El profesor Mclovin, es el protagonista de los sueños húmedos, orgasmos, suspiros y pensamientos de todos los alumnos del instituto.
Un hombre cuyo físico retracta la viva imagen de un dios en su versión humana. Que entre todos sus alumnos, solo ha...
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Dias después...
Han pasado unos cuantos días desde la llegada de mi padre. E inesperadamente no lo he visto desde entonces, pues la noche de la reunión familiar o mas bien la fiesta, él salió por un "asunto pendiente" y por cosas de horarios distintos, no nos hemos topado. Pues por la mañana estoy en la escuela y el en casa, ya que ahora ha decidido trabajar por una temporada desde su hogar y por las tardes sale por unos asuntos de trabajo en la ciudad, casualmente cuando ya estoy en casa.
Mis clases se han tornado considerablemente mas motivadas e interesantes. Pero una en particular me hace estar ansiosa y contar los minutos con desesperación ante la espera de la presencia de un sexy profesor frente a mi.
La campana suena y resuena por todo el colegio, haciendo saber que una nueva clase está por comenzar y todos en el aula se comienzan a dirigir a su lugar.
Como era de esperarse, la perfecta figura del hombre que conozco mas de lo que debería, entra por la puerta y se dirige a su escritorio.
—Buenos días...- mira a todos lentamente, hasta que se topa con mis ojos y sonríe levemente - bellos jovenes.
Rápidamente sentí como mis mejillas se calentaron y agaché un poco la cabeza.
—Bello usted, viejo sabroso - susurró alguien detrás de mi.
Voltee mi cabeza como la niña del exorcista y miré directamente a Britney con fastidio.
—¿Que has dicho? - mascullé y ella me miró con duda
—Que el bello aquí es el profesor, ¿apoco a ti no te calienta? - susurró con picardía
Sentí como mi cuerpo se empezaba a calentar, pero del coraje. Apreté mi mano en mi pierna y la miré con rabia, hasta que sentí un piquete en una zona inesperada.
—¡Ay Maddie! - giré hacia delante asustada y encaré a mi mejor amiga - ¿por que me picas la cola? - susurré asustada
Rió por lo bajo
—Porque te estás olvidando de algo - dijo seria
—¿De que?
Ella miró hacía Britney, después al profesor y posteriormente al resto del salón.
¡Mierda!
Mi actitud puede dar mucho de que hablar, y mostrar una escena de enojo a los comentarios de deseo de mis compañeras hacia mi profesor... se podrían dar cuenta.
—¡Oops!...- susurré
—¡Oops nada! Deja de mostrar tus celos tan abiertamente.- la miré sorprendida y negué
—¿Celos? ¿Estás loca? ¡Claro que no son celos! - grité en voz baja
