El poder del dinero

12 3 4
                                    

— Harry... —nombraba caminando detrás de él.
— ¿Me puedes dejar en paz? Dios —se quejó acelerando el paso.
— Solo quiero hablar —intentó explicar — 5min —pedía.
— ¡Ahg! —se paró y segundos después se giró — Que no quiero saber nada de ti, Louis —eso dolió — Que tengo novia —auch.
— Pero- —no le salían las palabras.
— Déjame de una puta vez —agregó y siguió caminando.

VARIOS DÍAS ANTES

— Bueno chicos, creo que no es sorpresa que tenemos una alumna nueva este trimestre —hablaba la profesora de forma simpática — Ella es Carla, —apuntó hacia la mesa donde se encontraba la chica — y estará con nosotros lo que queda de curso —finalizó.

Louis miró a Harry y rodó los ojos.

— ¿Qué te pasa? —preguntó susurrando.
— No me cae bien —frunció el ceño.
— Ni siquiera la has escuchado hablar —no lo estaba entendiendo.
— Me da igual —se cruzó de brazos.

¿Cómo le iba a caer bien? Al segundo de bajarse del coche ya estaba mirando a su chico.

— Carla, ¿puedes salir aquí y presentarte? —cuestionó con una sonrisa.
— Claro, Miss —respondió con voz aguda, levantándose y dirigiéndose al centro del aula.

Se acomodó bien la falta y se peinó un poco esa rubia, brillante y suave melena.

— Se nota que es pija —soltó Louis en voz baja.
— Shh —chistó la profesora. Lo había escuchado.

La próxima vez diría las cosas de pensamiento.

— Buenos días —comenzó — Como ya ha dicho Pilar, soy Carla y estaré aquí hasta junio, en principio —rió — Soy de California, pero he venido aquí por cuestiones de trabajo de mis padres —explicaba — Mi padre es uno de los directores ejecutivos más importantes de Los Ángeles. Mi madre es la mejor abogada de California —presumió.

De ahí el hecho de que tuviera toda la pinta de tener tanto dinero.

— No es de extrañar que en mi antigua universidad era la más popular —decía mientras jugaba con su pelo — Lo que significa que en esta también debo serlo —rió de nuevo.
— Gracias Carla, puedes sentarte —ordenó.

La chica obedeció y la clase quedó en silencio por varios minutos.

— ¿Ahora ya la has oído hablar? —habló sarcásticamente el de ojos azules.

Harry lo miró de reojo.

— Insoportable —agregó.
— Pues no le hables —puso como solución.
— No, no, tranquilo —no le había caído bien.

No era del agrado de Louis, pero Harry no dejaba de mirarla.

¿Qué estaba pasando por su cabeza?

— ¿Harry? —estaba empanado.
— ¿Hmm? —respondió.
— ¿Que qué opinas de ella? —sentía curiosidad.
— Yo... —pensó — Nada, la veo una chica normal —finalizó y miró al más bajo.
— Yo la veo muy guapa —se unió Zayn a la conversación.
— ¿Muy? —miró al de pelo negro esta vez.
— Sí — contestó devolviéndole la mirada.
— Ya... —levantó las cejas y volvió a su posición inicial.
— ¿Estás celoso? —preguntó el rizado con una sonrisa pícara.
— ¿Yo? —se señaló y resopló — Para nada —hizo un puchero en señal de poca importancia.
— Ajá... —rió.

Quedaban solo 2h para que las clases acabaran, y Harry y Zayn decidieron saltarse una de ellas.

— Tenemos que volver —avisó Louis.
— Zayn y yo no entraremos ahora —miró a su amigo — Es un coñazo.
— ¿Me quedo con vosotros o...? —preguntaba el ojiazul confuso.
— No, no —negó — Tú ve a clase. Nos vemos luego —le sonrió.
— Bien... —aceptó dudoso.

Lo que nunca te dije Donde viven las historias. Descúbrelo ahora