Durante todo el día, recorrieron el lugar, intentando fotografiar el lugar con el mayor cuidado posible con tal de no dañar la pintura, pero, con tan solo ver las escrituras de sus paredes, ya sabían hacia dónde iba el asunto.
Más que decir qué es lo que estaba aquí, habían advertencias y amenazas. No había ofrendas, no había historia y aún no encontraban un sarcófago. La muerte no fue un castigo entregado, sino una prisión asegurada y en los geroglíficos estaba su sentencia, el castigo de sus pecados, más no la historia de aquella persona que tal vez fue amada, del bebé inocente que al crecer se le arrebató su inocencia.
— ¿qué opinas sobre no encontrar nada? — le habló JaeBeom a Park. — yo siento cierta decepción.
JinYoung se tardó en contestar, pues estaba distraído en su mente, pensando en algo.
— mercurio. — dijo en voz baja. — el mercurio era una decoración usada en las pirámides para simular los ríos que llevarían a los faraones al más allá.
— sí, lo sé, fue lo primero que me enseñaron en mi primer año de Universidad. — dijo JaeBeom con arrogancia. — pero te recuerdo que este lugar no tiene casi nada, no hay ofendas, no hay historia y no hubo mucho esfuerzo de parte de la gente para aclarar lo que hay aquí, así que dudo de que se hayan dado la molestia de ir a buscar mercurio a alguna parte del desierto.
— pero la gente sí se dio la tarea de hacer este lugar, de hacer inscripciones de advertencia, diciéndole al mundo que lo que hay aquí es peligroso, así que es posible que hayan hecho ríos de mercurio para que, sea lo que sea que haya aquí, no vaya a salir jamás. — explicó su teoría un poco más confiado. — rodearon el ataud para que nadie entrara ni eso saliera.
— ahora sí tu teoría suena más convincente, hermoso.
Durante los siguientes días, intentaron buscar resultados a base de la teoría de JinYoung, la cual resultó sí ser cierta.
Habían encontrado una cámara llena de miles de litros de mercurio, y una vez vaciada la cámara, encontraron un sarcófago.
JaeBeom volteó a ver momentáneamente a JinYoung y sonrió con orgullo, procurando que este no lo viera. 20 años, hermoso, inteligente, delicado, debería estar aquí con un título o como estudiante. Tal vez... solo tal vez, si todo salía bien, podría ayudarlo a seguir sus estudios. Tenía defectos, en efecto, pero también debían reconocerle que reconocía el talento de las personas cuando estas apenas se daban cuenta de que la tenían.
Varios científicos de la región del Cairo se acentuaron a observar el hallazgo. Había traído carpas y un laboratorio movil para poder investigar a la persona enterrada aquí y, a su vez, preservar el cadáver.
— ¿quieres ver lo que encontraste? — le ofreció Lim al más joven. — sin ti, no hubiéramos dado con esa cosa en tan poco tiempo.
— suena interesante. — contestó, caminando junto al mayor. — tal vez podría darme crédito al final de la aventura.
— si quieres crédito, deberás llegar hasta el final.
— me parece estupendo.
Realmente, no había muchas cosas de valor cerca, y lo poco y nada de valor estaba en las paredes y sería muy difícil intentar sacar algo.
Cuando abrieron el sarcófago, encontraron a aquel prisionero, bueno, solo sus restos bien preservados. Era asquerosa. JinYoung se asustó mucho, soltando un grito de terror, aunque menos mal no se había desmayado.
La pestilencia persistente era lo de menos, sin embargo, el rosto del que alguna vez fue un hombre lleno de dolor y desesperación, estaba tan lleno de ira y rencor, como si su odio hacia aquellos que lo encarcelaron persistió en el tiempo y esperara a que algún día estos, apenas fuera liberado, cobraría venganza y volvería a cometer sus fechoría, con más odio que antes.
— voy a omitir el hecho de que hayas gritado. — le habló Lim, entregándole una botella de agua para su garganta. — puedes esperar afuera si tienes miedo.
— ya se me pasó, ya se me pasó. — indicó nervioso. — pero, uhm, huele muy mal.
