20: Crush 'Em

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La amplia cafetería se encontraba vacía en ese momento, era temprano por lo que sólo eran ellos dos y al menos cinco personas que predominaban en el sitio. Movía con la cuchara aquella taza de café; contemplándolo sin ganas de beberlo, su mano reposaba en la mejilla golpeada anteriormente por Siwon, sus ojos volvieron a su estado anterior; ojos que Heechul siempre presenció. Ojos vacíos sin brillo alguno que los hicieran ver hermosos llenos de vigor, brillo que solo Siwon pudo avivar.

—Pudiste darle todo a mi padre en mi ausencia, ¿cierto? —preguntó con su tono de voz habitual, mismo al que Heechul estaba acostumbrado—. Te prometo que te pagaré todo en este momento.

—No digas tonterías —Heechul lo reconfortó—, me lo pediste como un favor, además, no lo necesito.

—No es que lo necesites —paró de menear el cubierto—, tu has hecho mucho por mí, es lo mínimo que puedo brindarte.

—No. No pude hacerlo bien.

Ambos sonrieron algo tristes.

—Eso ya no estaba en tus manos, Hee.

Por fin, bebió un poco de ese negro café que tenía un aspecto bastante cargado.

—¿Mi papá está bien? —cambió un poco el tema, pero el cual tampoco era agradable.

—No Youngwoon... —bajó la mirada algo afligido—. Es cuestión de tiempo para que suceda.

Youngwoon mordió su labio inferior con una faceta algo neutral, la cual, desvió a quien tenía en frente.

—Era algo que pasaría tarde o temprano —suspiró—. Igual no creo que quiera verme en ese estado.

Era consciente que su padre no desearía que su primogénito lo presenciara en estado vegetal o en una cama, entubado y de forma crítica. Por ello, Kangin se limitó a no decir nada más que pedirle de favor a su mejor amigo que le pagara todos sus tratamientos a su padre; sabía que a él no se los rechazaría aún sabiendo que era de parte de su propio hijo.

—Tienes que hacerlo —incitó—, pese a las circunstancias tienes que visitarlo. Tienes que decirle que regresaste y que estás bien.

—¿Y tú crees que a él le importa?

—Youngwoon...

—No quiero pelear, no es mi intención —se sobó la cabeza—. Pero tú ya sabes como es él.

Cruzaron sus miradas mutuamente.

—Él me odia.

Heechul bajó la mirada; cedió ante las palabras porque era una realidad innegable.

—Dile de mí parte que estoy bien, no tiene porqué peocuparse aunque no lo haga.

—Yo lo haré —dijo en un tono rendido—. Pero voy a lograr que vayas a visitarlo y él no te desprecie.

—Eso espero —brindó una cálida sonrisa a su amigo.

Ahora que se volvieron a quedar en blanco ante la escasez de temas de conversación Kangin trató de preguntar reanudándose en cuanto a su pareja —o ex pareja— debido a que pasaron dos semanas de su encuentro y no ha sabido nada de él, y por supuesto que le preocupaba. Quisiera o no seguía amándolo.

—¿Él va a mudarse? —trató de olvidar el tema anterior.

—Si te soy sincero no lo sé muy bien —declaró—. La verdad es que él se aisla mucho aunque trate de ayudarlo. Hemos estado atareados con el nuevo álbum y nos iremos de gira para promocionar la semana que viene.

Hizo un gesto ligeramente sorprendido; en el fondo sentía que se perdió tantas cosas.

—¿Nuevo álbum? —preguntó con cierta intriga esperando algo más profundo.

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