17 -Mala noche

2.5K 246 73
                                    

Tw: Abuso físico

—Quackity, aquí están los informes que me pediste

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Quackity, aquí están los informes que me pediste.

—Déjalos en la mesa y lárgate.

Purpled obedeció en silencio tras percatarse de su evidente mal humor. Probablemente Wilbur lo dejó con ganas y por eso estaba más insoportable que de costumbre, aunque no lo diría en voz alta, aún con todo seguía siendo su jefe.

Apretó los labios con rabia al ver el cigarro entre sus dedos. Tan pronto estuvo junto a su escritorio Quackity escupió el humo del cigarro en toda la cara del chico quien comenzó a toser al ahogarse con el humo. Reaccionó gritándole con los ojos irritados y llorosos.

—¡¿Qué demonios te pasa?!

Al oír aquello Quackity agarró a Purpled del cabello y lo jaló con tanta violencia que debió morderse la lengua para no gritar, entre sus dedos quedaron fuertemente agarradas sus antenas que podrían quebrarse con un simple apretón.

—Como me vuelvas a hablar así te voy a romper el cuello ¿Escuchaste pequeña mierda?

Lo zamarreó con fuerza, sentía que le arrancaría el cabello a mechones en cualquier momento, a pesar del dolor no emitió un solo quejido.

—Si... si Jefe—. Murmuró, satisfecho el pelinegro lo dejó ir.

Una vez libre cubrió sus antenas con las manos mientras trataba de recuperarse, eran organos sensoriales tan sensibles como delicados. Una vez se calmó intentó marcharse pero Quackity lo detuvo antes al agarrarle del brazo.

Observó sus ojos fríos y se dio cuenta de lo que iba a suceder. Su rostro que de alguna manera había conseguido mantenerse sereno se curvo en una mueca de absoluto terror, intentó desesperadamente soltarse, no pudo hacerlo.

—No... Quackity, no tu... por favor no...

—Deja de balbucear.

Purpled se estremeció y obedeció la orden, el hombre agarró su cigarrillo aún encendido y lo presionó contra su piel provocando una perfecta quemadura circular de segundo grado.

Ahogó su grito apretando la mandíbula con tanta fuerza que podría habérsela roto. las lágrimas se acumulaban en la parte posterior de sus ojos, si lloraba, si gritaba, si emitía un solo sonido todo sería mil veces peor.

Quackity retiró la colilla y miró al menor que sufría de un leve temblor pero se mantenía firme, una sonrisa torcida pintó su rostro y se dirigió a él de manera tranquila.

—Buen chico...

Se incorporó de un salto en la cama, cubierto de sudor y con la respiración irregular. Levantó sus mangas y observó las quemaduras en sus brazos, eran las mismas de siempre, ni mas, ni menos.

Todo aquello con Quackity, solo fue un mal sueño.

Lo sabía, pero las amenazas aún resonaban en su cabeza, percibía el ardor en su piel, olía la carne quemada.

Su respiración se aceleraba mientras más trataba de detenerla, se cubrió la boca ya que slime dormía en la cama de al lado, necesitaba parar, callarse, no podía llorar, no debía...

No debía emitir un solo sonido.

—¿Purpled?

Abrió los ojos por la sorpresa, olvidó que había una tercera persona en la habitación, giró a mirar a Fundy quien parecía genuinamente preocupado. 

—¡Santo cielo! ¡¿Estas bien?!—. Preguntó levantándose y llendo con él.

Le hubiese dicho que se metiera en sus asuntos si tan solo pudiese hablar, Fundy lo calmó enseñándole como inhalar y exalar, Tras seguirle el ritmo unos cuantos minutos finalmente pudo recuperar el aire.

—¿Quieres hablar sobre lo que...?

—No.

—¿Seguro que estas...?

—Si.

Ambos estaban sentados en la cocina, luego de mucho insistir Fundy logró que el muchacho bebiese un té para relajarse.

Luego de un buen rato de silencio Fundy respiró profundo y decidió darle un consejo aunque no se lo hubiera pedido.

—Mira chico, las pesadilla jamás son agradables... pero se vuelven tolerables cuando entiendes que no son reales. Purpled, lo que sea que hubo en tu pesadilla no puede hacerte daño, estas a salvo ahora.

El zorro acercó su mano al chico y este en reflejo se tensó cerrando los ojos a la espera de una agresión que nunca llegó, en su lugar recibió suaves caricias en la cabeza. Se relajó un poco y aceptó aquella demostración de afecto. 

Fundy no podía creer que no le hubiese apuñalado la mano por hacer eso.

Época de cambios [Dream SMP] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora