Capítulo 6

6.5K 817 164
                                    


La alarma despierta a Takemichi y a Mocca, quien rápidamente maúlla esperando su desayuno, lamiendo la nariz de su dueño para evitar que se vuelva a dormir. Con una risita, Takemichi acaricia el suave pelaje de su gato y se levanta de la cama para preparar su propio desayuno después de alimentar a Mocca.

Mirando de reojo el calendario, sonríe al ver que es viernes y tendrá dos días enteros sin tener que madrugar, aunque disfruta de su trabajo, también lo hace el dormir hasta tarde aunque sea un par de días.

Además, anoche Manjiro le dijo que volvía de su viaje de negocios, y tal vez lo vea a la tarde, algo de lo que tiene muchísimas ganas, pues pese a conocerlo poco, se ha hecho un hueco en su corazón y lo tiene en alta estima.

No puede entender cómo le daba miedo al comienzo de conocerlo, ahora al verlo, no puede evitar resoplar al pensar en ello, no se imagina a Manjiro dañando a nadie, solo tiene un aura un poco más... ¿solemne? Pero duda mucho que sea una mala persona.

Takemichi termina de preparar su desayuno cuando el timbre suena, haciéndole parpadear confundido porque no tiene ni idea de quién podría ser, normalmente si pide algo por internet, lo dejan en el recibidor de la entrada del edificio, y no tiene suficientes amigos para que vayan tan seguido a verlo.

Al abrir la puerta, su confusión desaparece y sonríe ampliamente, feliz por esta visita sorpresa. Tan feliz que no duda en lanzarse hacia Manjiro y abrazarlo por el cuello, sintiéndolo en tensión unos segundos antes de que él propio Manjiro lo abrace de vuelta por su cintura.

—Hola, Takemitchy. —Saluda Manjiro, y entonces es el momento en el cual Takemichi se da cuenta de que acaba de abrazar a alguien a quien a conocido apenas unas semanas atrás. Avergonzado, se separa de Manjiro, sus mejillas sonrojadas.

—Manjiro, me alegra verte de nuevo. Uhm, ¿quieres pasar? —Pregunta Takemichi tras unos segundos en un silencio incómodo por su parte, ya que Manjiro parece complacido con su abrazo espontáneo, quien además asiente a su invitación. —Estaba por desayunar, ¿quieres unirte a mí?

—Me encantaría desayunar con Takemitchy. —Responde Manjiro al quitarse las sandalias en el genkan y entrar en el departamento, observando cada detalle con cuidado, como si temiese perderse algo.

Manjiro se queda quieto mirando algo en el suelo, y cuando Takemichi se acerca para ver qué ocurre, se tiene que tapar la boca con una mano para evitar reírse del concurso de miradas entre Manjiro y Mocca, ambos mirándose fijamente.

—Este es mi gato, Mocca. —Murmura Takemichi, y finalmente Manjiro aparta la mirada para centrarla en Takemichi, como si toda su atención fuese exclusivamente para él. Takemichi no quiere pensar mucho en ello, nunca se permite tener esperanzas con hombres hermosos. —Espero que no te importe el desayuno básico.

Manjiro observa la mesa y sus ojos parecen brillar unos segundos antes de sentarse frente a un típico desayuno con arroz, sopa de miso, tamagoyaki y pescado frito que Takemichi ha logrado dividir para que haya suficiente para los dos.

—No me parece un desayuno básico. Me gusta cómo cocinas. —La voz de Manjiro sobresalta a Takemichi, ya que habían estado unos minutos comiendo en silencio. El pelinegro sonríe en respuesta, pero luego inclina la cabeza con confusión al ver que Manjiro se ha sonrojado, ¿tal vez calentó demasiado la sopa?

—Gracias, puedo volver a cocinar para ti cuando quieras. —Dice Takemichi sin darse cuenta de la implicación de lo que está diciendo o en la forma en la cual Manjiro lo mira de forma tan intensa, como si tomase de forma literal sus palabras.

—¿Sabes hacer postres caseros como dorayaki o taiyaki?

—Uhm, hace meses que no hago un postre, pero si quieres puedo hacerte uno mañana, ya que es sábado y no trabajo.

—Bien, puedes usar mi cocina.

Takemichi se atraganta con un trozo de pescado y tose torpemente antes de mirar a Manjiro. ¿Ir al ático donde viven todos los demás amigos/empleados del peliblanco? Solo ha hablado con Sanzu y Kaku-chan, así que los demás aun lo intimidan un poco. Aunque eso significa que mañana podrá volver a ver a Manjiro.

—De acuerdo. —Sonríe Takemichi y jadea al ver la hora, levantándose de golpe de la mesa y corriendo hacia su habitación. —Voy a llegar tarde, tengo que terminar de prepararme y correr hacia la escuela.

Manjiro observa la puerta abierta de la habitación de Takemichi, donde se debe estar cambiando, y sin pensarlo mucho, se levanta de la silla y va hacia la habitación, su mirada centrada en la piel expuesta de Takemichi, quien se ha cambiado el pantalón pero está sin camiseta.

Una pequeña parte dentro de él le dice que deje de mirar como Takemitchy busca una camiseta en su armario, su espalda pálida y con un par de lunares que quiere besar. Cuando se da la vuelta, Manjiro jadea al ver el resto tan perfecto como la espalda, queriendo morder, marcar y-

—¡AHH! M-manjiro, ¿qué haces? —Pregunta Takemichi al darse la vuelta y darse cuenta de que Manjiro está en el cuarto con él viendo su extraño cuerpo, ya que siempre ha sido acomplejado por él por no tener suficiente músculo o la cintura demasiado pequeña.

—Solo quería decirte que puedo llevarte para que no llegues tarde. —Dice finalmente Manjiro, su voz un poco más grave de lo habitual, pero Takemichi no piensa mucho en ello cuando sonríe y le agradece. —Vamos, entonces.

—¡Claro! Muchas gracias, Manjiro. —Takemichi se inclina antes de agarrar su mochila y despedirse de Mocca, cuando vuelva del trabajo fregará los platos que ha dejado sin lavar, sale de su apartamento junto a Manjiro, y casi grita cuando este le toma de la mano y tira de él hacia el ascensor.

Takemichi observa su mano siendo tomada con tanta delicadeza por Manjiro mientras le guía hacia fuera del edificio, donde un costoso coche los espera. Kaku-chan es quien les abre la puerta de atrás para que pasen.

Aún con las manos unidas.

¿Cuándo ha llamado Manjiro a Kaku-chan para llevarlo al trabajo?

Al llegar a la escuela, Kaku-chan se apresura a abrirle la puerta, tomando su mochila por él, cuando Takemichi está por salir, de forma impulsiva se inclina y besa la mejilla de Manjiro antes de tomar su mochila de la mano de su amigo y correr hacia el interior de la escuela.

Kakucho entra en el coche de nuevo y evita hacer un comentario sobre cómo su jefe mantiene la mano sobre su mejilla, sonriendo de forma suave, algo que no ha visto en años en Sano Manjiro.

SENSEI TAKEMICHI & BONTEN MIKEYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora