El Club Winx Presenta... Repudiado

Cuarta Parte

Tras haber logrado ganarse la confianza de un joven hombre nativo nicaragüense muy tímido, llamado Gustavo, Riven decide guiarlo hacia el campamento, en donde se encontraban Clotilde y Marisa, quienes comenzaban a despertarse de su siesta. Ambas chicas llegan a ver a Riven, quien regresa al campamento tan solo para escuchar a sus dos nuevas amigas darle el saludo de los buenos días, aunque para sorpresa de ambas chicas, Riven llega con Gustavo al campamento, a lo cual Riven aprovecha el momento para hacer que los tres nicaragüenses empiecen a conocerse entre sí. Ciertamente Riven decide intervenir un poco, explicándole a Gustavo los motivos que llevaron a Clodilte y a Marisa a ser sacadas de sus hogares, haciendo que Gustavo se apiade aún más de ambas chicas, así como Riven también comenzaba a tratar de convencer a las dos chicas de que Gustavo podría ayudarlas a conseguirles un hogar nuevo al cual ambas podrían vivir allí, y en eso Gustavo les da a todos algo de información acerca del hogar en el que él vive...

-Gustavo (sonriendo muy tímido, hacia Riven y las chicas): "Bueno, yo no suelo... No suelo recibir huéspedes en mi casa, pero no tenemos que preocuparnos, la granja en la que he vivido desde que yo era un niño está como a unos metros de este campamento. Es un cabaña un poco pequeña, pero con suerte hay unos dormitorios en los que ustedes podrán estar cómodamente"

-Riven (muy curioso y confiado, hacia Gustavo): "Y dinos, ¿Cuánto tiempo tardas en regresar a casa caminando?"

-Gustavo (tímido e inseguro, hacia Riven): "Bueno... Normalmente me toma alrededor de entre catorce y quince minutos en irme y regresar a mi casa cuando camino, pero usualmente a veces salgo y me regreso gracias a la ayuda de una carretilla tirada por mis caballos... Pero... Desde que me asaltaron unos hombres armados, mis caballos escaparon, y yo ya no sé cómo yo podré llegar a tiempo al trabajo, el cual se encuentra en la aldea más cercana a la que me dirijo... (Muy nervioso) ¡Creo que me van a despedir por mi retraso, y más aún luego de que yo llegue sin las frutas y verduras, más la paja, que me encargaron traer al mercado de artesanías!"

-Riven (sonriendo muy seguro, hacia Gustavo): "Tranquilo, yo con gusto te llevaré a esa aldea para que logres llegar justo a tiempo para continuar con tu trabajo, además, yo te puedo ayudar a recoger los vegetales y la paja que necesitas llevar a ese mercado, haré todo lo posible para que no pierdas tu empleo. Pero primero, tú nos debes guiar hacia tu casa para que podamos hospedarnos en ella. Créeme, desde que me dieron poderes mágicos oscuros mediante un siniestro ritual, ve he vuelto súper veloz y súper fuerte tras convertirme en un hechicero de magia oscura, pero realmente quiero usar esas habilidades para ayudar a quien sea, así que tú y esas dos chicas pueden confiar en mi".

Al oír estas palabras por parte de Riven, Gustavo aún se mostraba muy inseguro y nervioso, y pareciera no tomarse bien las palabras de Riven, quien comprendía que Gustavo no le estaba creyendo a Riven acerca de que él fuese un hechicero. Ciertamente Riven no estaba sorprendido por la inseguridad de Gustavo, pues él ya presentía que llegaría a conocer a gente que no creía en la magia. Aun así, Gustavo, con la voluntad de querer ayudar a darles hospedaje a Marisa y Clotilde para que ambas tengan un techo seguro en donde estar sanas y salvas, finalmente cedió ante la petición de Riven...

-Gustavo (aún muy inseguro y tímido, hacia Riven): "Pues... Bueno, supongo que tendré que confiar en lo que tú dices, pues yo quiero ayudarlos a..."

Pero antes de que Gustavo pudiera terminar su frase, Riven lo levanta del suelo para cargarlo en uno de sus brazos, y también hace lo mismo con Clotilde y Marisa, lo que dejó a Gustavo tan impactado acerca de la fuerza física que tenía Riven, a pesar de que él no poseyera una apariencia de físico culturista...

-Gustavo (muy impactado, hacia Riven): "¡Caramba! Tu sí que eres muy fuerte, pero eso no es posible..."

-Riven (aun sonriendo seguro y confiado, hacia Gustavo): "Y tu aún no has visto nada, (ahora hacia los tres nicaragüenses) ¡Y ahora, todos sujétense muy fuerte, este va ser un viaje muy tremendo!"