Pasó un año desde la última vez que escribí algo aquí. Llevaba ese mismo tiempo de relación con Thomas y estábamos muy felices juntos, mis padres lo aprobaron sin problema ya que me cortejó formalmente ante ellos.
Mi libro había tenido mucho éxito. Ya no trabajaba en la cafetería, de hecho, estaba publicando la segunda entrega del mismo y eso me hacía muy feliz.
Harry seguía con Charlotte pero eso iba de mal en peor, ella... había vuelto a intentar manipular a Tom para que me volviera a envenenar pero no lo consiguió. Nunca la denunciamos, nunca hicimos nada y eso fue él peor error porque mis padres tampoco lo sabían.
Jack estaba más solo que la una pero se había convertido en uno de los mejores jugadores de Europa, hasta ganó un premio por ser el mayor goleador del año. En casa, estábamos muy orgullosos de él.
La gente volvió a insultar a Harry y era algo que me hacía hervir la sangre cuando estaba en tribuna con mi novio y mi mejor amiga. Aunque, el futbolista y yo no habíamos vuelto a tener un encontronazo de... ese tipo, había cierta tensión pero evitábamos hablar de ello.
Todo empeoró una noche muy lluviosa en la que volvíamos de un partido no victorioso. Había tormenta y mucho cierzo, entre el tráfico y el tiempo... era terrible. Pero terrible fue cuando un coche, a gran velocidad, nos alcanzó haciendo que Tom y yo saliéramos volando. La moto que le regalé po su cumpleaños quedó destrozada. Lo último que escuché fueron las sirenas de la ambulancia y un chico desconocido intentando despertarme.
Cuando, finalmente, desperté estaba en la camilla de un hospital. No sentía el cuerpo y me pesaban mucho los párpados, era como si estuviera despierta dentro de una pesadilla borrosa. Giré la cabeza un poco y vi a un chico bastante atractivo, el cual estaba nervioso e intentando contactar con alguien por teléfono. Él se dio cuenta de que había abierto los ojos un poco y se quedó quieto mirándome. Se acercó, me dio la mano nervioso y yo las aparté asustada, así que no me volvió a presionar.
Giuliano: Hola... soy Giuliano Simeone -dijo con un claro acento argentino- Yo... he provocado el accidente, y te prometo que no fue mi intención. He firmado todos los papeles para pagar los desperfectos de tu vehículo y le pido disculpas, señorita Evans. He estado intentando contactar con su hermano pero no me coge el teléfono, no sé qué pasa
Laura: Thomas -suspiré débil-
Giuliano: ¿El chico?
Asentí preocupada y él bajó la cabeza mirando sus manos nervioso. Carraspeó y me miró con los ojos llenos de lágrimas.
Laura: ¿Dónde está Tom? -dije más alterada-
Giuliano: Han reportado su muerte hace una hora
Laura: No -sonreí sin creérmelo- No, él no está muerto. Es una broma, ¿verdad? -al ver que no decía nada mis ojos se cristalizaron- Dime que es una broma, esto no puede estar pasando
Giuliano: Yo... lo siento mucho
Se levantó y me abrazó, empecé a llorar en su hombro. No quise abrazarle, de hecho, le pegué unos cuantos puñetazos en su abdomen. Sabía quien era ese chico, lo vi en la ceremonia pero no le hice el más mínimo caso.
Aquel día lloré... lloré hasta el punto de quedarme sin lágrimas. No podía creerlo. Tom había muerto y eso ya era una realidad, murió en un accidente de moto. Tendría que haber sido yo, él debería haber estado en mi lugar. Tom no lo merecía era un hombre increible, mi rey había fallecido. Era desgarrador pensar que jamás podría volver a escuchar su voz, ver sus ojos color café y besar sus labios tan dulces como el azúcar. No me lo podía creer.
El chico habló por teléfono mientras me tranquilizaba y al colgar me mi miró triste.
Giuliano: Jack viene de camino y... se que no es lo más importante ahora, pero tienes derecho a denunciarme si así lo deseas
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PASIÓN ENTRE PARTIDOS 🇬🇧.
Teen FictionAmor, secretos, familia y amistad. ¿Qué puede pasar si te enamoras de un futbolista famoso? ¿Y qué pasaría si, él mismo, es el mejor amigo de tu hermano? La vida de Laura Evans siempre fue muy aburrida hasta el día en el que su hermano mayor volvió...