Pastizal de arroz.

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Akutagawa miraba la escama con curiosidad, Tora en su hombro lamia su mejilla – basta pequeño, pronto encontraremos a tu dueño, el príncipe, lo coronaran rey y yo seré el soldado que lo protegerá, a él, a ti, a todos. Tora hizo gruñidos ante aquello. Akutagawa sonrió ligeramente

― Apresúrense, tenemos mucho que caminar por el pastizal de arroz y no dejes que Tora se coma algo

― Estos pastizales están malditos, si Tora los come estaremos en problemas

― ¿Cuánto tiempo caminaremos? – pregunto Higuchi

― Por 4 días

― ¡¿QUÉ?! – gritaron

― Eso es mucho tiempo – se quejó Higuchi

― Alégrate, por lo menos es un recorrido tranquilo – menciono Shibusawa

Chuuya suspiro y miro a Tora – oye, Tora, ¿no deberías tomar otra forma?

― Déjalo cuervo – se quejó Shibusawa – Tora necesita guardar sus energías – miro a Dazai – tu deberías llevarlo en un bolso mágico bien cuidado

― ¿Qué no lo ves? Esta todo encariñado con Akutagawa, no los pienso separar

― Eres una bruja mala dejando a un tigre de su calibre con un simple humano

― Un humano soldado

― Maldición Dazai, ¿no puedes tomar estas cosas en serio?

― No, no del todo. Realmente estoy siendo serio en esto. Si separo a Tora y a Akutagawa, Tora se debilitará

― ¿pero por qué?

Dazai le sonrió a Shibusawa. El silencio inundo el lugar dejando a Akutagawa con una gran duda, aunque Tora solo bostezo 


...

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El príncipe perdido y el soldadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora