10. Abriendo El Corazón.

160 30 32
                                    

Pon En Mi Voz El "Te Amo" Que Jamás Nadie Te Ha Dicho.

Gustavo. Gustavo. Gustavo.

¿Quién diantres es Gustavo y por qué le molesta tanto que tenga algo que ver con su Jojo?.

¿Qué son esos pensamientos, Emilio Geller?.

Casi podía oír la voz de su padre preguntarle.

Jamás se sintió tan posesivo con alguien, nunca pensó en querer marcar a alguien de su pertenencia, pero con Joaquín todo se volvió diferente, ni siquiera cuando era un niño se molestaba cuando otros le quitaban sus juguetes.

Suspiró con fuerza una última vez, tomó la carlota que Julieta preparó para su cena, salió del auto no sin antes darse un vistazo en el espejo retrovisor.

Encargándose de que todas la puertas están bien cerradas, guió sus pasos hasta la entrada, tocó un par de veces y pronto fue recibido por su amor, al instante se le olvidó el conflicto que tenía consigo.

- Pasa, ricitos.

Emilio tardó un poco en entrar, mirando con mucha atención a Joaquín, con un mandil atado a su cintura, los rizos cubiertos por un pañuelo, una camisa de franela y jeans.

- Huele muy bien, ¿Qué estás cocinando? - Dijo una vez adentro, yendo hacia la cocina y dejando la carlota sobre la isla.

- Aún no lo sabrás, falta poco para que podamos cenar - Habló animado, moviendo con una cuchara el contenido de la cacerola.

- ¿Está Ren? - Preguntó mientras tomaba asiento en una de las sillas del comedor.

- Oh no, ha salido con alguien - Cerró las perillas de la estufa y procedió a sacar unos platos para servir la comida.

Frente a él fue puesto un plato con pollo marsala.

Ambos sentados frente a frente, asintieron y dieron la primera cucharada al guiso.

Emilio cerró sus ojos ante la explosión de sabores que se lleva a cabo en su boca, su paladar se deleita con la textura, disfruta de cada sabor y de ese toque exquisito que le da el vino.

- Es delicioso, Jojo - Dijo después de dar una cucharadas más a su plato.

- Papá era italiano, él me enseñó a cocinar - Su voz bañada de melancolía.

- Les extrañas demasiado, ¿Verdad? - Posó su mano sobre la de Joaquín, dándole un ligero apretón.

- Bastante. Una británica enamorando a un italiano. No es momento para ponerse tristes, ¿Qué tal si escoges uno de los vinos que papá guardaba en aquel estante?, No comprendí muy bien su gusto por los vinos - Dijo un poco apenado, mirando a Emilio levantarse e ir hacia el estante lleno de botellas de diferentes vinos, clasificados desde el blanco, pasando por el rosado hasta llegar al tinto.

Emilio escogió un vino tinto Vega Sicilia. Sirvió un poco en un par de copas y dieron un pequeño sorbo.

- Es momento de probar esa carlota - Emilio habló con suma emoción, los postres de Julieta son todo un paraíso para el paladar.

Latidos | EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora