El Club Winx Presenta... Repudiado

Decimoquinta Parte

Esa misma noche en Gardenia, precisamente ya a las horas de la madrugada, Riven continuaba durmiendo muy tranquilamente, pero de poco a poco a él le comenzaban a dar pesadillas que lo obligarían a despertar del susto que esas mismas le causarían. Riven se comenzaba a desesperar mientras él aún dormía...

-Riven (muy desesperado y aterrado aunque con voz muy suave): "¡No! ¡Ya basta! ¡Te lo ruego! ¡No, tú no me puedes hacer eso! ¡Déjame en paz!"

En ese momento, Riven soñaba que él se encontraba cayendo a un gran vacío que parecía no tener fin, y eso es algo que lo aterraba demasiado a él, pero por si eso no fuese suficiente, Riven comenzaba a atravesar unos muros muy peligrosos que pareciera que esos mismos lo matarían en un instante una vez que él los llegase a chocar, más Riven los pudo atravesar sin problemas, pero eso no significaba que su miedo haya terminado así como así...

-Riven (muy aterrado): "¡Ya basta! ¡Ya basta, por favor! ¡Yo ya no lo soporto más! ¡Detente! ¡Detente, por favor! ¡Ya no me sigan haciendo esto!"

Muy aterrado y perturbado, Riven comenzó a gritar de manera desesperada e histérica mientras él seguía cayendo en aquel pozo gigante infinito y lleno de muros los cuales, si bien Riven atravesaba sin problemas, el miedo invadía por completo sus pensamientos y su razón...

-Riven (aún aterrado): "¡Basta, ya! ¡Basta, ya! ¡No puedo seguir soportando eso! ¡Ya déjenme en paz!"

Finalmente, a Riven se le aparece enfrente de él una puerta blanca que se encontraba abierta, y es allí donde él se va rápidamente por esa misma puerta, transportándose a un bosque muy oscuro, fangoso y de aspecto lúgubre, además de tener una gran cantidad de agua cubriendo todo el suelo de aquel sitio rural tétrico. Pero además de eso, una vez que Riven logra calmarse un poco y volver a ponerse de pie, él no solo se da cuenta del entorno en el que ahora se encontraba, sino que también había notado rápidamente que su ropa había cambiado por completo. Ahora él se encontraba vistiendo una túnica blanca rasgada y con unas cuantas manchas de sangre, las cuales algunas eran más grandes que otras, y también usaba pantalones grises igual de rasgados que la túnica, a pesar de que esos mismos no se veían al estar cubiertos por aquella larga prenda, y por último estaban unos brazaletes plateados que estaban oxidados, dos a cada mano y tres a cada pie descalzo. Por si eso fuera poco, Riven lucía más joven, pero su aspecto era completamente desordenado y con ciertos rasgos góticos, tales como las cicatrices agrietadas en su cara, el cabello caído y muy despeinado, sombras negras en los ojos que chorreaban por la humedad del sitio, y desde luego su piel seguía siendo tan pálida desde el momento que él se había vuelto un hechicero. Desde luego que Riven empezó a notar muy bien esa nueva apariencia suya al verla reflejándose en aquel agua que cubría el suelo del bosque, a pesar de cuan oscuro era el lugar el cual Riven se encontraba, él se impacta bastante al ver esa nueva imagen de sí mismo y el miedo volvía a invadirlo, aunque esta vez sea a una escala ciertamente más leve, incluso casi le da un ataque cardíaco...

-Riven (muy impactado y con temor): "Esto... Esto no puede estar pasando. Yo... Yo... Yo no lo comprendo, ¿por qué me siguen sucediendo esta clase de cosas tan perturbadoras? ¡Esto tiene que ser una broma, y de las peores!"

De repente Riven empieza a escuchar los fuertes golpes de unos tambores tribales, y es entonces cuando él empieza a mirar hacia todas partes para ver a los que tocaban esos tambores, pero él no podía ver a prácticamente nadie a sus al rededores ya que él se encontraba aparentemente solo y sin compañía, mientras que a medida que los tambores continuaban siendo golpeados, el ritmo se aceleraba cada vez más. Es entonces cuando Riven comienza a escuchar las campanadas de una iglesia, pero nuevamente él no podía encontrar absolutamente nada a simple vista por más que buscaba, y lentamente él comenzaba a sentir cada vez más miedo...