- ¿Te encuentras bien, Horacio? - Jota se atrevió a preguntarme mientras estábamos en la cocina de la sede, bebiéndome un café intentando ahogarme la resaca con la cafeína.
- Estoy perfecto. - Murmuré mirando dentro de la taza media vacía, removiendo con la cucharita para remover el azúcar.
- ¿Sabes que.. puedes hablar conmigo..?
- ¿Con un topo?
- Antes hablábamos.. ya sabes.. - Murmuró sentándose en la silla de mi lado. - Tu padre cambiará de pensamiento, cuando vea que no tiene por que asustarse- - Me dijo pero le entrecorté.
- Estoy bien Jota, ¿qué te hace pensar que me importa de lo más mínimo lo que piense el viejo de mi?
Miró a su alrededor mirando que nadie estuviera viéndonos. - Volkov desde que has vuelto está más alterado, ¿sabes? - Susurró, le miré confundido.
- ¿Y a mí qué?
- A él también le ha afectado volverte a ver.. - Dijo carraspeando - Debe de ser difícil, volver a ver al amor de tu adolescencia sin previo aviso... no pensé, debí haberte avisado. - Susurró, negué con la cabeza.
- No es difícil, es un poli y cada uno tenemos nuestras vidas, así funciona. -
- No te merecías esta vida. Tú no. - Murmuró haciendo que le mirara a la cara, directamente a los ojos. Sentí el picor en los ojos, amenazando con inundarse con lágrimas, así que negué con la cabeza bebiéndome la taza.
- ¿Has acabado? - Le dije, se quedó callado un momento asintiendo después de unos minutos levantándose también, nos metimos en la sala de reuniones los dos.
- Buenos días familia. - Habló mi padre.
Se habló de que teníamos una venta de armas dentro de poco, aún que íbamos a por Ana, los negocios debían seguir, no nos podíamos quedar quietos.
- Horacio podrá ir con Carlo, si no hace que lo maten. - Dijo mi padre, cerré los ojos ahogándome un suspiro de cansancio, es que lo sabía.
- ¿Ahora también es mi culpa que estuviera él drogándose de fiesta y dejara que lo secuestrasen?
- ¡Eso no pasó así! - Chilló Carlo.
- ¿¡Tú que te vas a acordar!? ¡Si estabas más drogado que el Cejas una noche de fiesta!
- ¿¡Qué más te dará a ti lo que hago con mi vida!? ¿Quién te crees?
- ¡Que me la suda! Pero luego no me vengas a mi, esperando que sea yo tú héroe porque por mi, ¡Te podrías haber muerto con tu hermano! - Le chillé, mi padre se levantó pegándole a la mesa.
- ¡Ya! - Chilló haciendo que me sentara hacia atrás, Carlo copiándome, los dos cruzándonos los brazos sobre nuestros pechos. Indignados. - ¿Qué manera es esa de hablar? Pídele disculpas Horacio.
Me reí negando con la cabeza. - Solo he dicho la verdad, yo a este desgraciado nunca lo he querido en nuestra mafia, ¿era nuestra no, papá? - Le pregunté, se quedó callado mirándome a mi y después a Carlo.
- No voy a permitir estas actitudes, no cuando dentro de muy poco vamos a estar enfrentados contra nuestros peores enemigos- -
- Con el que se acuesta Horacio. - Le entrecortó Carlo.
- Con el FBI, necesito que os llevéis medianamente bien, para saber que si algo pasa, vais a estar el uno para el otro. Y no os vais a dejar morir, ninguno de los dos.
- Eso lo dices por mi, ¿no? - Le pregunté sin mirarle, le estaba mirando a Carlo, voy a matarlo yo mismo.
- Pues si, Horacio. Anoche-
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El otro lado. (Volkacio AU).
FanfictionHoracio Pérez, el rayito de sol por donde pasa. Esto no era distinto en su infancia, desde los 16 años, empezó una relación amorosa con el ruso de su instituto. Viktor Volkov. Su padre tuvo que partir abruptamente de su familia, entonces Horacio se...