Yo te protejo y yo te cuido

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Pasaron dos meses desde que Severus desvirgó a su hija y cada quince días el tenía que recurrir a raptarla porque se volvió adicto a su cuerpo, a su vagina y estaba 100% consciente que debía alimentarla con sangre y con su semen.

Caroline lloraba cuando su papá no estaba cerca y el la sentía, estando el en clases, se ponía irascible y no había forma de que se controlara, aumentando el miedo de los alumnos hacia el; pero si estaba desocupado, iba donde estaba su hija y la cargaba a su dormitorio para amarla, tranquilizarla, acunarla, mimarla y protegerla.

Severus vigilaba a su hija desde el Gran Comedor que nadie se le acercara a insinuarle cosas, porque después iba donde el sujeto y lo empapelaba de amenazas, se había vuelto de la noche a la mañana un padre sobreprotector rayando los límites de la cordura.

Un dia Caroline amaneció con náuseas y no quiso ir a desayunar, ni comer, su padre notó su ausencia y la fue a buscar.

Me siento mal papi, no se que me pasa, tengo mucho sueño y muchas náuseas, tengo miedo-le dijo.

Severus al escuchar eso, quiso salir inmediatamente de dudas, asi que se la llevó a su despacho por aparición, la dejó en su dormitorio en su cama, y con su varita examinó su vientre viendo si había posibilidad de embarazo.

¿Para que es eso papi?-le preguntó su bebé.

Quiero ver si estás embarazada, mi amor-le dijo su padre-mientras seguía testeando con su varita.

Hasta que la luz que salió se tornó celeste y el pelinegro confirmó sus sospechas, su pequeña estaba embarazada.

No se hizo ningún problema, fue a su despensa personal y sacó pociones para las náuseas y otras revitalizantes y se las dió, por ahora no podría darle poción anti vampiro ni para el sueño.

¿Estoy embarazada papi?-le preguntó la niña.

Si mi amor, desde hoy quedate tranquila porque sola no te voy a dejar, yo te protegeré y te cuidaré, estaré atento a tus comidas, a tu descanso, no haras esfuerzo alguno y te cuidaré yo.

¿Me seguirás queriendo papi?-le pregunto Caroline con los ojos llorosos.

Severus vió el miedo que tenía su hija y se sentó cerca de ella, donde la abrazó y la acunó.

Mi amor, este bebe es fruto de nuestra relación oculta, obvio que la amo, yo no te voy a dejar sola.

Y ¿Qué dirá mamá?-le preguntó la niña.

Yo hablaré con ella, me haré responsable de todo y con mucho amor, te amo hija mia, me haces feliz con la llegada de nuestro hijo, -le dijo – ahora, se va a tomar estas botellitas que le haré diariamente y va a comer conmigo, no quiero que se sienta mal, yo la voy a estar apoyando en todo ¿ya?, cualquier dolor o molestia, me tiene que avisar.

Y ¿Qué va a pasar con mi ingesta de sangre y mi ingesta de semen papi?-le preguntó-

Severus le hacía cariño en su cabeza, y le dijo:

Le seguiré dando sangre, y en el semen le voy a redoblar la dosis para que quede alimentada y tranquila.

Padre e hija se abrazaron con mucho cariño, ella llegó a amar a su padre, pero tenía miedo de la reacción del señor oscuro y su madre.

Tu eres mi vida y yo soy tu alimentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora