PROLOGO

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La soledad y oscuridad son 2 elementos tan tormentosos peor que el mismo infierno, odio mi existencia, eh vagado por estos rincones muy oscuros con un único objetivo, pelear contra los seres mas fuertes y superar así a los dioses.

Yo solía ser un príncipe que se convirtió en un rey de una de las razas guerreras mas fuertes del universo, hablo de la raza Saiyajin, mis subordinados siempre creyeron que yo estaba completamente loco por seguir volviéndome mas fuerte fue entonces cuando emprendí mi viaje por todo el universo en búsqueda de poder, fue ahí cuando descubrí que nuestra raza tiene la capacidad de evolucionar siempre superando nuestros limites en cada batalla que este a punto de llevarnos al borde de la muerte, pero aun no estaba satisfecho y entonces llegue a un mundo plagado de seres llamados "los demonios caídos" seres formidables donde pude aprender de ellos rituales y técnicas muy útiles, una de esos rituales era la "liberación del poder maligno".

El ritual del poder maligno consistía en impregnar mi alma de energía demoniaca y oscura a base de pensamientos malignos y deseos egoístas, entre mas soberbio sean y mas maldad exista en estos deseos y pensamientos mi alma se impregnaría de esta causando en mi una metamorfosis que cambio mi apariencia para siempre perdiendo así todo rastro humanidad que tenia, aumentando mis poderes a niveles nunca antes vistos.

Mi poder era grandioso, me sentía capaz de incluso pelear contra los dioses, fue ahí cuando estos hicieron acto de presencia, unos seres llamados Kaioshins fueron a confrontarme, pero esas basuras no estaban a mi nivel siendo que incluso uno de estos seres no pudo ni soportar uno de mis golpes que le termino por explotar la cabeza, pero entonces aparecieron 3 seres, uno de estos era un ser parecido a los Kaioshins pero era mas alto y tenia un cetro con una aureola en su cuello y a su lado estaban 2 seres que tenían un aspecto felino con forma humanoide.

Los confronte y uno de ellos muy furioso me dijo que pagaría por la muerte de su maestro el Hakaishin, por el titulo de aquel ser que no conocí me hizo pensar que era un ser muy fuerte, entonces mi sangre Saiyajin comenzó a arder de la emoción y la batalla contra esos seres que tenían aspecto de gato comenzó, ellos eran fuertes pero carecían aun de experiencia por lo que pude superar a esas sabandijas y de inmediato ataque en dirección al ser  con aureola en el cuello pero sorprendentemente el no se inmutaba y me esquivaba con facilidad, esto era humillante a pesar de haber obtenido un poder que me volvía el ser mas poderoso del universo el no parecía impresionado limitándose a decirme que mi forma de pelear era desastrosa y muy salvaje.

Estaba consternado de tan solo pensar que aun no tenia el poder suficiente para enfrentar a los dioses, mientras pensaba en ellos, esos dos gatos usaron una transformación muy rara que aumento su masa muscular y su aura se volvió de un  violeta oscuro haciendo que mi ser sintiera miedo de tan solo verlos y de inmediato tuve una batalla bastante pareja y el choque de nuestros puños ocasiono rupturas en el universo, estaba completamente emocionado pero en eso los Kaioshins restantes hicieron un conjuro que abrió un portal a otra dimensional cual ellos llamaron "el reino de la nada" donde esos 2 gatos me lanzaron un ataque de Ki gigantesco empujándome dentro de ese portal dejándome encerrado por siempre en el mundo vacío.

Desde entonces he vagado por esta dimensión buscando una manera de salir, dentro de la misma encontré seres que fanfarroneaban de ser fuertes, esas escorias al igual que yo estaban ahí porque habían cambiado su vida por mas poder siendo un castigo impuesto por los dioses, los enfrente pero ninguno de ellos pudo darme la satisfacción que buscaba en una batalla.

Habían pasado millones de años quizás y aun no había envejecido para nada, pronto descubrí que en ese lugar mantenía a sus prisioneros en la etapa en la que estos habían llegado, mi desesperación y furia contra los dioses aumento por negarme la posibilidad de dejar de existir para ya no sentir esta abrumadora soledad, sin embargo millones de kilómetros de mi pude sentir como poderes bastante grandes estaban reunidos y un Ki muy familiar estaba ahí, volé a gran velocidad pero al llegar esos poderes ya no estaban y poco tiempo después volví a sentir un poder sin igual que estaba fragmentando realidades dimensionales, entre ellos la mía y supe entonces cual era la única manera de salir de esa prisión.

Habían pasado millones de años quizás y aun no había envejecido para nada, pronto descubrí que en ese lugar mantenía a sus prisioneros en la etapa en la que estos habían llegado, mi desesperación y furia contra los dioses aumento por negarme la po...

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La Amenaza del Mundo VacíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora