Capítulo 6: De mal en peor.

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Segundo día de clases.

Tails arribó en la escuela veinte minutos antes en comparación con el día anterior.

Quería evitar encontrarse con demasiada gente, y lo consiguió. Cuando llegó a su salón, solo habían unas ocho o nueve personas. Fue más fácil ignorar las miradas sobre él y buscar un asiento vacío.

En cuanto encontró un lugar, se sentó y sacó unos planos en los que había estado trabajando el día anterior. Se entretendría con eso a la espera de que la clase comenzara.

A medida que los minutos pasaban, más estudiantes comenzaron a llegar.

—Uh, hola.— De pronto, una voz desconocida lo obligó a dejar lo que estaba haciendo. Dirigió su vista hacia arriba, encontrándose con una zorro de pelaje amarillo y pulseras rojas —Lamento interrumpir... lo que sea que estés haciendo, ¿el asiento a tu lado está ocupado?— Cuestionó con timidez, señalando la silla vacía junto al zorro.

—Eh... No.

—¿Puedo sentarme?

A Tails le sorprendió eso. ¿Alguien pidiéndole sentarse junto a él? ¿Aún después de lo ocurrido el día anterior? Literalmente, toda la escuela estaba enterada.

—Seguro.— Respondió, arrastrando su silla hacia adelante para que ella pudiera pasar.

—Gracias.

La vulpino tomó asiento y el zorro retomó sus planos. Podía sentir su mirada sobre él, cosa que lo ponía algo nervioso, no iba a mentir.

—Soy Zooey.— Ella volvió a hablar —¿Tú quién eres? Nunca te había visto.

—Soy nuevo, mi nombre es Miles Prower... Aunque todos me dicen Tails.— Mencionó distraídamente sin dirigirle la mirada.

El ambarino soltó el lápiz con una mueca, se había equivocado. Hizo a un lado el objeto y comenzó a buscar su goma de borrar.

Sin embargo, no se dio cuenta cuando el lápiz comenzó a rodar y cayó de la mesa, continuando un recorrido sobre el piso.

Tan pronto como el vulpino notó esto, se levantó para recogerlo.

Lo siguió con la mirada hasta que el lápiz se detuvo contra el zapato de un recién llegado.

—Oh, no...— Al levantar la mirada, no podía creer que de nuevo estaba viendo su rostro —Tú otra vez.

—Vaya, vaya.— Comenzó a hablar el pajarraco, agachándose para recoger el lápiz. Lo examinó con la mirada y luego dirigió su vista hacia el doble cola —¿Es que acaso estás siguiéndome? Pequeño fenómeno.

—Devuélveme mi lápiz, por favor.— Tails ignoró su comentario y extendió la palma de su mano, esperando que su pertenencia fuese devuelta.

—Mmm, déjame pensarlo... No.— Contestó guardándolo en el bolsillo de su camiseta y dirigiéndole una mirada burlona.

—Muy bien, estoy harto de ti.— El menor tiró toda su amabilidad por la borda, ¡al diablo! No sabía porqué se molestaba en tratar de ser amable con Jacob —Devuélveme mi lápiz. Ahora.

—No, no lo haré.

—Ya lo oíste.— Zooey, quien había estado observando la escena, eligió ese momento para intervenir —Devuélvele su lápiz.

—Tú no te metas.— Jacob empujó a Zooey sin hacer esfuerzo alguno, haciéndola retroceder.

—¡Tú no la toques!— Tails empujó de regreso, sorprendentemente, logrando moverlo un poco de su sitio.

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