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Llegó el día de las pruebas para la UA, Izuku ya no había tenido más crisis e iba caminando con Katsuki a su lado

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Llegó el día de las pruebas para la UA, Izuku ya no había tenido más crisis e iba caminando con Katsuki a su lado. Acababan de bajar del tren y ambos mostraron miradas de asombro y emoción plasmadas en sus rostros cuando divisaron la escuela de héroes con la que habían soñado desde niños. Había llegado el momento de demostrar su valía y Midorilla estaba rebosante de energía. Dio los primeros pasos por el patio de entrada y entonces sucedió, en un instante estaba mirando las grandes puertas de entrada y al otro estaba besando el suelo. Las carcajadas de su amigo no se hicieron esperar.

-De verdad que eres un inútil nerd de mierda, eres un torpe sin remedio- Izuku lo miró mientras se incorporaba de su posición en el suelo.

-No es mi culpa, estaba...- No pudo terminar la frase cuando una chica castaña con grandes mofletes se puso entre él y Katsuki.

-No deberías burlarte de él, estamos en una academia de héroes y no hay lugar para el acoso en este sitio- Se veía decidida a defender al pecoso del rubio, pero éste no se lo tomó muy bien.

-¿Aah, y tú quien te crees que eres cachetes gordos?

-¡Me llamo Ochaco Uraraka y no voy a permitir que te metas con él!- La chica parecía decidida, pero Katsuki enfureció.

-¡Te voy a matar perra!- El rubio se abalanzó sobre la chica, pero antes de que pudiera alcanzarla Izuku se había puesto delante y le había puesto la mano en el pecho para detenerlo y no armar una escena.

-Ya basta Kacchan, ella no te ha hecho nada.

-¿Como que no? ¡Me ha dicho acosador! ¡Yo no soy un acosador!- Uraraka estaba perpleja por la agilidad del peliverde y la forma en que había manejado al chico furioso.

-Ella solo estaba preocupada y tú saltas a la mínima. Tú y yo sabemos que no es acoso, eso es suficiente, no hace falta ponerse así.

-¡Ya, pero te ha subestimado!- La chica miraba de uno a otro sin entender nada. En un momento el rubio se estaba burlando del niño bajito y al otro estaba haciendo pucheros por la reprimenda del mismo.

-No me estaba- El peliverde se rindió - ¿Sabes que? Déjalo, vamos al examen antes de que se haga tarde- Se giró en dirección a la chica y se disculpó antes de irse arrastrando al rubio. Ochaco sacudió la cabeza y fue detrás de ellos con la intención de hacer el examen al igual que la peculiar pareja con la que se había cruzado.

 Ochaco sacudió la cabeza y fue detrás de ellos con la intención de hacer el examen al igual que la peculiar pareja con la que se había cruzado

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