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Cuando Louis salió de la universidad se dirigió directamente al hospital a ver a su amigo Niall. Acompañado de Harry, claro.

Ya habían pasado varios días desde que Liam lo llamó informándole de la situación, pero llevaba 2 días sin hablar con él.

Tenía el presentimiento de que Niall estaría bien. Si no lo estuviera de seguro lo habrían llamado.

— ¿Qué te pasa, mi enano? —le revolvió el pelo.
— Estoy preocupado —se colocó bien el flequillo.
— ¿Y eso? —lo agarró de la cadera.
— No sé qué será de Ni —se veía preocupado.
— Tranquilo —dejó un beso en su cabeza — Si Liam no te ha llamado es que está bien —dijo intentando relajarlo.
— Espero —suspiró.
— Sí —asintió — Ya verás —lo acercó más a él.

Louis apoyó su cabeza en el costado de Harry.

— Gracias, Hazz —lo miró y sonrió.

El más alto le respondió con un beso en los labios.

— Además, ya estamos llegando, mira —señaló al frente.

Ya se veía el hospital a lo lejos.

Habían tardado unos 20 minutos en llegar.

Louis aceleró el paso, entrando rápido por la puerta principal y dejando a Harry atrás.

— Hola —le dijo a la recepcionista — Venía a ver a Niall Horan —jugaba con sus deditos, nervioso.

En ese momento el rizado llegó y se colocó detrás de él.

— Ehh... sí —afirmó al ver el nombre del chico en la lista.
— ¿En qué habitación está? —preguntó.
— No puedo darle esa información, joven —se negaba — ¿Es usted familia? —apartó su vista del ordenador.
— Emm... no —cerró los ojos — Soy su mejor amigo —afirmó.

Harry solo observaba.

— Pues hasta que el paciente no pueda recibir visitas externas no puedo dejarlo pasar —era inflexible.
— Oh, vamos —frunció el ceño — Tengo que hablar con él, tengo que ver cómo está —se estaba enfadando.
— Entiendo su preocupación, joven —contestó.

No, no la entendía.

— Pero son las normas del hospital —alzó los hombros.
— Bien... Entonces encontraré la habitación yo mismo —ya se había cansado.

Dio unos cuantos pasos hasta que el de ojos verdes lo agarró del brazo y lo frenó.

— Louis... No —advirtió.
— Pero Ni- —lo interrumpió.
— No hagas el tonto —tiró de él — Llamaremos a Liam y le diremos que salga —lo abrazó pasando sus brazos por la cintura y mirándolo a los ojos.
— Está bien —pegó su cabeza al pecho del más alto.

Una vibración comenzó a sonar en el móvil de Liam.

— ¿Sí? —descolgó.
— Liam —nombró.
— ¡Harry! —alzó su voz — ¿Qué tal? —parecía feliz.
— Bien —respondió — Estamos aquí —miró a Louis, el cuál lo miraba fijo.
— ¿Aquí? —preguntaba extrañado.
— Sí, en el hospital —informó — Estás aquí, ¿no? —dudaba.
— Ah, sí, sí —qué tonto.
— Louis quería ver a Niall, pero no es familia y no lo dejan pasar —esperó una solución.
— Pues... No sé qué hacer —pensaba.
— ¿Podrías bajar? —preguntó y dio un golpecito en la nariz de Louis, haciendo que la arrugara y sonriera.
— Claro —se levantó del sillón — Voy —aseguró.
— Bien —se limitó a decir y colgó.

Los ojitos de Louis comenzaron a brillar de a poco.

— Ya baja, amor —sonrió.
— ¡Te quiero! —se lanzó a él y le dio un beso en los labios.

Lo que nunca te dije Donde viven las historias. Descúbrelo ahora