Tu eres mi vida y yo soy tu alimento

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Pasó un mes, Caroline ya tenía ocho meses de embarazo y ella desayunaba con su padre como una mañana cualquiera, cuando por red floo aparecieron Lord Voldemort y Bellatrix.

Espero no haber interrumpido nada-dijo la mortífaga en tono malicioso.

¿Nos ves en algo más que no sea desayunando Bella?- dijo furioso Severus.

Sólo decía nada más, ya que contigo nunca se sabe-respondió la pelinegra.

¡Oh Severus!-le dijo el Señor Oscuro- y ¿esta mansión?, ¿Por qué nunca nos mencionaste que tenías una?-le consultó.

Mi señor!- exclamó el pocionista- no sabía que usted también venía...verá- continuó diciendo- esta mansión es de la familia Prince y yo al ser su único heredero, la reclamé para poder darle a mi princesa las comodidades que necesita.

Y supongo yo-interrumpió Bellatrix- que tienes también el suficiente dinero para mantenerle todos sus caprichos.

Severus la miró de mala gana y le dijo: Para mi hija siempre tendré todo lo que se le antoje y más.

¡Mamá!-le dijo la niña-¿Por qué no me avisaste que vendrías?. Acto seguido, se abrazaron.

Y ¿no vas a saludar a tu Señor, Caroline?- le preguntó el Señor Oscuro.

¡Ay!, perdón padrino no lo vi, ¿Cómo está?-le dijo la pequeña.

Muy bien, vinimos a darles ciertas noticias a ambos-le respondió el Señor Tenebroso.

¿Qué noticias, mi señor?-le pregunto el pelinegro.

Bellatrix está embarazada de mi, supongo que no hay ningún problema con eso Severus, ya que había sido tu amante un tiempo atrás- le dijo Voldemort.

No, ninguno, felicitaciones Bella por tu embarazo-le dijo secamente el pocionista.

¿Me darás un hermanito, mamá?-le preguntó divertida su hija.

O una hermanita- le dijo la mortífaga, ruega para que sea mujer, así saldremos de compras todas juntas con Cissy y contigo.

Además Severus- continuó diciendo el Señor Oscuro- antes de que nazca el bebé de mi ahijada, deberás contraer matrimonio con ella y darme un hijo cada año de ella.

Severus palideció y se horrorizó, pero no lo demostró.

Aunque Caroline sea tu hija biológica Severus, tú la estás alimentando con semen y sangre, tú te estás haciendo cargo de ella en todo, además que tendrán ustedes un hijo, así que lo mas normal, es que Bellatrix les consiga un juez mágico y los casamos acá-dijo el Lord.

Si mi señor, será como usted ordene-le dijo el pocionista, que de repente se le cortó el apetito.

¿Qué opinas tú,  pequeña mia, de casarte con tu padre?-le preguntó el Señor Oscuro.

Acepto, padrino- le contestó la pequeña- sé que todo lo hace por mi bien.

Así es, mi niña, necesitas ser la esposa de tu padre, para que no venga ninguna harpía o sangre sucia a quitártelo de tu lado- le respondió el Señor tenebroso.

Padrino mio-le preguntó la niña-¿para qué necesita que yo le de un hijo año tras año?

Porque formaremos nuestro ejército de mortífagos familiar pequeña-le dijo Voldemort- además tú al convertirte en vampiro, es normal que quieras que Severus te complazca, así que ahí nos aseguraremos de que tu vampirismo no se salga de control- le comentó- además tú eres mi princesa, necesitas cuidados especiales, por lo tanto, serás la fábrica de nuestro ejército.

No combatiré en batallas?-le preguntó Caroline.

No pequeña, usted es una dama de sociedad, por lo tanto, Severus si te enseñará como defenderte, pero tú serás la fábrica de nuevos mortífagos que tendremos, así nos aseguraremos que sean fieles a nuestros principios-le comentó dulcemente el Lord.

Hija, entre tu y yo, le daremos hijos al Lord para formarlos a nuestro ejército-le dijo Bellatrix.

Así que ya sabes Severus-le continuó diciendo la mortífaga-tendrás que tomar pociones revitalizantes para seguirle el ritmo a nuestra hija- comentó divertida.

Severus la miró con mala cara-claro, y de paso, también te los daré a ti para que le lleves el ritmo a nuestro señor, no vaya a ser que "te canses"-le comentó malvadamente el pocionista

Bueno, basta de tirarse tanto veneno-le dijo el Señor Oscuro-nos vamos nosotros, entre hoy y mañana quiero ver a mi ahijada radiante siendo tu esposa Severus.

Así será, mi señor-le contestaron ambos.

Y se fueron por la chimenea de donde vinieron.