"Prométeme..."

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— ¿Me lo prometes? —preguntaba Louis en un pucherito.
— Te lo prometo, mi niño —dejó un pequeño beso en sus labios.

5h antes

Los días estaban siendo realmente fríos. Era mediados de enero y todo Londres estaba cubierto por una niebla que no dejaba ver más allá de 10 pasos.

Un preocupado Louis marcaba a su amigo Niall debido a que llevaba faltando varios días a la universidad.

— ¿Ni? —preguntó cuando alguien respondió el teléfono.
— No, soy Liam —corrigió — Niall está durmiendo —informaba.

El de ojos azules despegó un momento su móvil de la oreja para mirar la hora. Se extrañó al ver que apenas eran las 8 de la tarde y Niall ya estaba durmiendo.

— Ah, okey —le quitó importancia — Solo quería ver porque faltaba tanto a clase —terminó.
— Pues... lleva unas semanas enfermo. Por eso es que está faltando —se escuchaba relajado.
— Oh —se sorprendió — Bueno... espero que se mejore pronto. Iré a verlo en cuanto pueda —sonaba dulce.
— Oye, Louis —nombró el moreno al ver que este tenía intención de colgar — Siendo haberte tratado medio mal los primeros días —se disculpó sincero.
— Liam —nombró de vuelta — No te preocupes por eso. Estamos bien —sonrió débilmente — Pero sigo sin saber por qué lo hiciste —buscaba una explicación.
— Bueno, yo... —no quería decirle que de primeras Harry solo quería jugar con él para dejarlo en ridículo delante de todo el instituto y que estaba protegiendo a Niall para intentar que eso no le salpicara —Nada, paranoias mías. No le des importancia —intentaba pasar del tema — No volverá a pasar —aseguró.
— Está bien —lo creyó — Ahora tengo que colgar. Tengo algunas cosas que hacer —se alejó el móvil — Adiós, Liam —y colgó.

Era sábado. Decidió poner la calefacción debido a que la sala estaba algo fría antes de ir a la cocina a prepararse un chocolate caliente junto con unas galletas.

Se sentó en el sofá y se tapó con una manta de pelo mientras sacaba algunos apuntes de su mochila. Iba a estudiar.

Pasaron aproximadamente 2h cuando terminó de estudiar y su móvil sonó. Lo estaban llamando.

— Dime —contestó al responder.
— Buenas noches, princesa —rió.

Podéis imaginaros quien era.

— Harry —rodó los ojos — Buenas noches, payaso —devolvió.
— Eh, eh —avisó — Un respeto a tus mayores —amenazó sabiendo perfectamente que Louis era más grande que él.
— No eres más grande que yo —vaciló.
— ¿De altura? —preguntaba — Claro que lo soy, enano —volvió a reír.
— Uf —bufó — No te aguanto —mentía.
— Ni ti igiinti —le hizo burla.

Un pequeño silencio reinó en la llamada.

— Hablando de quién es más grande... —rompió el hielo — ¿Cuándo es tu cumpleaños? —se tiró boca arriba en el sofá esperando una respuesta.
— El 1 de febrero —respondió sin problema.
— ¿QUÉ? —gritó — ¿ME ESTÁS DICIENDO QUE QUEDAN...? —se paró a pensar que día era — ¿3 DÍAS? —terminó.
— Sí —sonreía como un tonto al escuchar a Louis emocionado.
— No te voy a decir nada pero... —volvió a callarse — Se me está ocurriendo una cosa —alzó las cejas.
— Ah... ya —no tenía ni idea de lo que rondaba por la cabeza del más bajo.
— Por cierto —cambió de tema — ¿Por qué no te vienes a mi casa? —intuía la respuesta.
— ¿A qué? —ni él sabía por qué preguntaba porque estaba claro que iba a ir.
— No sé... Podemos pasar la noche juntos —habló bajo — Es sábado —daba motivos para alentar al rizado a ir — Porfa —sonrió con dientes.
— Está bien... —aceptó — Dame 10 minutos —se levantó para vestirse.
— Bien. Te espero —lanzó un beso y colgó.

Lo que nunca te dije Donde viven las historias. Descúbrelo ahora