Chapter 22.

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Jennie cerró la puerta del cubículo con fuerza, dirigiéndose al lavamanos para así poder observarse en el espejo. Tenía todo el rímel corrido y sus ojos estaban rojos e hinchados a causa de las lágrimas que acababa de derramar y si pensaba que su aspecto no se podría ver aun peor, también se encontraba luchando con la congestión nasal.   

Respiró profundamente y con unos pañuelitos y su desmaquillante, procedió a limpiarse el rostro. Quitó las manchas negras que se volvían bastante mas prominentes en sus mejillas y se aplicó nuevamente una capa de maquillaje, solamente algo ligero para tratar de disimular su semblante tan demacrado. 

Estaba realmente frustrada.

Su mañana no podía haber comenzado de una mejor manera y todo gracias a una sola persona: Lisa, no podía negar que con cada día que pasaba, la tailandesa la tenia mas a su merced. Una sonrisa se expandía en su rostro a medida que recordaba el detalle tan dulce que recibió por parte de la rubia ya hacía unas horas; lo tímida que se observaba al querer entregarle el regalo, como sus mejillas se tiñeron de un rojo ligero al hacerlo y lo expresivos que se volvieron sus ojos cuando escuchó el sobrenombre que había usado en ella y todo, absolutamente todo en su rubia le gustaba. Cubrió su rostro con sus manos, ahogando un pequeño gritito de emoción y entonces las típicas mariposas revoloteando se hacían presentes en su estómago otra vez. 

"Dios ¿Qué me está haciendo?"

— ¿Por qué tuvo que irse todo a la mierda tan pronto? – se cuestionó a sí misma en voz alta, observando su reflejo a través del cristal. 

Su papá le había escrito, ellos no eran de intercambiar mensajes de texto o llamadas telefónicas muy a menudo y mucho menos de verse, era por eso que el padre de Jennie le había prometido llevarla a acampar el próximo fin de semana, solo ellos dos y si bien Jennie no era el ser humano mas amante de las actividades expuestas al aire libre como esas, optó por simplemente aceptar la inesperada propuesta, ya que había perdido la cuenta de la última vez que habían compartido tiempo juntos y aunque quizás no lo demostrase lo suficiente, realmente lo echaba mucho de menos. Cuando su teléfono le notificó la llegada de un nuevo mensaje al finalizar su primera clase, intrigada comprobó de quien se trataba, pensando en que quizás podría ser la chica que se mantenía sentada a pocos metros de ella, sin embargo esta idea fue desechada al instante en que leyó el nombre del remitente del mensaje y en que consistía este. Su sonrisa desapareció, sentía su pecho oprimirse paulatinamente y consigo, unas extremas ganas de llorar que le hacían doler la garganta. 

"Papá: 

Buenos días, cariño. Lamento molestarte tan temprano, solo quería avisarte que me surgieron unos imprevistos en la empresa, así que los planes que teníamos para el fin de semana no podrán ser. De verdad lo lamento hija, se que pasaron pocos días desde que lo hablamos, pero prometo recompensártelo. Hasta luego, que tengas una buena semana.

Te quiero, no lo olvides".

Ya ni siquiera esperaba algo de él y aún así lograba decepcionarla. Rió con ironía, pasando una mano por su mejilla derecha, limpiando una lagrima rebelde que por allí se deslizaba. 

Sacó entonces su celular para inspeccionar la hora, cuando un pensamiento invasivo le advirtió que lo hiciera, "mierda, en que momento.. ya sonó el timbre?". Guardó sus cosas rápidamente y salió huyendo del baño. 

"Mierda, Lisa me debe estar esperando". Jennie no había reparado en la hora que era, después del mensaje que recibió y el cual obviamente dejó sin responder, no había vuelto a tocar su teléfono hasta hacía unos minutos. 

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⏰ Última actualización: Jan 20, 2023 ⏰

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