⁰³

78 13 5
                                    

JinYoung llegó a la ciudad, pisando el acelerador a fondo. Estaba en estado de shock. No podía creer que había robado algo de tal magnitud. No otra vez.

Condujo hasta la casa de su amo, temblando y con sus piernas adormecidas. No podía creer lo que había hecho, su mente no quería asimilar o aceptar lo que había hecho, no quería hacerse responsable de esto, no quería estar involucrado en este crimen.

Tomó la mochila y bajó del vehículo. Entró a la casa, siendo recibido por sus 3 gatos. Sus 3 amigos felinos era el único contacto estable que su dueño le permitía tener.

Caminó a la sala, encontrándolo en pleno acto íntimo a su amo. Tenía sus piernas abiertas, sentado en el sillón y con una mujer dándole una felación mientras él fumaba. Cuando el hombre notó su presencia, no le importó detener a la dama y solo le indicó con el dedo que se acercara. La mujer se detuvo y volteó a ver al menor, molesta e irriada, pues no quería niños en esta habitación a menos que se uniera. Mas, el hombre que la contrató la jaló del cabello y la hizo volver a lo que estaba haciendo, cruzando su pierna detrás de la nuca de la fémina para que no se detuviera por ningún motivo, hasta que acabara.

— volviste rápido. — comentó él.

— sí, señor. — murmuró apenado, sentándose en el suelo para dejar las cosas robadas sobre la mesa y mostrárselas. — de la excavación no salió nada más que esto.

El hombre gimió disgustado, sujetó la cabeza de la mujer y le dio una calada a su habano.

— es pura mierda. — dijo, concentrándose en embestir la boca de la mujer.

JinYoung se puso rojo de la vergüenza que sentía. Asco y vergüenza, incluso se sentía sucio por estar presenciando esto. Quería irse, pero sabía que a su amo le disgustaría que desapareciera así como así por algo tan "absurdo". Pese a que sea algo que el señor acostumbraba a hacer, Park jamás logró normalizarlo o naturalizarlo. Se sentía tan retorcido como la primera vez que se encontraba en esta situación. Es más, sabía que este hombre también era vouyerista, el fetiche de ver a la gente cogiendo sin ser parte del acto en sí, aunque también le gustaba ser visto.

Cuando el anciano finalmente culminó, le entregó el pago a la mujer y la despachó, volvió toda su atención al joven.

— ¿no lograste encontrar nada más interesante?, ¿ni siquiera una momia?

— esto es interesante. — contestó. — los jarrones de por sí valen mucho y las joyas aún más.

— ¿¡había una momia y no la trajiste!?

— no podía hacerlo, era frágil y seguridad me asesinaría. — recibió una bofetada, haciéndolo caer de costado. — pero... traje lo que pude tomar...

— y aún así fracasaste. — gruñó, bajando a la altura del menor para jalar su cabello. — me importa una mierda tu vida, debiste traer algo más que basura. Ahora no sé cómo le vas a hacer, pero me vas a traer a esa momia asquerosa, aunque tengas que venderle el culo a todos los guardias. Te doy la comida suficiente para que no mueras, pero para que mantengas esa figura de buena puta que eres, haz que valga la pena. — alegó el viejo cascarrabias, dándole una patada a uno de sus gatos.

JinYoung rompió en un llanto silencioso, tomando a su pequeño amigo que maullaba de dolor. Tomó a sus otros 2Q amigos, junto a su mochila y subió hasta su cuarto.

Bah, ¿qué cuarto? Si vivía en el ático, pero allí estaba a salvo. Sacó su celular y vio todos los mensajes y llamadas perdidas de Lim, así que solo quitó el chip y lo rompió. No sabía si esto iba a funcionar, pues solo las películas eran su única fuente, aunque solo esperaba tener tiempo para calmar a sus amigos.

Los abrazó a los 3 y lloró en silencio.

Chrissy, Max y Georgio. Eran su única esperanza para aferrarse a la vida. Ellos lo necesitaban.

Se acostó en su colchón (ni siquiera era una cama, solo un colchón sacado de la basura) y se arropó junto a sus tres gordos peludos.

Chrissy era una gatita pelirroja, panzona y peluda, muy traviesa y que siempre le hacía sonreír cuando estaba deprimido. Max era un gato negro, el que más odiaba su amo, ya que al ser negro, lo culpaba de toda la mala suerte que siempre tenía en las apuestas. Georgio es un gato persa, muy peludo, esponjoso y gordo. Los 3 habían sido un "regalo" de sus padres cuando lo abandonaron, lo dejaron en un callejón con los 3 gatitos bebés en una caja. Eran su más grandes tesoros

Solo por ellos hacía todo lo que su amo le ordenaba. Mil veces prefería que le comprara comida para sus gatos que un par de zapatillas.

----------------------------------------------------------------

Todos los datos que JiYoung había puesto en su ficha de currículo eran verdaderos, pero a la vez falsos. No había registro de él en ninguna parte, no había cuenta bancaria, no había direcciones de dónde encontrarlo, nada. Había desaparecido bastante rápido, pero lo encontraría, a como diera lugar. Para eso tenía a Lee HoSeok, bajo el seudónimo de WonHo, el encargado de la seguridad de toda la obra.

— JaeBeom, el permiso expira en 3 días. — dijo uno de sus hombres. — podemos buscar a JinYoung incluso desde el más allá, pero el proyecto debe ser prioridad.

— tienes razón, tienes razón. — murmuró, intentando calmarse. — ¡pero si lo llego a encontrar...! — gritó exaltado.

— amigo, ya cálmate. Este es el descubrimiento del siglo, debes ir a hacerte cargo de este proyecto y no dejes que arruine este momento.

— pero si lo llego a encontrar...

— yo me encargaré de encontrarlo, tú céntrate en lo importante.

— si lo encuentras antes que la policía, me lo traes a mí. — demandó, cerrando su computador. — ya me enviaron las traducciones, así que ese idiota no me va a arruinar esto. Si la policía se involucra, no podré ahorcarlo como se merece.

Bueno. Resultó ser que JinYoung tenía razón. Como mínimo dejó cierto aporte a su investigación.

Un hombre que quería ser dios, un mortal con aspiraciones de eternidad. Alguien que quería tener el poder de la vida y la muerte en sus manos, que consiguió la eternidad, pero fue detenido a tiempo y encarcelado a través de la momificación y maldiciendo su existencia.

Tomó una de sus linternas y entró a la cámara funeraria para leer en persona todo lo que decía esa tumba. Se tomó muy a pecho eso de "enterrarse en el trabajo para distraerse". Empezó a leer en voz alta la condena de este hombre,  para mayor comprensión, a la luz de la luna llena que cubría a todo Egipto.

Cuando terminó de leer la inscripción, las luces parpadearon hasta apagarse y dejarlo en completa oscuridad, seguido de un fuerte grito desde la tumba o algo semejante al un suspiro, el primer aliento de vida luego de varios minutos sin respirar.

Había despertado algo que no debía encontrar, tal vez, algo de lo que ni Dios tendría poder para detenerlo.

JinYoung, desde la comodidad de su cama y con sus gatos encima de él, escucharon los gritos provenientes del desierto, pero a la vez, se sentían tan cercanos, dentro... dentro de su mente. Se tapó los oídos para acallarlos, pero seguían allí, gritando y a la vez, susurrándole, cosas tan cercanas a la muerte. Se levantó algo aterrado y encendió su lámpara, abrazando a sus gatos asustados.

— tranquilos, aquí estoy...








----------

Si los dos primeros caps + este pasan de los 10 comentarios, subo 4 de golpe :D

Sepulcro {JJP}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora