Capítulo 1

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//T.W. // [¡¡¡¡ESTE SERÁ EL ÚNICO QUE AVISO!!!!!]

ESTA HISTORIA VA A CONTENER AGRESIONES FÍSICAS, VERBALES. SE PUEDEN DAR ESCENAS CON SANGRE, ARMAS Y  BASTANTES ESCENAS +18. 

CUIDENSE Y NO LEAN SI ESTO LES PUEDE CAUSAR MALESTAR. 

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Y una cosa sabíamos por cierto. Su amor y el mío, nunca acabaría. 

- ¡Horacio corre! Vamos a perder el autobús. Si es que ya te había dicho yo que esto era mala idea. Como se enteren que nos hemos saltado las clases- - 

- Deja ya de preocuparte Viktor, llegamos de sobra. 

Los dos jóvenes corrieron por la calle del pueblo para poder llegar al autobús escolar antes de perderlo y que sus responsables se dieran cuenta que se habían saltado las clases. Esto no pasaba frecuentemente, Viktor no se dejaba comer la cabeza fácilmente por los impulsos de Horacio, pero justo ese día si lo hizo, y se lo pasó genial. Fueron y se escondieron en un campo, enrollándose entre ellos, llegando a un pasito más. 

Los dos jóvenes estaban locamente enamorados el uno con el otro, no había nada que les pudiera separar. O al menos eso pensaban. 

Estuvieron enrollados dos años, dos años de recuerdos felices y preciosos. Viktor también estaba locamente enamorado de Horacio, el moreno de ojos bicolores. Para él era su ángel, ya que su situación en casa no era la mejor, él era su salvación. 

Hasta que día en que pasó, un 20 de mayo, Horacio por la tarde desapareció. Y nunca volvieron a escuchar de él en aquel pueblo. El pueblo hablaba de un negocio familiar, su padre había venido a por él ya que tenía edad suficiente. Pero. ¿Cómo se pudo ir sin siquiera despedirse del amor de su vida? 

- Horacio. - Me llamó la atención el italiano que hace unos meses se incorporó a la organización. - Te estamos esperando, tenemos venta de armas en diez minutos. - Me dijo el rubio, asentí desinteresado levantándome de la silla de escritorio dejando los papeles allí. 

- ¿Ya hijo? - Dijo y asentí en silencio. - Primera venta aquí en Los Santos, veremos a ver cómo nos trata esta ciudad. - Dijo mi padre. 

- Gambino, ¿estás? - Preguntó el líder de la mafia recibiendo afirmación por parte del rubio, miró a la mujer. - ¿Valentina, tú? - Le preguntó y asintió también. 

- Vamos va, estamos todos listos. - Con el único que me llevaba más o menos bien sería el Cejas, vino con Carlo pero no es tan rata como él. 

Subieron en silencio a la camioneta negra. No estaba nervioso, estaba más que acostumbrado a estas situaciones, y tenía claro que esta historia no iba a acabar bien, iba a acabar en mucho muerto y ojalá él fuera el primero en morir. 

Si te metes a una mafia, ya sabes lo que te espera. Mucho dinero, poder, destrucción y muerte. Eso es lo que hay, no puede ser de otro modo. Así es como está escrito. Aún así que no me caía bien ni el italiano, ni su mujer que decía que no quería nada que ver con el italiano, el golondrina como se le llamaba, mi padre y el cejas. Moriría por ellos, sin dudarlo. 

En una mafia, lo único que sí hay infinitamente es lealtad. Nadie traiciona a nadie ni nadie deja atrás a nadie. Esa es la ley en Hell Fallen.

El otro lado. (Volkacio AU).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora