Capítulo 2: Recuerdos en la cámara de los secretos

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Acostado en la cama, con las cortinas del dosel cerradas, Harry cubrió sus ojos con su antebrazo, para luego soltar un suspiro molesto. Era la segunda vez que leía la carta que Draco Malfoy le había entregado y, en realidad, habían cosas que solo él podía saber. Fue un alivió de que la carta solo podía ser leída por la persona llamada Harry James Potter, porque habían cosas realmente importantes, del pasado, presente y futuro. Algunas de ellas, incluso no tenía pensado compartirlas con sus amigos.

Harry movió su brazo y levanto un poco la carta que tenía en la mano. Mirando una parte de todo.

"[...] Lee atentamente: no confíes en Albus Dumbledore. El anciano es solo un hombre con mucho peso sobre sus hombros. Peso que, el mismo ha decidido sostener. No esta bien. Albus puede ser sabia e inteligente, incluso astuto. Sin embargo, sigue siendo un hombre con sus propias opiniones y emociones. No te escribo esto para que veas al anciano como un villano. No lo hago para desprestigiar su nombre, mucho menos para que lo odies. Lo hago para que pienses por ti mismo".

"Harry Potter, es hora de que dejes de confiar tanto en las palabras de otros. Y esta bien. Pero tienes que ser tú propia persona. ¿O qué? ¿Piensas hacer que Hermione piense todo por ti? ¿Qué Albus Dumbledore te diga que hacer en cada cosa relacionada con tu vida? Eso no esta bien. No esta bien, te lo digo. Deja de guiarte por cada opinión que escuches. Deja de guiarte con cada idea que escuches".

"Te daré un consejo: piensa las cosas antes de hacerlas. Piensa las cosas antes de decirlas. No es tan difícil. No seas tan impulsivo. Se que puedes hacer estas cosas. Si lees esto después de hablar la primera vez con Draco, ¡es una demostración de que puedes hacerlo! 

"Ahora, dejando eso de lado. Pasemos al problema que actualmente hace de tu vida, algo realmente molesto: Dolores Umbridge. Esa mujer es una verdadera lacra. Voldemort es alguien que es honesto en sus objetivos y sus opiniones. El bastardo sin nariz no esconde su naturaleza malvada. Umbridge lo hace, bajo una mascara asquerosa. No discutas con ella, no saldrá nada de eso. No ganaras nada. Todo lo contrario; simplemente terminaras con castigos y cosas peores".

"No discutas. No grites. No hagas que te haga ver como un loco. Simplemente baja la cabeza y planea poco a poco. Has lo inesperado, lo que nadie espera que hagas".

"Si todavía tienes dudas de mi carta, entonces ve a la cámara de los secretos. Ese lugar al que solo tú puedes acceder en el castillo. Servirá como tu guarida. Y fui un tonto en no haber pensado en ella cuando lo necesitaba. La Sala de Requerimientos es accesible para todos, pero la cámara, solo se abrirá con parsel, así que úsala como quieras. Además, hay unas cuantas cosas útiles ahí abajo. Cuando Draco y yo viajamos al pasado, deje ciertas cosas ahí. Si, viajamos al pasado... por ciertas razones".

Harry suspiro una vez más antes de sentarse y envolver su capa de invisibilidad alrededor de su cuerpo. Salió lentamente del lugar, en el máximo silencio posible. No quería seguir esperando. Tenía dudas que podían ser respondidas con un pequeño viaje hacía la cámara de los secretos. Y sabiendo eso, no podía quedarse de brazos cruzados, leyendo una y otra vez una carta que parecía ser del futuro.

¿Por qué tanto un Harry como un Draco del futuro, viajarían en el tiempo para entregar cartas a sus yo más jóvenes? ¿Qué sucedió realmente en el futuro? Esas dos preguntas eran las que más se repetían en su mente.

Se tardo un poco en llegar, por culpa de el Profesor Flitwick, quien había pasado cerca de él, por lo que tuvo que detenerse para que sus pasos no se escuchen. Cuando llego al baño del segundo piso, se dirigió de inmediato al lavabo y dijo las palabras mágicas en parsel, solo para que se abriera la entrada y bajara de inmediato. Abajo, todo seguía siendo igual de espeluznante. Y el cuerpo sin vida del Basilisco, le dio la bienvenida cuando llego a la cámara principal. El olor era aún peor que en segundo año, con el cuerpo del enorme reptil pudriéndose. Era solo un par de metros frente a la cabeza que había un pequeño libro que no debería estar ahí.

Harry se quito la capa y la amarro alrededor de su cintura, para luego tomar el libro. No tenía título y era de color rojo. Cuando lo abrió, noto que solo había cuatro páginas en su interior, todas llenas de letras y palabras.

En ese mismo lugar, leyó todo su contenido.

Harry asintió antes de caminar rodeando al basilisco y caminando hacía donde emergió cuando se enfrentó al recuerdo de Voldemort. 

"(Háblame, Slytherin, el más grande de los cuatro de Hgowarts)", Harry hablo en parsel. La puerta del refugió se abrió lentamente y Harry dio un paso dentro mientras sacaba su varita.

"Lumos... ", usando el encantamiento de iluminación de varitas, Harry pudo ver mejor el interior. Las paredes, el techo y el suelo, formaban un camino circular por donde debería pasar el basilisco. Había piel vieja por el suelo, gotas de humedad cayendo por las paredes de piedra y también musgo. Caminando más adentro, siguiendo las instrucciones del libro, Harry comenzó a pasar su varita cerca de la pared a su derecha. 

El encantamiento de iluminación de varitas, no servía solo para iluminar en la oscuridad, también puede revelar arquitectura oculta mágicamente, como puertas. Y luego de unos cinco minutos revisando, una puerta apareció de repente, justo a un lado de Harry. Con curiosidad, Harry movió su varita más hacía atrás, notando que la puerta desaparecía sin la luz de la varita cerca.

Susurrando lentamente en parsel: "Las reglas no importan", un chasquido se escucho desde la puerta antes de que se abriera por un par de centímetros. Harry entró con cuidado, sabiendo que no habían trampas, y miro el interior con curiosidad. Era una habitación no demasiado grande, con un pequeño estante que apenas tenía dos libros, además de un escritorio derrumbado cerca de la pared al otro lado. Pudo ver una lo que parecía ser los restos de una vela y un retrato sobre el escritorio roto.

Mirando hacía la esquina derecha, justo después de entrar, notó lo que buscaba. Un pensadero con recuerdos dentro. Sabía que eso no pertenecía al dueño de la cámara. Era algo que dejo el Harry del futuro cuando viajo en el tiempo. Y eso estaba en el libro que recogió hace unos momentos.

Harry se acerco para ver mejor. El pensador era como un cuenco poco profundo que tenía talladas runas y símbolos extraños. El líquido era de un color plateado, formando una pequeña niebla en la superficie; era como una luz convertida en líquido, o como un viento hecho solido.

"Bien... veamos que es lo que realmente sucede con todo esto... ", Harry entrecerró un poco los ojos antes de acercarse más, colocando las manos en las orillas del pensador sostenido por un pequeña mesa. Luego, entro en los recuerdos dejados.

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Harry Potter y los planes del futuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora