El profesor Mclovin, es el protagonista de los sueños húmedos, orgasmos, suspiros y pensamientos de todos los alumnos del instituto.
Un hombre cuyo físico retracta la viva imagen de un dios en su versión humana. Que entre todos sus alumnos, solo ha...
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La secuela de los pequeños momentos desconcertantes que sucedieron durante la estancia en la casa Robinson, dejaron algo confundidos al pequeño grupo de invitados.
Pues la casual invitación de los hermanos para realizar una comida en señal de disculpa por lo sucedido con Abigail en aquella pista de hielo, se fue tornando oscura y extraña al notar la exageración del asunto, el extraño comportamiento y la amabilidad excesiva de los Robinson. Para después, empezar a notar como los empleados de la casa dirigían su dura mirada a los nuevos invitados y empezaron a crear un sin fin de teorías en cada mente de cada uno de los chicos.
Al final dejaron las teorías y chistes a un lado y optaron por solo decir que son personas muy amables y buena gente.
Ahora pueden darse un gran respiro en la libertad de la soledad del bosque y el aire helado que la noche presencia.
Minutos atrás salieron de la casa y ahora se dirigen nuevamente a la ciudad con tranquilidad.
Narra Abigail:
Al final del día cuando el sol ya estaba dando su último rayo de luz, logré juntar a todos mis acompañantes y pedir que ya nos fuéramos.
Por eso Mclovin de manera rápida terminó su profunda conversación con el señor Robin y los demás en cuanto escucharon mis palabras "Ya vámonos" se levantaron como si les hubiese dicho "Hay chisme" nos despedimos, agradecí por todo y salimos de aquella casa.
—Pff, que respiro - exhalo fuertemente Maddie y yo asentí
—¡Vaya, que alivio! - susurré complacida y miré de reojo al profesor quien miraba atentamente a la carretera y entrecerraba sus ojos ante la oscura noche.
Giré mi cabeza hacia la ventana del auto, bajé el cristal permitiéndome sentir el ambiente exterior y admiré como el gran terreno lleno de pinos y arboles, solo eran iluminados por una reluciente luna llena, y nada mas.
El aire frío pega fuerte pero cómodamente mi cara y cierro los ojos ante el tacto. Cuando de pronto mi cuerpo empieza a temblar ligeramente y me abraso a mi misma.
Inesperadamente siento una cálida mano tocar mi rodilla y me asusto ante el tacto, volteo asustada hacia el lugar y me relajo al instante al ver que es la mano del profesor. Pero nuevamente me pongo nerviosa al notar que es la mano del profesor.
El gira lentamente su cabeza y me mira con seriedad, yo me quedo estática y algo pensativa al no saber su próximo movimiento. Llevo mi mano y sin miedo la pongo encima de la suya, logrando que una pequeña sonrisa reluzca en su rostro, cuando de repente quito su mano y el rápidamente coloca la suya encima de la mía y aplica fuerza en su agarre.
Lo miro sorprendida y él sonríe ligeramente. Me remuevo en mi lugar al sentir una sensación rara en mi estomago, por lo que me puse firme y me recargué en el asiento.
