La Reina De Francia

Capitulo 5:

Después de una semana deje de internarlo, o él no estaba ahí, o ya estaba durmiendo. Cuando una vez trate de despertarlo me lanzo una manotada que esquive, ese fue mi punto limite.

Las chicas ya lo sabían, pero no se encontraban tan preocupadas como yo. Tengo que quedar embarazada, o sino, este viaje y todos los sacrificios que ya había hecho, serian para nada.

Abrieron las cortinas de mi cama dejándome ver la molesta luz del sol. El rey suele tener una ceremonia todas las mañanas, y entre los hombres de la corte es un gran honor vestirlo y ayudarlo a arreglarse; pues la reina tiene una ceremonia parecida, pero, en esta obviamente las damas de la corte se debaten por el honor de ponerme los zapatos o el corset.

Me parece tediosa, pero había empezado a acostumbrarme a que pasase todos los días.

Los rumores comenzaron a esparcirse como la pólvora. Era de conocimiento público que el Rey y yo habíamos consumado nuestro matrimonio —cosa que obviamente no es verdad—

Mi preocupación es no poder llegar a quedar embarazada, y eso me aterra. Podían anular el matrimonio.

—No sé qué hacer Irina —Me senté suspirando en el césped—. Ya lo intenté de todo, ya di mi parte, y si él no quiere dar su aporte pues que no lo dé.

Habíamos organizado un pequeño picnic para las dos, Nastya y Teri estaban recolectando flores.

—Maldito bastardo ¿Cómo no puede sentirse atraído a ti?

—No lo sé, no lo sé —Frunzo las cejas. Este temita me estaba sacando varios dolores de cabeza—. Aun así, siempre le dejo la puerta abierta de la unión de nuestras habitaciones.

Irina es honesta y directa. Ya había agarrado la costumbre de llamarle bastardo a el Rey; nunca le gusta guardarse nada, y cuando debe expresar su opinión lo hace fuerte y claro.

Eso me gusta de ella.

—Los buitres nos observan mientras beben vino caro —Irina les manda una mirada forastera a todas las damas de la corte que nos observan.

Aun no hacíamos ningún lazo con alguien de la corte. No era por capricho, de verdad necesitamos una amistad con alguna persona que nos explicase cómo funciona exactamente este lugar.

Ese día en la mañana le había escrito otra carta a Leon:

Mi querido Leon:

¿Cómo puede ser tan complicado un matrimonio? No sé si solo es el mío o todos son así, pero esto me ha hecho ya sacar varios dolores de cabeza.

¿Extrañas a Nastya? Perdón por robármela, aunque, en realidad ella decidió venir conmigo, así que no obligue a nadie. Solo bromeo.

Debes venir a Versalles, es en verdad una hermosura irreal.

Si estuvieses aquí te sorprendería ver que no hay casi ningún hombre con bigote o barba por esta corte, parece que aquí la moda es no tener nada de eso. Tendrías que quitarte tu bigote; aunque mejor rompe la moda, te ves hermoso así.

Tuya, Vicky.

Aún no había llegado ninguna respuesta por parte de él, pero estoy calmada, las cartas suelen llegar lentamente y sin apuro. Pienso en que el tal vez a estado ocupado, e ignoro que la correspondencia de la realeza tiene prioridad y llega más rápido; o puede que el simplemente haya decidido en no contestarme, que ya no sea tan importante para él.

—Debemos hablar con alguien, no la podemos pasar toda la vida sin hablar con nadie más —Le dije a Irina mientras tomaba un sorbo de jugo de ciruela.