Subí con Tom y Jack por las escaleras, el tenía que contarme algo y no parecía ser muy bueno. Supongo que me explicaría porqué había tantos coches en la puerta de nuestra casa.
Jack: Sentaros -nos sentamos en la cama y el se acercó una silla- A ver, ¿recuerdas que ayer había una fiesta después de la ceremonia?
Laura: Si, claro
Jack: Bueno, pues la lié. Joder. A ver, como te explico esto sin que te vuelvas loca...
Se pasó las manos frustrado por la cabeza y yo me empecé a asustar. Tom me miró confuso y mi hermano empezó a hiperventilar.
Tom: Jack, hermano. ¿Estás bien? -le puso la mano en el hombro y él negó con la cabeza-
Jack: No, tío, no estoy nada bien. Ayer en esa puta fiesta me fotografiaron mientras fumaba... droga
Laura: ¿Qué?
Jack: ¿Sabes qué pasa si se corre más la voz, Laura? -levantó la cabeza con los ojos llorosos- Que me echarán, me despedirán y estaré condenado para toda la vida por esa noche
Laura: ¿Y... qué podemos hacer?
Jack: De momento, tú no te separes de Tom. Él te protegerá. Si no te importa claro
Tom: Tu hermana me importa más que mi propia vida, por eso no te preocupes. Yo la cuidaré
Laura: No soy una niña -dije enfadada-
Jack: ¡No empieces con eso, Laura! -me asusté por el grito y Tom me dio la mano disimuladamente- Esto es serio. Yo me las arreglaré para hablar con mi jefe y decirle que solo fue una noche, que no soy adicto ni nada de eso, pero... cuando la gente se entere de que tú eres mi hermana se te acabó el royo de tener una vida común. Los paparazzis te perseguirán de por vida y acabarás necesitando dos guardaespaldas hasta para ir a comparar el té. Y todo por mí puta culpa. ¡Joder! -pegó un puñetazo a la mesa y empezó a dar vueltas por la habitación-
Laura: Jack, escúchame... eso me da igual. Sabíamos que, en algún momento, saltarías a la fama y llegarían los paparazzis pero yo solo quiero tu bien y... saber porqué lo hiciste
Jack: ¿El qué? ¿Fumar? -asentí- No lo sé. Me lo ofrecieron y todos lo habían probando menos yo... dio la casualidad de que me fotografiaron solo a mí y eso está muy jodido
Laura: ¿Fumasteis todos los jugadores? -dije pensando en Harry-
Jack: Si, ¿por qué?
Laura: No... déjalo -bajé la cabeza y sentí que Tom me miró de reojo-
Jack: Entonces, lo dicho. A partir de ahora, no os separéis, por favor. Se acabó el autobús, los taxis y el entrar por la puerta principal de nuestra casa. Si en la cafetería tienes cualquier problema, llama de inmediato a la poli y diles que te están acosando o algo así. ¿Me prometéis que me haréis caso?
Tom: Lo prometemos -asentí preocupada-
Jack: Está bien, gracias. Confío en tí, Tom
Pasaron las horas. Tom y yo vimos una película de Netflix acurrucados en mi cama. Él se quedó dormido con la cabeza en mi cuello y le empecé a acariciar el pelo. El moreno soltó un suspiro y me abrazó por la cintura mientras se acurrucaba más a mí. Sonreí por tener una amistad así con él y me quedé dormida en sus brazos.
Cuando desperté por la mañana, el chico ya no estaba. Me dejó una nota en la mesilla, escrita con un boli rosa, en la que ponía que sentía haberse quedado dormido en mitad de mi película favorita y que esperase dentro de la casa porque vendría a buscarme para ir al trabajo. Jack ya se había ido a su entrenamiento, eran de las ocho a las diez de la mañana pero luego se quedaban unas horas estudiando técnicas para los partidos o cosas así.
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PASIÓN ENTRE PARTIDOS 🇬🇧.
Ficção AdolescenteAmor, secretos, familia y amistad. ¿Qué puede pasar si te enamoras de un futbolista famoso? ¿Y qué pasaría si, él mismo, es el mejor amigo de tu hermano? La vida de Laura Evans siempre fue muy aburrida hasta el día en el que su hermano mayor volvió...