Capítulo 15

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// Sé que dije que no iba a poner más, pero por si..
T.W. Alcoholismo, vómitos...y ya de paso aviso un +18 //.

El camino a mi casa fue rápido, más que nada porque fui con una velocidad excesiva, aparqué enfrente de mi casa como pude mientras sentía como la garganta se me estaba cerrando.

Corrí hacia dentro cerrando la puerta yendo al armario donde estaba el alcohol, era mala idea. Pero el último recurso que tenía.

Gustabo muerto.
A manos de mi propio padre.
Yo trabajo para él.
Nunca me ha dicho nada.
Gustabo muerto, solo.

Por cada pensamiento bebí directamente de la botella mientras el estómago me daba mil vueltas de los nervios que llevaba encima.

¿Qué hago ahora? No me queda nada, ya no hay mafia. Ya no tengo la mafia, no soy un puto chivato, no quiero matar a mi propia madre.

Me dolía todo, me dolía hasta el alma, el primer sollozo arrancando de mi garganta mientras las lágrimas iban mojando mis mejillas a su paso. El pecho me dolía, sentía un vacío impresionante.

Justo como cuando me tuve que ir.

Todo esto es culpa de mi padre, tiene que pagar por lo que ha hecho.

Me entró una arcada cuando bebí un sorbo grande de una, quemándome la garganta de paso. Resolviéndome el estómago.

A que me di cuenta, me bebí toda la botella, iba a coger otra pero al levantarme me entró otra arcada, la definitiva, lo que comí aquel día ensuciando todo, manchando el tapete. Mierda.

Los sollozos eran audibles, no cesaban mientras como pude cogí un trapo y comencé a intentar limpiar el desastre que había hecho.

Como debía de hacer con mi vida, ¿no?

Limpiar el desastre que he hecho cuando me fui con mi padre.

Me apoyé estando sentado al lado del vomito cogiendo mi móvil marcando el número, mi vista borrosa de las lágrimas y me daba vueltas por el efecto del alcohol.

- ¿Qué cojones quieres? Me acabo de curar por culpa tuy... - Se acalló por mis sorbos de la nariz.

- N-No...no... - Mi voz temblaba, apenas salía. - No pu-puedo más Viktor.. n-no.. no sé.. que hacer yo.. - Le lloré directamente, patéticamente.

- ¿Dónde estás Horacio? - Dijo en un susurro.

Miré a mi alrededor sin acordarme ni donde estaba. - C-Creo que en mi.. mi casa.. gr..grande y va-vacia.. - Dije entre sollozos, limpiandome los ojos con la palma de la mano.

- No te muevas de allí. - Dijo y colgó, me puse en bolita, abrazando mis piernas escondiendo mi cara en mis rodillas mientras las lágrimas empapaban todo.

Recibí una llamada, la cogí sin mirar.

- Me ha dicho mi padre que te llame.. - La voz de Carlo sonó. - Me ha dicho..  que tengas cuidado con lo que haces.. - Dijo seriamente.

No le contesté, así que siguió hablando. - Está bastante cabreado desde que le has amenazado con tu madre.. No debería de importarme pero Horacio, mira por donde vas ahora. - Murmuró.

- ¿L-Le dices algo mi padre? - Le susurré.

- Si, claro.

- P.. Pero.. dis-diselo eh.. - Le murmuré señalando con el dedo como amenaza, aunque no me viera.

- Si..

- Dile que me coma los huevossss, - haciendo énfasis en la 's' - que ahora me voy a fffollar al director del FBI, voy a conseguir la visi..visita con mi madre y.. y la voy a sacar de su sufrimiento. - Amenacé.

El otro lado. (Volkacio AU).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora