10: Open Casket

16 2 0
                                    

Jueves, 17:23 pm.

Siwon Choi se alistaba para ir a ver a su 'amigo'.

Y si es que le podía si quiera llamar amigo, ya que todavía no se consideraban como tal, se veían a menudo para sus encuentros, en los cuales, Siwon se estaba acostumbrando a Kangin.

Podría decirse que era una especie de Friends With Benefits, y claro que no le molestaba en absoluto. Ese fue el acuerdo en primera estancia, no tenía la suficientes ganas de estar en una relación. Pero tal vez con el mayor lo intentaría sin problemas.

Aquel hombre era muy bueno en la cama; totalmente innegable al conocimiento del pelinegro. Era muy guapo, bien formado, e incluso parecía que su personalidad cambiaba radicalmente, se comportaba como un total caballero. Y eso ciertamente lo atrapaba un poco.

No solo era así mientras estaban entre las sábanas, lo era en privado con el menor, incluso conoció otras fases de Youngwoon que jamás creyó tener. Lo trataba especial; salidas silenciosas pero muy significativas. Tal vez era su manera de expresar sus sentimientos. Se robaban sonrisas y miradas muy discretas.

Pero muy en el fondo Siwon era consciente de que sólo era parte del papel. Se convencía al saber que sólo era porque él le entregaba su cuerpo y a cambio le daba el gusto, esas mismas palabras habían salido de él. Era de sus favoritos; no quería decir que realmente lo amaba

¿Cierto?

—¿Me veo lo suficientemente bien así?

Se preguntó a sí mismo; mirando su reflejo en el espejo. Llevaba una gabardina de cuero vino con estoperoles en los hombros, unas pequeñas cadenas que colgaban por la parte de su pecho, en la parte del cuello tenía un poco de felpa suave como si fuese pelo, abajo de esa excéntrica prenda tenía únicamente un chaleco negro sin mangas diminuto que dejaba al descubierto sus pectorales en V y dejaba ver un poco su abdomen. Unos jeans ajustados negros bastante elegantes y por último unos zapatos botines negros igual muy elegantes.

Solía pedir su calzado de forma personalizada, así que estos tenían un lustrado brillante impecable, unas cadenas colgaban para darle más elegancia y, sin falta un poco de altura en los talones.

Usaba plataformas nada exageradas, tal vez unos 5-6 cm. Sólo era para que lucieran más sus piernas y también porque acentuaba su trasero, con mucha y justa razón los utilizaba con Youngwoon; aunque estos al final terminaran regados por el piso al desnudarse.

Su peinado no variaba demasiado; un poco hecho hacia atrás con un pequeño remolino al final del cabello. Su cabello era algo largo pero siempre lo estilizaba. No iba a ser la excepción esta vez.

No se sentía tan conforme, puso un poco de humectante y brillo en sus ya de por si rojos labios. No necesitaba nada de labial ni rubor de labios para que tuvieran un lindo color.

Caminó hacia una de sus enorme estanterías y abrió una caja aterciopelada azul zafiro, de ella tomó un hermoso dije con una cruz y un zafiro centrado; evidentemente regalo de sus fans. Volvió al espejo que tenía unos bordes muy al estilo barroco, se miró.

—Creo que con ésto es suficiente.

Caminó hacia la salida de su recámara, bajó aquellas refinadas escaleras de caracol. No cabía duda que el santuario de el joven era totalmente lo contrario a su estilo musical, solía tomar fotos algo desaliñado y bastante rebelde, pero si alguien entraba a esa casa no creerían ni de chiste que es donde vivía el talentoso Siwon Choi.

Tomó su celular de tapa, un aparato que era blanco perlado y tenía dos colgantes que quedaban muy bien, una pequeña cruz y otro era un pequeño caballo; nuevamente era cortesía de sus fans. Solían apodaron Ma, por lo que llevaba con cierto cariño y humor ese distintivo mote. Abrió el teléfono para buscar en sus contactos al hombre que, ahora era castaño otra vez.

B. O. B Donde viven las historias. Descúbrelo ahora