𝗖𝗮𝗽.𝟯: 𝙻𝚊 𝚍𝚎𝚜𝚊𝚙𝚊𝚛𝚒𝚌𝚒𝚘́𝚗

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[09/05/2050]

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Michiko, acabada de levantar, fue directa a la cafetería.
Pidió lo de siempre, unas tostadas con un zumo de manzana.

-Oye ¿no te parece raro que Hana no haya aparecido aún? Lleva 6 días desaparecida.

Michiko miró hacia donde provenía esa voz, era Yudai, quien se sentó justo al lado de ella.

-Quizás haya muerto- Respondió Michiko -No es nada nuevo, aquí mueren muchos.

Yudai al escuchar esas palabras se quedó observándola.

-Deja de ser tan fría- Le dijo Yudai -Hana es buena chica... Pobrecita...

Michiko lo miró.

-Si tanto quieres saber de ella ve a papá y pregúntale- Le respondió Michiko.

Yudai la ignoró y le quitó una tostada.

-¿Qué haces?- Le preguntó Michiko observándolo.

-Quitarte una tostada ¿No es obvio?- Le respondió Yudai, para luego levantarse e irse.

Michiko simplemente ignoró lo sucedido, ella sabía que cuando le dijo a Yudai que fuera a "papá" para preguntarle sobre Hana, sería para nada.
"Papá" solo habla de lo que le conviene, nunca le cuenta a otros niños lo que pasa dentro de la sala de "juegos".

Michiko solo pensaba que Hana habría muerto, quizás no soportó lo que le hicieron.

En este lugar miles de niños mueren todos los días, no es nuevo.

-Michiko.

Un hombre la llamó.

Michiko sabía que era para lo mismo de siempre, se levantó de su silla y fue con esa persona al lugar.

Se tumbó en la camilla y miró a una mujer que había allí.

-Se que nunca pregunto y también sé que no dais información- Le decía Michiko -¿Pero que intentáis hacer conmigo?

La mujer la miró al escucharla.

-Bueno, ya que eres tan especial para "papá" te lo diré si te portas bien, te lo prometo- Le respondió ésta.

Michiko la observó.

Esa mujer daba vibras muy raras, pero siempre estaba allí, la conoce hace tiempo.

Como anteriormente, durmieron a Michiko, para que no sintiera ni el mínimo malestar ni dolor.

Mientras tanto, Yudai estaba intentando investigar la desaparición de Hana.

¿Qué habrá pasado con ella? ¿Por qué no la mencionan?

Está claro que nunca dan información sobre otros niños, pero siempre dicen el número de niños que hay en el lugar.

Y el número seguía siendo el mismo, por lo cual Hana debía de seguir viva y Yudai lo sabía.

El chico acababa de salir de la sala de "juegos", por lo cual iba algo adormilado y mareado, pero era capaz de mantenerse en pie.

-¿Dónde podrá estar?- Se preguntó a si mismo éste -Hana... Dame alguna pista...

De repente, vio a dos hombres vestidos con ropa muy ancha y gruesa ir hacia un lugar en concreto.

El chico les persiguió, intentando que no le pillaran.

Los hombres entraron a una habitación, seguidamente cerraron la puerta.

Yudai, se acercó, miraba la puerta detenidamente.

-¿Debería abrir la puerta? ¿Y si me pillan?- Se preguntaba a si mismo.

Pero este niño era muy audaz, lentamente llevó su mano derecha hacia el pomo y la agarró.

Inhaló lentamente y dió un suspiro largo.

Abrió la puerta con mucho cuidado, no entera, solo un poco y se dedicó a mirar cuidadosamente dentro del lugar.

Con su ojo izquierdo, podía ver todo a la perfección.

Hana estaba ahí.

La chica estaba tumbada en una camilla, llena de cables y para su sorpresa, los cables le daban choques eléctricas.

El cuerpo de Hana estaba lleno de quemaduras, no muy graves.

Yudai comprendió perfectamente la situación, el experimento que estaban haciendo con ella, era para ver si la chica en algún momento podía controlar la electricidad a su antojo.

Si ese fuera el caso y Hana lo consiguiera, era muy claro que sería de las más poderosas del lugar.

"Papá" estaba sentado al lado de ésta, acariciandole la mejilla, mientras Hana estaba dormida.

Yudai no se quedó a observar más la situación y lentamente cerró la puerta, haciendo el menos ruido posible.

Rápidamente salió de ese lugar, sorprendido por el gran experimento que llevaban entre manos.
Pero lo mejor de todo es que ella sigue viva, se lo quería contar rápidamente a Michiko.

Michiko despertó, algo mareada.

Pero recordó rápidamente la corta conversación que tuvo con aquella mujer antes de quedar dormida.

Miró a su alrededor, pero no había nadie.
Esa mujer rompió su promesa.

Pero Michiko ignoró la situación, se sentía muy cansada.

Estuvo unos 5 minutos esperando a que se le pasara un poco el mareo y se levantó de la camilla.
Fue caminando por el largo pasillo, viendo a los niños jugar.

Notó como alguien le agarraba del hombro izquierdo.

Ésta miró hacia atrás y vio a Yudai.

-Escucha, Hana está viva- Le dijo éste en voz baja -Están experimentando con ella, la electricidad en su cuerpo.

Michiko al escuchar esas palabras, le miró a los ojos.

-Bueno, ya sabes que está viva- Le respondió ésta.

Yudai la miraba a los ojos.

-Se que en realidad estás contenta de saber esto- Le dijo el chico sonriendo.

Michiko ignoró ese comentario y siguió su camino.

Que alguien viva o muera en este lugar, no le daba importancia, aunque fuera Hana.

Ya aparecerá cuando tenga que aparecer.

El Último ExperimentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora