Guerra De Comida.

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-¡Elle, ariba!- Me grito alguien.- Ya es hora cariño, cambiate. Bajare tus maletas.- Ordenó de mamá adentrandose en mi habitación.

-Buenos dias, mamá.- Salude tallandome los ojos para despertar bien.

Tome la ropa que me arrojo desde mi Guarda ropa. Uhm, Jeans negros, Jersey rosa palo, chaqueta... Pero dónde estan mis zapatos?

Unos Converse aterrizaron en mis piernas, gracias, mamá.

-¡Corre, Elle!

-Hola mamá.- ¿De dónde salio Brandom? Ah si, él es mi hermano mayor- ¿Te ayudo con eso?- Ofrecio señalando mis maletas y tomandolas.

-Bueno mis niños, ya que estan los dos juntos y ayer en la cena nos despedimos... ¡Nos vemos en 6 meses! Nada de lata o bromas a su abuela, ¿¡de acuerdo!?- Advirtio.

Brandom y yo solo asentimos con la cabeza.

-Bueno, los amo. ¡Hasta luego!- Se despidió abrazandonos a ambos al mismo tiempo, besando nuestras mejillas.

Tras eso, bajo las escaleras y se fue.

-Bueno enana, duchate y cambiate, que te ves horrible.- Anuncio haciendo una mueca, le saqué mi lengua mientras sonreía.- Bajare tus maletas.

Asenti, entre a la ducha y después de tomar un baño rápido me cambié por el conjunto dado por mi madre.

-¡ELLE!- Grito mi adorado hermano desde abajo.

-¡VOY!- Respondí mientras bajaba corriendo los escalones.

Faltaban 2 escalones y dos palabras para terminar la canción que tarareaba. De repente esos dos escalones desaparecieron y se convirtieron en algo plano.

-¿Te caiste?- Cuestionó Brandom juguetonamente. Despegue mi cara de el suelo y lo miré.

-Noo. ¡Claro que no! Mis amigas las hormigas se estaban despidiendo de mi.- Respondí sarcástica, acariciando el suelo.

-¿Sabes? no era necesario tu sarcasmo.

-¡Ah! Mejor ayudame.- Si, aún seguía en el suelo.

Él me tendio la mano dandome un tiron para levantarme. Una ves de pie, se adelanto al auto como si nada hubiese pasado.

-¡Auch!- Solte de repente involuntariamente por un fuerte dolor en mi rodilla.

-¡QUÉ!?

-Mi rodilla.- Respondí y bajé la cabeza para mirarla.
Mierda, estaba sangrando.

¿Por qué estas cosas me suceden a mí?

-Excelente.- Espetó Brandom al ver mi rodilla.- Sientate en las escaleras, voy por el botiquín.

Me sente, Brandom corrio a el baño mas cercano por el botiquin y  rapidamente volvio.

-¿Sabes...? esto me recuerda a los viejos tiempos, cuando te enseñaba a andar en skate y tú caías. Y yo, como el buen hermano mayor que soy, te curaba.- Rió amargamente.- Creí que ya se te había pasado esa etapa de las caidas, pequeña chica tonta.

Solo solte un bufido recordando esos momentos.
Tenía razón, él siempre me cuidaba, yo rechazaba a las nanas y mis padres solo hacian viajes de negocios.

Brandom siempre que curaba mis heridas me contaba algo para que no sintiera el dolor y me distrayese.
Siempre fue tan estupidamente bueno conmigo.
Y esta vez no fue la excepción.

-Listo.- Aviso, tiro la gasa que uso a una bolsa y la bolsa la tiro al cesto de basura.- Vamos, ¿puedes caminar?

No respondí, aún estaba sumida en mis pensamientos del pasado.

Entre PrimosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora