- ¿Qué es eso de ir diciendo el nombre por allí? - Me preguntó mi padre al día siguiente.
- Ya veo que Jota no es el único sapo aquí. - Le dije mirando a Carlo, Carlo negó con la cabeza.
- Pues no, llorón. Yo ni he abierto la boca.
- ¿Cejas? - Le pregunté, no se atrevía a mirarme, suspiré yendo hacia el.
- Me preocupas Hache, ayer al ruso ese, ¿y si mañana se lo das a cualquier otro? - Me dijo y le forcé una sonrisa.
- No hace falta que te preocupes por mi, ¿vale? Preocupate por ti. Que a mi los sapos no es que me gusten mucho. - Le medio amenacé.
- ¿Lo estás amenazando? - Dijo Carlo viniendo hacia nosotros, le miré suspirando, paciencia Horacio, paciencia.
- Le estoy avisando.
- Lo que viene a ser amenazar, vamos. - Me rectificó.
- Gambino, me estás tocando muchísimo los huevos, a ver si vas a caer inconsciente de un culatazo. - Le dije entre dientes.
- Que miedo, crestitas. - Me desafió.
- Nenas. Ya. - Mi padre vino entre nosotros, sabía que si no alguno de los dos acabamos en enfermería.
- ¿Qué está pasando? - Preguntó Valentina.
- Aquí, el amigo Horacio que se le dan muy bien las amenazas. Ya sabes lo que dicen, perro ladrador, poco mordedor.
- Creo que ya sé porque te echaron de la mafia italiana eh.
- No me echaron, me fui-
- Si si. - Me medio reí yendo hacia la cocina yo solo, estando allí Jota, cuando me vio se sentó recto.
- Que no te voy a hacer nada. Madre mía. - Me quejé cogiendo una botella de agua. - Ni que te hubiera hecho algo jamás.
- Bu-Bueno.. ayer me apuntaste con una pistola.. - Dijo entre los nervios, asentí.
- Allí tienes razón, es que no me gustan mucho los topos.
- Puedo ser más que un solo topo.. - Susurró mirando hacia abajo, me quedé mirándolo. La verdad es que pena no me daba.
- Lo dudo mucho. - Dije yéndome de la cocina.
- Horacio. - Me llamó mi padre, suspiré yendo hacia el.
- Le di mi nombre a Viktor, si lo sabe todo ya de mi. - Le dije desinteresadamente.
- A lo mejor deberíamos de eliminar el riesgo...- Pensó en alto.
- Viktor no va a ser problema, créeme. - Le dije bebiendo de la botella de agua después.
- ¿Porque parece que lo estés protegiendo?
- Nos estoy protegiendo a nosotros, si lo matas.. matamos, Ana va a venir a por nosotros y aún no es el momento. - Le dije, me estudió la cara.
- Pero tu quieres que venga a por nosotros, quieres saber de Gustabo.
- Puedo hacerme la idea de donde está mi hermano, papá. - Murmuré sentandome en la mesa con todos menos Jota.
- ¿Y si ha muerto? ¿Quién crees que lo ha matado? - Dijo haciendo que me quedara callado. - Exacto. El FBI. Tu Viktor. - Se burló.
- Lo dudo muchísimo, no me cuadra. Hubiera encontrado el cuerpo ya.
- ¿Y va a desaparecer por arte de magia? Horacio no seas ingenuo.
- ¡Qué ya lo sé! - Le alcé la voz, no me dijo nada. Solamente me miró, me miró la cara y después las manos en la mesa. Cuando se hablaba de mi hermano, me ponía enfermo.
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El otro lado. (Volkacio AU).
FanfictionHoracio Pérez, el rayito de sol por donde pasa. Esto no era distinto en su infancia, desde los 16 años, empezó una relación amorosa con el ruso de su instituto. Viktor Volkov. Su padre tuvo que partir abruptamente de su familia, entonces Horacio se...