Siento el cálido resplandor del sol en mi rostro, la sensación de la hierba recién cortada bajo mis dedos. No pienso en nada en especial, es como si tan solo fuese un cuerpo sin alma, nada pasa por mi mente. No soy nadie ahora, no soy una princesa, ni una reina, simplemente una mujer sin nombre, sin identidad, tan solo un ser humano.
Y aunque la idea pueda ser atemorizante, me gratifica de una manera extraña, supongo que yo soy extraña, o que tal vez soy como todos los demás, no lo sé, no sé nada.
Abro mis ojos, tan solo para despedirme de aquel pequeño transe y cerrar de nuevo mis parpados con fuerza por la luz. El jardín del palacio está lleno de recuerdos, de nostalgia, de cosas que nos deseó recordar, porque me harán añorar esperanza, ¿Y si es eso lo que necesito?
Esperanza.
Me dirijo a mis aposentos, el sol es intenso, y sé que eso significa que pronto va a atardecer, y la noche esta próxima a llegar. Jamás he estado en un baile de máscaras
—Es demasiado divertido —Exclamo Irina cuando nos encontrábamos ya en mi habitación—. He ido a cientos, es lo mejor de la vida, te da ese anonimato soñado, puedes hacer lo que quieras y nadie se dará cuenta de quién eres.
—Me muero de sueño, irán ustedes, yo me quedare durmiendo en mi habitación —Teri dijo suspirando.
—¿Oh quién te estaba invitando pequeña Teri? —Irina volteo a verla, y la pequeña puso una mueca de enfado—. Te estoy tomando el pelo, extrañare tu compañía.
Yo me siento en mi tocador revisando mi peinado, he tomado el atrevimiento de usar un atuendo glamoroso; como Irina menciono, estaré en el anonimato puro. Así que mi cabello esta peinado de una manera en la que nunca había estado, Teri recogió flores para mí de su pequeño jardín que aún es cuidado en el palacio, escogió las más grandes y raras justo como le había explicado que las quería. Mi vestido era aún más extraño, le pedí a mi costurera de mayor confianza que hiciera unas alas completamente blancas, y había hecho arreglos en un vestido que ya tenía previamente seleccionado; y todo eso en tan solo un día.
—Seré el cisne de la noche —Voltee a mirarlas y me coloque la máscara con plumas blancas.
—Te ves increíble —Nastya se acercó a mi acomodando la máscara.
—¿Tampoco iras? —Le pregunto observando que no se ha arreglado y que tiene un camisón puesto.
—Estoy agotada, prefiero acostarme temprano —Se sienta en la cama junto a Teri—. León me está volviendo loca, a veces parece que soy yo la hermana mayor.
—¿Qué paso? —Teri pregunta boca arriba en la punta de la cama.
—Se supone que debería estar en Francia, ya casado con Madame Camille —Se junta de brazos en un gesto de molestia—. Los padres de ella están sumamente enojados, es una ofensa que se posponga un matrimonio, y más si lo ha hecho ya varias veces.
—¿A qué te refieres con varias veces? —Le dice Irina con ceño fruncido.
—León ha estado comprometido por dos años con Madame Camille —Nastya admite, baja la mirada.
Se avergüenza de demostrarnos que nos ha escondido cosas. No las juzgo en mi interior, hay veces en las que no podemos contarle algo a las personas que más confiamos. Pero mi curiosidad puede más.
—¿La ha pospuesto más de una vez? —Dejo salir sorprendida. León había admitido que amaba a Madame Camille, entonces, ¿Por qué no se ha desposado con ella? —. ¿Por qué?
—No lo sé, no lo sé.
—¿Por qué nos lo has escondido? —Irina le pregunta, se siente defraudada.
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La Reina De Francia
Fiksi SejarahVicktoriya Romanova ha estado comprometida desde los seis años con el Rey de Francia. Al cumplir los dieciséis comienza su viaje a Francia para casarse y convertirse en la Reina consorte, abandona todo lo que siempre ha amado, su familia, su hogar y...