— sí, así huele la muerte.
Dentro del ataúd, habían muchas escrituras, que si bien no podía transcribir a la perfección, las cosas que entendía lo hacían temblar. Fue rápidamente a tomar una libreta y empezó a anotar lo que allí hacía escrito en piedra.
"La muerte es solo el principio"
"Ni los dioses podrán escapar de mi oscuridad"Mordió sus labios algo frustrado por no entender lo que decía poco después. Tal vez era algo en otros idiomas, más antiguos que todo lo ya descubierto.
— ¿sabes lo que dice aquí? — preguntó Lim; Park negó apenado. — tranquilo, es hebreo antiguo. Envié unas fotografías a un experto, pronto tendremos la transcripción.
— hebreo era el idioma de los esclavos judíos. Pero, fíjate en el resto, escribió la misma advertencia en varios idiomas diferentes, como el chino, latín, egipcio...
— eres bastante inteligente. — le dijo Lim con una sonrisa, dándole unas palmaditas en la espalda. Las mejillas de Park ardieron tímidamente. — ¿sabes? Seguiremos trabajando de noche, podrías venir a mi carpa a hablar sobre el caso.
— ¿solo a "hablar"? — preguntó algo petulante, fingiendo inocencia. No pudo evitar malpensarlo. — bueno, entonces espero que tenga toda la traducción, porque tengo muchas preguntas.
Lástima que esa noche no llegaría.
Al caer la noche, JinYoung caminó despacio por los pasillos de la cámara, sin despertar las alarmas de nadie. Todos los científicos estaban afuera y los guardias pensaban que él era el más íntimo compañero de Lim. O solo... íntimo.
Llegó hasta la cámara, sacó lo que pudo de donde sea y en su mochila guardó todo lo valioso, hermosas piedras que rodeaban la tumba. Cuando pensó que tenía tesoros suficientes, salió con disimulo hasta llegar a unas camionetas y se robo una. Ya qué. Era un ladrón de mierda.
JaeBeom salió de su tienda, observando justo a tiempo cómo JinYoung se daba a la fuga. Tenía el corazón en la mano, así que corrió a la cámara a ver lo que faltaba. Lo único que había dejado era la momia allí tirada.
¿Cómo es que un traficante terminó trabajando dentro de su investigación? Había escogido a todos los trabajadores meticulosamente, precaviendo que alguno de ellos fuera alguien que actuaba por debajo de la ley. Vaya decepción. JinYoung parecía tener buen futuro dentro de la arqueología, incluso tenía pinta de ser un futuro egiptólogo, bueno, solo le faltaba el título, porque era práctico, no honrado.
— ¡atrápenlo! — gritó, sacando su arma para disparar a la dirección por donde el chico huía, intentando apuntarle al auto, aunque ya se había esfumado.
¿Es que de dónde salió? Esa pregunta lo atormentaría hasta que le quitase las respuestas a golpes. Estaba enfadado, la historia era sagrada, por lo que su furia le hacía querer golpear a quien arruinase su momento más íntimo de su carrera.
La cosa no era lo que Park había robado sea taaan valioso como lo que estaban a punto de descubrir, sino que él sabía las coordenadas y la forma de volver a este lugar a hacer de las suyas, quién sabe qué se robaría cuando alguien tuviera la guardia baja. Quizás volvería con unos amigos, gente a la que le vendería el alma. Este sitio era nuevo, estaba expuesto a saqueadores de tumba.
JinYoung había escapado y no se encontraba rastro de él. Sería muy difícil encontrarlo pronto, pues el desierto borraba todas sus huellas y ocultaba su existencia.
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Por cierto, ayer se me olvidó decirlo
Kim_Hidru fue la diseñadora de esta bella portada 💖💋
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Sepulcro {JJP}
FanfictionEl mundo es un lugar lleno de misterios, protege sus secretos e intenta olvidarlos, pero la humanidad se aferra a la historia para tener una guía hacia su futuro. Del polvo venimos y al polvo volveremos, de este polvo se nutrirá la tierra y nacerá...