Época de cambios [Dream SMP]

20 -Cine sangriento

Palomitas de maíz, refrescos y suficientes bocadillos como para tapar las arterias de un dragón. En la pantalla, una maratón con las películas más grotescas, sanguinarias y vomitivas del mercado, cortesía de su hermano mayor.

En la cinta torturaban a una pobre mujer, arrancandole las tripas con las manos desnudas. Drista se sintió identificada al llevar todo el día con un horrible dolor de estómago. En un momento giró a mirar a los demás, para ver que tal lo estaban tolerando.

Tommy se aburría.

Drista frunció el seño, creyó ser la de mayor aguante ya que Dream le enseñó cosas como Happy tree friends tan pronto tuvo capacidad de razonar. El rubio conectó miradas con ella, brindandole una estúpida sonrisa de superioridad. Él tenía no uno, si no dos hermanos mayores, un digno rival.

Poco a poco sus amigos se fueron retirando de la competencia. El primero en salir fue Ranboo, con la cara pálida y a punto de desmayarse, vomitó en la cocina. Poco después le acompañó Tubbo con la excusa de querer consolar a su novio. Finalmente Eryn abandonó, se puso de pie y salió sin decir palabra.

Quedaron solos, observando la película bajo una manta. Aunque tenían nervios de acero, esta película de terror japonés les estaba poniendo los pelos de punta, Drista estaba especialmente ansiosa ya que el dolor había regresado más fuerte que nunca, ahora acompañado de unas desagradables náuseas.

—¿A-Asustada? —Tartamudeó Tom. La chica negó enseguida. —¡E-Eso! ¡Esto no da miedo! ¿Sabes lo que si asustaría? Purpled, se habría reído en las escenas de matanza y te juro que me hubiese meado encima.

—Por Xd, ya deja de lloriquear sobre que tu novio no pudo venir.

—¿¡EL IDIOTA PÚRPURA?! PUAJ. Soy H.E.T.E.R.O. A menos que Purpled tenga tetas, no me interesa.

Drista estalló en ruidosas carcajadas debido a su declaración, Tommy intentó mantenerse sereno pero le fue imposible y ambos terminaron en un ataque de risa. Una vez se calmaron el chico se levantó con un nada sutil "Tengo que mear", se quitó las mantas y bajó su mirada al sentir algo húmedo en su pierna.

Dejo escapar un gritó de absoluto horror, levantándose de un salto frente a una confundida Drista que no tenía idea de que estaba sucediendo. Tubbo y Eryn entraron corriendo a la sala mientras encendían las luces. La chica bajó la mirada y se sorprendió al ver la sangre. Una abundante cantidad de este líquido manchaba sus shorts, cubría el sofá y hasta había dejado una mancha en el pantalón de su amigo.

Los tres se gritaban entre ellos sin saber que hacer, seguros de que la chica estaba teniendo una hemorragia interna. Eryn pensaba en hacerle una transfusión de emergencia, Tubbo ya estaba llamando a Ponk y Tommy gritaba en pánico. Al principio la chica estaba calmada, pero todo ese drama la había espantado y ahora estaba aterrorizada. Ranboo fue el último en llegar, parpadeando ante la escena y siendo el único en mantener la compostura y pensar de manera racional.

—Dris... ¿Estas teniendo tu período?

Los gritos cesaron y todos giraron a mirar a Drista, La chica parpadeó lentamente hasta darse cuenta de lo que sucedía, se puso de pie de un salto y corrió escaleras arriba, cerrando su puerta tras ella con fuerza.

Se acurrucó en una esquina de su cuarto, con lágrimas en los ojos por culpa de la vergüenza. Claro que sabía que las chicas empezaban a sangrar en algún momento pero nadie le advirtió que sería lo mas humillante de su vida, no solo dejó una enorme mancha en el sofá, si no que también había ensuciado a su amigo con su sangre, de seguro que ahora se sentían asqueados de ella.

Pasó mucho, mucho tiempo allí lamentandose, hasta que los chicos golpearon la puerta, intentó ignorarlos pero eran muy insistentes. Se colocó rápidamente algo de ropa limpia y lentamente sacó la cabeza de la habitación, encontrando a Tubbo, Eryn y Ranboo fuera de esta.

—¡Dris! ¿Cómo estás? ¿Te duele mucho la tripa? Estoy preparando algo de té, escuche que ayuda para los dolores.— Dijo aceleradamente Eryn, en caso de que volviese a cerrar la puerta.

—Ya limpiamos el sofá así que no te preocupes por eso, no quedó ninguna mancha por la que te puedan regañar. — Agregó Ranboo con suavidad.

La muchacha les observó sorprendida, lo estaban tomando... de manera mucho más madura de lo que esperaba, no se burlaron de ella ni la hicieron sentir mal, ni siqueira parecía que les hubiese molestado o dado asco quitar la sangre. Pero, aún había algo que inquietaba, desvío la mirada incómoda antes de preguntar.

–¿...Y Tommy?

—¡Oh! El corrió a la tienda a comprárte compresas. —Le respondió el cabrito. —Como es la primera vez supuso que no tendrías.

—... Si sabe que son las 2 de la mañana ¿Verdad?

—Si.—Soltó el mas bajo con un suspiro.

—Y que de seguro Puffy tiene en su cuarto ¿Verdad?

—Déjalo, sabes que es medio tonto.

Regresaron a su maratón tan pronto el rubio volvió. Los chicos le consiguieron algunas toallitas higiénicas, le dieron un ibuprofeno y le prepararon té con canela, envolviendola con todas las mantas de la casa para que estuviese lo más cómoda y calentita posible, mimandola todo el resto de la noche.

Drista se acurrucó en su nido de mantas con una sonrisa mientras comía un barra de chocolate que le dieron, agradecid de los amigos que tenía, mientras por su lado Ranboo no soltaba su comunicador, Texteando en todo momento con Aimsey quien le decía paso por paso lo que debían hacer.