Capítulo 10: Sin momento para descanso

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Si, amigos, frente a nuestro Kokún estaba el mariposón de Whis quien sonreia con una mirada afilada como fiera a su presa.

Si, algo así como cuando Itachi llegó con Naruto por primera vez, solo que aquí no hay ningún Kisame que proponga cortarle las piernas.

-- Kokún-san ¿Por qué no damos un paseo?

-- Whis-san ¿De donde saliste?

-- ¿O sea si ves ese portal de ahí? -- diria el ángel señalando un portal de color morado que desprendia rayos

-- Ah vale...así es como me trajo aquí ¿No?

-- Y ahora es hora de irnos, te llevaré a casa con mamá

-- Whis-san no conozco a mis padres, y mi única familia que era mi abuelito, lo asesiné

-- Ay, Gokú-san, tuviste una infancia dura, justo como a Kishimoto le gustan

El prota rascó su cabeza mientras una gota de sudor caia por su mejilla.

En eso, los ojos del escuálido azulito se abrieron de par en par, y se acercaria un poco más.

-- Huele a sexo

-- ¿Eh?

-- ¿Qué pasó ahí dentro?

-- Oh...ya sabe...trabajo

-- ¿Aún en tus dias libres, trabajas? ¡Que muchacho tan laborioso!

-- ¿Día libre?

-- Si, solo cuando alguien requiere de tí, trabajas, mientras nadie pregunte no tienes porque hacerlo

-- Ah...ya veo...

Comentaria Kokún volteándose a ver a las waifus que estaban tiradas por todas partes y durmiendo en poses raras.

-- Muy bien, vámonos

-- Espere...¿Sin vestirme? ¿Sin decir adios?...sin...sin...¿Sin haber comido?

Preguntaria Kokún, esto último casi llorando con una mirada muy mata perras.

-- Tranquilo, mi simio amigo, apuesto a que ya comiste muy bien

-- ¿Qué?

-- Unas sabrosas chuletas

-- De hecho...no...

Whis se lamentó por la poca inocencia de Kokún, al menos era bueno que todavia tuviese un poco de ella.

-- ¿Sabes qué? Vístete y vámonos

-- Em...vale

El ángel se quedaria esperando en la puerta mientras que el saiyajin regresó al campo de batalla. Por suerte, ninguna habia despertado todavia, suspiró un poco derrotado ya que se hiria sin comer...y bueno, también sin decir "adiós" pero hay prioridades.

Se vistió en silencio y al ponerse de pie, notó que algo cayó al suelo.

Era, una aguja, una diminuta e inofensiva aguja.

Kokún se quedó en silencio un momento, y a los pocos segundos reaccionó. Se llevó las manos a la boca para no gritar y comenzó a realizar movimientos erráticos que indicaban su desesperación.

No obstante, como dije, todo esto lo hacia en mute porque si no despertaria a las waifus, y se armaria todo un problema.

Lentamente se retiró, sin notar que también dejaria caer una pequeña hoja de papel, si, una hoja que no haria ni el mínimo ruido posible.

El Negocio de Whis...¿Gokú en Alquiler?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora