

Uno pensaría que Luffy sería de los que se levanta tarde, bueno eso es lo que pensó Law cuando comenzó a socializar más con él. La primera vez que lo invitó a su casa, porque el más pequeño insistía en tener una pijamada con él para ver películas de terror. Supuso que se levantaría tarde y hasta le tendría que dejar una nota donde le explicaba que debió ir a trabajar.

Pero se sorprendió al ver a Luffy con las energías bien activadas y esperándolo para que le diera algo de comer, el joven le dio una grande sonrisa y excusándose le dijo que no se preparó nada, porque no quería estropear la linda cocina de Law, porque ya tenía experiencia con Sanji que se enojaba cada vez que entraba a la cocina.
Law no pudo evitar sonreír un poco al ver el puchero en los labios de Luffy y también le hizo algo de gracias escuchar el gruñido de su estómago. Law quiso ser un poco malo y dejarlo pasar algo de hambre, para seguir viendo las adorable expresiones del pequeño sol, pero la verdad es que las tripas de Luffy sonaban muy fuerte y no quería ser el responsable por una alteración alimenticia.

Ese día cocino algo de huevo con espinaca, también algunas galletas saladas, algo de onigiri de atún y jugo verde que le había comprado Bepo hace unos días, compro varios así que tenía suficiente para él y Luffy, que sin protestar se lo comió todo.

Law también se preparó un café sin azúcar y preparó un batido de chocolate para Luffy.

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Cuando ambos se mudaron juntos, las cosas no cambiaron mucho. Sólo que ahora Law en vez de colocar una alarma, era Luffy quién lo despertaba, con un simple beso o un abrazo fuerte, de esos que te acomodan toda la columna, en otra ocasiones se quedaba en la cama porque el pequeño mono no se quería levantar y quería tener un momento íntimo con él.

Law tenía que recordarle sobre su trabajo y el horario tan pesado que cargaba, Luffy sólo hacía un pucheros adorables y antes de que lo dejará ir, le mordía un poco donde estaba la marca de su unión.

— Ahora ningún alfa se acercará a Torao — sonreía orgulloso y se levantaba de la cama para ir a correr.

Law sólo suspira y se tocaba la marca, recordando la manera tan inusual que la obtuvo, para después entrar al baño y darse una buena ducha con agua fría, para quitar la pereza que tenía encima y prepararse para un día más en el hospital.

Después de colocarse su uniforme, baja a la cocina donde comienza a preparar algunas tostadas nutritivas para Luffy. Siguiendo algunos consejos de Sanji y también de sus amigos nutricionistas, aunque Luffy comía de todo, siempre era bueno que comiera de forma balanceada, sobre todo cuando el más bajo era un deportista nato.

Observa como Luffy llega de correr por todo el bosque que tenía como jardín trasero y se acerca a él con una gran sonrisa.

— Creó que vi unos lobos y una lechuza — comenta emocionado él para después ir a abrazarlo y tratar de darle un beso, pero Law lo esquiva a tiempo y le coloca una tostada de mantequilla de maní con aguacate.

Law sonríe un poco al ver el ceño fruncido de Luffy y antes de que el enigma proteste, él le recuerda una cosa importante — Sabes que no hay besos y tampoco abrazos, si no te bañas y te cepillas los dientes Luffy-ya.

Luffy de un sólo bocado se come su tostada y antes de que cante un gallo, sale corriendo hacía las escaleras de la casa hasta llegar a su habitación y entrar al baño.

Law sabe perfectamente, que tiene cinco minutos antes de que Luffy baje por las escaleras con la misma velocidad que subió, así que termina de preparar el desayuno. Que consistía de  yogur con frutos secos para él, para Luffy eran huevos con tomates y espinacas, tostadas con aguacate y mantequilla de maní con bananas, yogur griego con cereal, avena con chía y fresas, un gran jugo verde y el chocolate caliente que tanto le gustaba.

— Listo — dice Luffy bajando las escalera de tres escalones y después salir corriendo para abrazarlo con todas sus fuerzas — Torao es malo, tengo mis dientes perfecto no sé porque insiste en que me lo cepille tres veces al día y además con el sudor mi olor es más fuerte, así todos sabrán que eres mío.

Law antes de responde y tratando de respirar, le da un suave beso en los labios. Lo que ocasiona que el alfa de Luffy gruñe de placer — Primero Mugiwara-ya, aquí en la ciudad y en todo el mundo ya saben que soy tu pareja y segundo, ¿me puedes soltar? Mis pulmones te lo agradecerían mucho.

Luffy sólo le hace caso, porque obtuvo su beso. Para luego sentarse en la mesa y comenzar a comer, tenía mucha hambre después de corre. Law después de asegurase que sus pulmones y costillas estuvieran bien, también se sienta en la mesa y comienza a comer su pequeño desayuno, mientras que veía las noticias del día.
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— Hoy tenemos que ir al teatro — le recuerda Luffy mientras que comía sus tostadas — Es la presentación de Bon Clay y de Ivan, será divertido verlos.

Law asiente, recordado los turnos extra que tomó en el hospital, sólo para tener el fin de semana libre — Sí y mañana es el torneo de Zoro-ya.

— Será divertido, aunque Sanji dice que ya es aburrido verlo ganar siempre. También el domingo es la competencia de los castillos de arena, será supervisado por Cocodile y Viví, sin olvidar que después viene la fiesta Hawaiana de Ace y sus amigos.

— Aún me pregunto quién hace una fiesta un domingo en la noche, cuando al siguente día se trabaja — murmura Law dejando de mirar su teléfono y ver a Luffy feliz.

— Shi, Shi, Shi, Ace dice que una fiesta los viernes o sábado son muy aburridas, es mejor un domingo porque así vas relajado al trabajo.

Law sólo niega divertido y termina su avena, para después levantarse de la mesa y despedirse de Luffy con otro beso, está vez duró más que el anterior.

Cuando se separan, deja que Luffy deje un poco de sus feromonas en él. Era bueno porque así alejaba a los familiares necio de sus pacientes. Claro que se preocupara por sus pacientes, pero como la mayoría estaba con anestesia y dormidos dudaba mucho que le afectará, además que sus asistente eran betas.

— Nos vemos al mediodía en el All blue — dice Law despidiéndose.

Luffy asiente emocionado y comienza a recoger la mesa, con mucho cuidado de no romper ni un plato. Después los lavaria, pero ahorita necesitaba ir al gimnasio donde los esperaba Rayleigh y Hyogoro para su entrenamiento.