El profesor Mclovin, es el protagonista de los sueños húmedos, orgasmos, suspiros y pensamientos de todos los alumnos del instituto.
Un hombre cuyo físico retracta la viva imagen de un dios en su versión humana. Que entre todos sus alumnos, solo ha...
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Fue una tortura relativamente significante y memorable la forma en la que nos tuvimos que levantar hoy para ir al instituto. Pues fuimos a dormir hasta las 4am y ahora 2 horas después ya estoy lista para el colegio.
—Mejor ni hubiera dormido... ¡para dos pinches horas! ¿Eso que? - me quejé
La noche de anoche fue algo que no puedo explicar. Estuvimos Maddie y yo dándole a todo sin parar a nuestra diversión y fueron tantas cosas que sucedieron en la madrugada, que ahora tengo que hacer un esfuerzo por recordar todo. Pues la desvelada me pegó tan dura que ahora estoy frente al espejo viendo mis enormes ojeras.
He incluso aún siento el sabor de la cabeza de Robin en mi boca.
Miro mi reflejo y hago una mueca ante la pésima imagen que he creado. Me levanté medio dormida y creí haberme arreglado lo suficientemente bien. Ahora veo que no es así, pues mis ojeras están mas profundas y oscuras que nunca, mi cabello está tan desacomodado que parezco una chica callejera, junto con mis ojos y labios hinchados, mi playera mal puesta y olvidé acomodarme los tirantes del brasier.
De pronto Maddie entra por la puerta de mi habitación, luciendo más reluciente y fresca que nunca.
Ella me mira y grita
—¡Ay Abigail! ¡¿Porque te vestiste así?! - gritó aterrada
—¿Así como?...
—Así como... como una prostituta después de una orgía con siete negros - dijo mirándome de arriba hacia abajo.
—¿Pero que dices?... ¡Ja! Mírame, estoy mas fresca que una lechuga - dije mirándome al espejo
—Mas fresca que un cadaver mas bien - susurró
—¿Como puedes lucir tan bien después de solo dormir dos horas? - pregunté
Al parecer se sintió admirada, pues puso su típica expresión de cuando un chico la llama bonita, su boca se formó como si fuera a dar un beso y corrigió su postura, levantó su mano y lanzó su pelo hacia atrás.
—¡Ay dios! - rodeé los ojos
—¿Pues que?... soy bonita, las bonitas no necesitamos esforzarnos - dijo altanera - tu síguete arreglando que aún te falta mucho, mamita
Tomé un vaso de agua que tenía en mi escritorio y se lo lancé
—¡ESTUPIDA MI PELO, IDIOTA! - Saltó del susto y tomó su cabello con sus manos
—Por grosera
—Pss, no seas envidiosa, mírame hasta dormida me veo bien - se acostó en la cama y fingió dormir
Hizo una pose tan chistosa, tipo en modo tiesa, parecía estar muerta
—Pareces un cadaver con siete días en el piso - dije y ella levantó su cabeza con una expresión indignada
