Capitulo 16:

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No se si no logro dormir de la emoción, o de los nervios. Cuando Agatha e Ivana abren la puerta y se disponen a abrir las cortinas, yo ya estoy sentada en la silla del escritorio.

—¿Así que hoy ha decidido madrugar, Su majestad? —Dice Agatha cruzándose de manos—. Veo que ya ha abierto las cortinas.

—Veré a mi familia y regresare a mi hogar después de medio año —Le digo sonriendo, no tengo ni una pisca de sueño—. No he podido dormir casi nada, mejor, así dormiré en todo el trayecto. Ivana...

—No se preocupe su majestad —Ella responde —. El baño ya está preparado y su vestido también. Del equipaje se ha encargado personalmente la señorita Anastasia, estuvo muy atenta de que haya sido despachado anoche en los carruajes. Todo está listo para su viaje.

—Me alegra notar que ya no se baña tan seguido, su majestad —Agatha habla mientras camino hacia la bañera dispuesta en otra sala—. Hace una semana que se bañó por última vez, aunque claro, aun así, usted disfruta bañarse.

—Precisamente.

(...)

Las chicas ya han tomado el carruaje en el que iremos todas juntas, yo me despido de Ivana y Agatha.

—Su majestad, ojalá se nos permitiera conocer Rusia —Agatha dice ilusionada—. He escuchado que tienen osos.

—Así es, pero como ya saben esto se sale de mis manos —Las abrazo sin pudor y les dedico mi más sincera sonrisa—. Las extrañare.

Me doy la vuelta rumbo al carruaje que me espera con las puertas abiertas, Teri sonríe desde adentro con uno de sus álbumes de flores en mano. Subo y me siento al lado de Nastya.

Pasos rápidos y pesados se escuchan, seis guardias salen a la vista y pierdo de mi campo de visión a Agatha e Ivana. Los guardias se paran firmes; uno grita:

—¡Por órdenes del Rey, usted no tiene permiso de salir del palacio! —El guardia dice con voz gruesa y alerta.

—¡Que se joda el imbécil! —Les grito por la ventana del carruaje, y me rio—. Cochero ¡A Rusia!

Pierdo de vista a los guardias que se miran unos a otros confundidos sin saber qué hacer. Pronto salimos de los terrenos de Versalles, y solo me queda reírme con todas las chicas.

(...)

El viaje dura una eternidad, paramos en tantas pequeñas ciudades y poblados que decidimos escribir una carta a nosotras mismas en cada lugar, para luego mandarlas a Rusia y reírnos de las incomodidades que sufrimos en nuestro viaje. Aun así, aprovechamos esos tres meses lo más que pudimos y siento que nos hizo unirnos más como amigas.

—¡Ya quiero conocer a la prometida de Peter! —Recuerdo a Nastya diciendo mientras cruzábamos la frontera de Rusia.

Cuando llegamos a tierras rusas saque la cabeza de la ventanilla del carruaje y respire hondo, sentí como mis pulmones se llenaban de aquel aire tan puro. Sentí mis raíces más presentes que nunca.

Y cuando arribamos al palacio no pude hacer nada más que sonreír todo el tiempo, al pasar las rejas volví a sacar la cabeza de la ventana y observar todo como una pequeña niña. Observe a mamá en la entrada, tan radiante como siempre, Petpet con las manos unidas mientras sonreía estaba a su lado; tiene la costumbre de hacer eso cuando esta emocionado.

El carruaje se estaciono, y no pude esperar más para salir corriendo de él y abrazar primero a mi hermano mayor, y después a mamá.

—Te ves tan grande —Comenta mi hermano—. La reina de Francia. Queríamos hacerte una gran bienvenida, pero madre dijo que eso no era de tu gusto.

La Reina De FranciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora