Antiguo Dolor.

Anciano Ishida.

Capítulo. - Anciano Ishida.

Advertencia, contenido explícito, no apto para personas sensibles.

Cuando era joven miraba los más hermosos paisajes que hacían resplandecer esta tierra que la vida nos brinda cada día. Jamás creí que esta belleza fuera destruida por las personas que la habitan.

Sus corazones son crueles y desalmados, la envidia los corroe, la avaricia los enloquece y el poder... hum... el poder... ¡es el poder!

Con los años he ido adquiriendo sabiduría podría decirse, ya que eh visto lo bueno y malo de cada emperador que ha estado en el poder, unos son sabios y han logrado mejoras en cada reino. Otros han sido despiadados y crueles peor que el mismo demonio.

Mi familia se dedicaba a la medicina tradicional, cuando comenzaron a desarrollarse los seres esenciales mi familia tomó clases en actualización para la medicina, no solo practicaba lo tradicional sino lo moderno y actualmente siempre estaban a la vanguardia.

Así fue mi infancia y mi adolescencia practicando y conociendo lo nuevo. No me cerraba sino perdía la oportunidad de creer y ver más allá de lo que hay a nuestros ojos.

Atendí a muchas personas de todo tipo de generó claro lo hacía clandestinamente ya que había pasado aquello.

El anciano retoma sus viejos recuerdos de cuando era un niño pequeño e tan solo cinco años de edad y vivió aquella atrocidad en carne propia. En cómo vio que eran masacrados, torturados y desmembrados aquellos hombres por tener esa esencia especial.

Cada paso que daba por los valles y senderos o por los caminos nuevos que veía, siempre aparecían cadáveres de personas muertas, entre arbustos que se escondía podía ver como aquellos desalmados hombres cazaban y mataban a los seres esenciales.

Los verdugos eran lo más peor que hay, eran unos malnacidos que jamás debieron nacer, como desmembraba el cuerpo de los seres esenciales.

Lo más difícil de superar para el anciano Ishida fue ver como un verdugo abrió el cuerpo vivo de aquel hombre que lo miro con ojos llenos de bondad y tranquilidad, puede decir que con gran resignación acepto su destino final; ser abierto mientras respiraba sintiendo el dolor de ser desprendido de ese órgano que le permitía poder dar a luz a otro ser, sin gritar ni suplicar solo pasaba saliva por su garganta mientras miraba aquellos diminutos ojos que se asomaban por un pequeño hoyo en la pared.

Antes de dar su último suspiro vio como aquel malvado verdugo colocaba aquella masa llena de sangre en un balde. Una lagrima rodo por su hermoso rostro sin quitar sus ojos de esa cosa sangrante soltó su respirar.

Cuando el verdugo salió del lugar y aquel cuerpo se quedó abandonado en ese húmedo y helado lugar se acercó hasta su madre para acariciar por última vez su hermoso rostro y cerrar sus ojos para siempre; esos ojos tan bellos y resplandecientes que lo veían cada mañana al despertar y al anochecer era lo último que sus pequeños ojos miraban antes de quedarse dormido. Esos preciosos ojos que al principio lo miraban con devoción y amor ya no volverán a mirarlo más.

Son imágenes que no puede olvidar ya que se le quedaron plasmadas por el resto de su vida.

Que mal hicieron en acabar con aquellos seres especiales que dios creó. La mentalidad de la humanidad es cruel y perversa.

Ese rostro, esa calidez y esos bellos ojos jamás los volverá a sentir ni ver en su vida solo cuando muera los volverá a tener de nuevo junto a él.

- ¡madre cada día que ha pasado te extraño más y más!