Capitulo 19:

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Camino con Leon a mi lado por los pasillos, me tambaleo hacia todos lados y comienzo a reírme, de repente todo me parece graciosísimo.

—¡Guarg! —Emito el sonido de un Leon—. ¿No es así como hacen los Leones? Recuerdo que un capitán había traído uno de las tierras lejanas, y era así como justo hacía.

—No puedo decirte si así es como hacen —El voltea a mirarme por un segundo—. Nunca he visto uno. Ten cuidado no te vayas a caer.

Me tambaleo hacia el lado izquierdo y me recuesto en la pared fijando mis ojos en él. Una sensación anteriormente conocida se apodera de mí, esa necesidad de besarlo tan intensamente vuelve a mí, pero es más fuerte que nunca, solo lo miro imaginando como seria aquel escenario.

—Basta por favor —Suelto angustiada—. ¿Por qué me haces esto?

—¿A qué te refieres? no estoy haciendo nada —Se acerca a mi lentamente.

Esa mascara que tiene puesta no me deja apreciar sus suaves rasgos, así que solo observo sus ojos a la luz de las velas.

—No puedo estar contigo ahora —Me separo de el cuándo llega a donde me encontraba—. Necesito tiempo por favor, dame tiempo para que todo sea como antes, tranquilo, y sin drama.

—Déjame ayudarte, necesitas descansar —Se acerca de nuevo hacia a mí.

¿A caso no le fastidia mi rechazo? No quiere abandonarme, es demasiado fácil hacerlo.

Por favor vete.

No, no me dejes.

—Esto no es bueno Leon —Casi me caigo al ir hacia atrás, el me sostiene antes de que pueda caerme—. No, suéltame.

—No estás bien, vamos a tus aposentos —Sigue persistiendo en acercarse, pero me zafo de su agarre varias veces—. Está bien, a tu manera entonces.

Me hecha a su hombro y quedo boca abajo al revés, le doy varios puños en la espalda.

—Maldito desquiciado, ¡Suéltame! —Sigo golpeándolo en la espalda, y dando patadas al aire—. No volveré a cabalgar contigo nunca más.

Cuando noto que estamos en la entrada de mis aposentos, observo a los dos guardias en la puerta con vergüenza, ellos abren la puerta rápidamente sin mostrar ni una sola expresión, cuando ya estamos adentro vuelven a cerrarla. Leon me sigue llevando en su hombro, conoce mis aposentos muy bien, aunque nunca ha entrado a mi habitación sabe dónde se ubica, así que cuando llega me tira en la cama.

—Eres un bobo —Exclamo con las manos extendidas en la cama—. ¿Me tratas así solo porque soy tu "amiguita de infancia"? seguro tus amantes reciben un mejor trato.

—Cállate —Me dice mientras trata de esconder una risita.

—¿Oh y te atreves a reírte de mí?

El comienza a tratar de quitarme mis zapatos, pero lo detengo con mis manos y le doy una mirada enojada.

—Yo puedo quitarme los zapatos —Los saco con rapidez y los tiro al piso—. Ahora si me disculpas debo cambiarme para dormir por horas —Mi sirvienta sale de donde no sé dónde, y comienza a sacar mi camisón de noche.

—Estaré esperando en la sala, ebria loca —Dice retirándose, la silenciosa Larissa cierra la puerta.

—¡No me llames loca, feo vizconde! —Le grito lo suficientemente fuerte para que me escuche.

Larissa me quita las alas y después hace lo mismo con mi vestido, me quedo tan solo en camisón, ella me ayuda a quitármelo para ponerme el otro para dormir, sigo estando mareada sin poder controlar mis movimientos. Al terminar con la ropa, me siento en mi tocador, Larissa desase mi peinado, deja las flores en una canasta y las joyas en uno de mis cofres.

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⏰ Última actualización: Apr 02, 2023 ⏰

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