Sol, Playa y Arena: Parte II

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Llegó una chica extranjera a nuestra escuela: Rubia, de ojos azules, linda figura y un acento extraño...

Una guapa foránea con pecas en su rostro y liso cabello dorado. Definitivamente todo lo que se requería para ser popular si hubiese querido...

La noticia fue un secreto a voces que se esparció rápidamente por la escuela. Y pude confirmarlos cuando la misteriosa chica se presentó ante nuestro salón...

Muchos intentaron acercársele, en especial los chicos, pues en apariencia era encantadora de pies a cabeza...

...A excepción de su jodido carácter: todo el que intentó ser parte de su círculo social terminó evadiendo cualquier interacción con ella durante semanas.

Era inmune a los coqueteos, o incluso algunas de sus respuestas eran sarcasmos hirientes: muchos comprendieron el mensaje que la chica telepáticamente trataba de dar...

"Déjenme en paz"

De haber sido un poco más amigable las cosas podrían haber sido muy diferente para ella. Ahora había alejado a todos los que intentaron ser sus amigos (o algo más)...

Tampoco es como si le afectara: la chica parecía conforme en su burbuja y era mejor que las cosas siguieran así...

¿Verdad?

Al menos eso es lo que todos decían en los pasillos...
Pero... yo siempre he sido un escéptico:

Más allá de su rostro enfadoso...

... había algo que yo conocía bien y no pude dejar de ver en ella:

Tristeza.

°°°

Las cosas entre Zarina y yo, se han vuelto bastante extrañas desde hace tiempo...

Nuestra convivencia ahora es un maldito limbo: subconscientemente evitábamos hablar entre nosotros. Pero nunca fuimos capaces de alejarnos, quizás por consideración a nuestros amigos en común...

Y ahora...

Estábamos haciendo equipo para "ganar" un partido de volleyball: y por ganar, me refiero a SOBREVIVIR... Pues la chica pelirrosa del otro equipo parecía bastante molesta.

Me fulminaba con sus pupilas afiladas y un puchero se instaló en su rostro: su expresión molesta continúo creciendo a medida continuaba el partido... Iruru definitivamente no lucía contenta.

Por nuestro lado, Zarina y yo hacíamos todo lo posible por hacer un tiro decente:
-- ¡Esta vez lanzaré hacia arriba! ¡T-tú remátala Taketo!...

-- ...¡B-bien!. -- Asentí, sintiéndome tan desconectado del mundo por estar sumido en mis pensamientos...

El balón pasó a mi lado y cayó a mis pies...

¡Otro punto para el equipo de Iruru y Shota!

A pesar de nuestos continuos juegos con Hachi y los demás, nos fue imposible sincronizarnos y terminábamos haciendo lanzamientos mediocres:

-- ¡Ahora entiendo por el qué el niño se cubre la vista! -- Nos gritó Hachi señalando a Shota, quién seguía empeñado en jugar a ciegas:-- ¡Su desempeño hoy es penoso de ver!...

Crují los dientes tan avergonzado y molesto como me fue posible, pero no pude responder nada: El tipo tenía razón.

Zarina pasó el balón a Iruru, para que sacara. Ella seguía con ese puchero en su rostro, con sus ojos negándose a dejar de vigilarnos sin siquiera parpadear...

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