Rubíes /Dekukiri/

15; Rubíes

Ama el rojo. De verdad lo ama, le recuerda tanto a él, al chico que más ama en este planeta y en todos los demás, desde Marte hasta Urano. De veras lo ama.

Gracias a las clases de pinturas que ha recibido durante el último curso se ha dado cuenta de la belleza del rojo, desde lo llamativo que es hasta lo bien que combina con los otros colores. Todos sus tonos le parecen hermosos por igual, y es que el rojo no sólo representa el amor, también puede representar la sangre, y cómo no, también representa a su amado Eijiro.

Sus ojos son carmín, y su cabello es de un color más bien cereza. Esos son sus tonos favoritos. A pesar de que sus ojos son color carmín son tan brillantes que más bien parecen rubíes, o al menos así lo ve él. Cómo si en vez de ojos tuviera dos de esas piedras preciosas, vistas desde su perspectiva, son hermosas, al igual que los ojos de Eijiro.

Aunque ahora no los puede ver. Pero aún así los tiene grabados en su mente, con todos sus brillos, con todas sus luces. Para él Kirishima poseé los ojos más bonitos en la faz de la tierra, y él es muy afortunado de poder verlos cada día.

Sonríe mientras sigue pensando en su novio. Mueve sus piernas emocionado por pensar en la noche anterior cuando fueron a una cita, y lo radiante que se veía Eijiro esa noche. Las sábanas le acarician el cuerpo.
Pero no sólo a él, también a su novio que tiene el sueño demasiado pesado y no se ha dado cuenta como las manos traviesas e inquietas de su novio han estado recorriendo su cara durante un buen rato, como si fuera un mapa. Caricias por su cabello, que parece que Kirishima no nota, sigue durmiendo plácidamente en su cama, sin darse cuenta del recorrido que hace Midoriya por su piel.

Mmmm...-Murmura Kirishima mientras sus ojos se van abriendo poco a poco. Lo primero que ve es a su novio peliverde y una mano acariciando su rostro con cariño y gentileza.-Buenos días, Izu.

-Buenos días, dormilón.

Kirishima rápidamente aparta su cabeza de la almohada. Ofendido por el apodo con el que su novio le acaba de nombrar.

-¿¡Dormilón?! No es tan tarde Izuku.

-Son las doce del mediodía, has dormido prácticamente diez horas seguidas.

-¿¡Cómo?! ¿Ya es tan tarde? ¡¿Y por qué no me has despertado?!

-Te ves muy adorable dormido, y parecía que estabas teniendo un buen sueño, no quería interrumpirte, parecías muy tranquilo. ¿Con que soñabas?

-Soñaba contigo.

Se sonroja ante las palabras de su novio. Y esconde su cara en la almohada para que Kirishima no le vea sonrojado. Eijiro ríe por la reacción de Midoriya, le parece tierno.

Kirishima retira las sábanas de su cuerpo y se queda sentado sobre el colchón. Con una sonrisa tierna y traviesa lleva las manos hasta la almohada con la que Midoriya sigue ocultando su rostro. Retira la almohada y deja un pequeño beso en la nariz de Midoriya.

–¿Bajamos a desayunar, Izu?

–Sí. Por cierto, estaba pensando en ir a ver a mi mamá, hace mucho que no voy a visitarla. ¿Quieres venir conmigo?

–Sí, claro. Me encantaría.

–Genial, ¿Que te parece si vamos a desayunar y después vamos con mamá?

–Me parece bien. Pero, ¿Le dirás que estamos saliendo o no?

–Ella desde el día en el que me acompañaste hasta mi casa piensa que somos novios, así que ni siquiera hace falta decírselo. Pero si quieres podríamos decírselo, seguro que te llevas bien con ella.

–¿En serio? Vaya, no creí que tu madre iba a pensar eso... Me cae bien a partir de ahora.

Izuku ríe y se dirige hacia el baño para poder darse una ducha rápida y vestirse para bajar a la sala común a desayunar, y Kirishima se dirige a su habitación para hacer lo mismo que su novio.