Capítulo 12

4.1K 594 41
                                    


Takemichi pasa su día de trabajo con un poco de dificultad, algo extraño en él, pues ama por completo a qué se dedica, pero es que su mirada no ha parado de dirigirse una y otra vez al enorme ramo de flores que ahora decora su mesa. Además de que los niños, siempre curiosos, no han dudado en preguntarle a su profesor si tiene una esposa o un esposo que le quiere tanto para enviarle flores.

Ha decidido decirle que sí, porque es mucho más sencillo decirles a sus niños que su esposo le ha enviado flores, a decirles que el mayor criminal de Tokio, de quien está enamorado, le ha enviado flores para que lo perdone. Sí, es mucho más sencilla la primera respuesta, ya que también evita que sigan preguntando.

Al final del día, se marcha hacia la casa de Chifuyu, donde se está quedando temporalmente. Sin embargo ha decidido no llevarse las flores, prefiriendo dejarlas en el aula a llevarlas a casa de su amigo y que este le haga preguntas sobre ellas, o lo que es peor, que Baji o Kazutora lo hagan, ya que suelen ser mucho más agresivos a la hora de exigir respuestas.

Nada más entrar por la puerta, es abordado por Mocca y los tres gatos de Chifuyu, todos ellos maullando por atención. Takemichi felizmente se deja caer en el suelo del salón y comienza a acariciar a todos los gatos tanto tiempo como ellos se lo permiten.

—¿Ya has llegado? —Chifuyu se asoma desde la cocina y saluda a Takemichi, quien está sentado en el suelo rodeado de cuatro gatos disfrutando de caricias y palabras tontas y dulces. —Hoy vienen a cenar Baji-san y Kazutora.

—Oh, bien. —Responde Takemichi y finalmente puede levantarse del suelo, va hacia la cocina y se sienta en la silla que hay disponible para ver a Chifuyu ordenar un poco lo que parece ser la compra del día. —¿Necesitas ayuda?

—No hace falta, compañero. —Responde Chifuyu y se mantienen en una charla sencilla mientras recoge los comestibles hasta que Takemichi le cuenta entre risas como sus niños no han parado de preguntarle por las flores que ha recibido hasta que ha tenido que decirles que eran de su esposo. —¿Has recibido unas flores?

Mierda, piensa Takemichi tardíamente.

—Sí. Eran muy bonitas.

—¿Y quién te las ha enviado?

—No venía nota.

—¿Recibes sin más unas flores y no quieres saber de quién son?

—Bueno...

—Espera, ¿esas cosas no suelen venir con una tarjeta? —Pregunta Chifuyu, interrumpiendo a su amigo, se da la vuelta y parece curioso y sospechoso por las respuestas tan extrañas que le ha dado Takemichi. —Compañero, ¿qué me estás escondiendo?

—Nada, es solo...

—¿Tiene que ver con lo que te pasó el fin de semana? —Pregunta de nuevo Chifuyu, y Takemichi asiente, porque en esta si puede ser sincero. —Puedes hablar conmigo de esto, para eso estoy aquí. Soy tu amigo.

Takemichi debate si finalmente contarle a Chifuyu todo lo que le ha estado pasando con Manjiro, y de verdad que confía en él, pero si es tan peligroso, ¿contárselo hará que corra peligro su amigo? Lo duda, teniendo en cuenta de que él nunca ha corrido peligro y eso que es él quien se ha estado besando con Manjiro y ha sido protegido por las calles por el propio Sanzu.

Así que confiando en Chifuyu, comienza a relatar su breve, intensa y casi cinematográfica historia con Manjiro, desde que lo conoció en el ascensor de su edificio hasta la charla que tuvo con él tras el interrogatorio con Naoto. Incluyendo el mensaje de las flores y los sentimientos que luchan dentro de sí mismo.

—¿Estás hablando de Sano Manjiro? ¿El invencible Mikey? ¿Ese Mikey? —Pregunta Chifuyu tan sorprendido, que se le cae al suelo lo que tiene en las manos y no puede dejar de mirar fijamente a su amigo, increíblemente conmocionado.

—Bueno, yo solo lo conozco como Manjiro, pero... Sí. —Responde Takemichi rascándose la nuca en señal de nerviosismo. Espera un rato a que Chifuyu procese su historia, pero cuando pasan quince minutos, comienza a preocuparse por su amigo. —¿Chifuyu?

—¡Estás saliendo con Sano Manjiro! —Grita finalmente Chifuyu como el idiota que es muchas veces, haciendo resoplar a Takemichi ante su exagerada reacción. Se acerca a su amigo y comienza a zarandearlo. —¿Cómo demonios siempre acabas metiéndote en estos problemas? ¿Es que nunca aprendes a mantenerte alejado de los tipos que son peligrosos? ¡Si te digo que te alejes de alguien que parece un pandillero, tienes que hacerlo, no besuquearte con él!

Pese al humor de Chifuyu, Takemichi no puede evitar reírse de su amigo y su forma de asimilar toda la situación, cosa que cabrea a Chifuyu, pues le tira lo primero que encuentra, un huevo.

Takemichi parpadea ante el huevo que ahora ensucia su cabello, cara y ropa. Chifuyu, el idiota que es, comienza a reírse, por lo que no duda en agarrar otro de los huevos y tirárselo como venganza, causando el comienzo de una extraña pero divertida pelea de comida que permite a Takemichi finalmente relajarse ante toda la tensión del fin de semana.

La pelea acaba cuando Takemichi y Chifuyu tiran sin querer un poco de harina y leche a un sorprendido Baji, que solo había ido a la cocina para ver que esos dos estuvieran bien. Tienen unos segundos para huir antes de que Baji comience a seguirlos por la casa con claras intenciones de venganza a las que se une Kazutora.

Todos acaban sentados en el suelo de la cocina, manchados pero riéndose, en un buen ambiente pese a todo lo que tienen que limpiar a continuación.

—¿Y cómo es que habéis comenzado esta pelea de comida? —Pregunta Kazutora curioso, nunca se imaginaba que entrarían en el apartamento de Chifuyu para verlo en mitad de una pelea contra Takemichi con ingredientes como arma.

—¡Takemichi está saliendo con Mikey!

SENSEI TAKEMICHI & BONTEN MIKEYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora