OJOS LLOROSOS

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OJOS LLOROSOS

Akutagawa llevaba el cuerpo sobre su espalda. Chuuya ayudaba a Dazai junto con Higuchi quien también llevaba a Tora - ¡Tora! Vamos pequeño, resiste – decía Dazai – aun te falta mucho por vivir, tengo mucha magia que enseñarte ¡TORA! – gritaba Dazai

― Tranquilo Dazai, llegaremos pronto y abrirá sus ojos – dijo Chuuya con lágrimas en sus ojos – calma

La preocupación era grande, Tora había caído después de que la luz azul se esfumo, para Akutagawa fue el hecho que la energía era fuerte, pero Dazai y Chuuya lo sabían. Estaba en un gran peligro.

Akutagawa supo que era grave al ver sus ojos llorosos. Chuuya y Dazai estaban en su límite.

Llegaron hasta Shibusawa, y es que era cierto, más que preocuparse por el cuerpo, todos estaban preocupados por Tora, ¿Qué tan insignificante era el cuerpo? O quizá era por que no estaba en peligro, no mientras él, Akutagawa, lo tuviera.

― Akutagawa-sempai, debemos llegar a la casa del brujo

― Lo sé, pero... - miro a Tora.

La bruja blanca y la bruja amarilla estaban levantándose nuevamente. - ¡DAZAI-SAN!

Dazai giro su rostro mirándolos. Shibusawa estaba decidido, se levantó, su largo cabello fue cayendo poco a poco y los hilos fueron creando un enorme escudo. Dazai cerro sus ojos a lo que Chuuya sin dudarlo lo abrazo de su espalda con gran fuerza.

"No fueron muchos ni fueron pocos, fueron los tallos de un amor roto.

No fue lo que perdí, fue lo que di, fueron mis lagrimas por las que resurgí

Como el fuego me elevo y entre raíces me extiendo.

El aire camuflo y mis sentimientos dibujo."

Las palabras de Dazai al aire hicieron un círculo brillante que los albergo a todos, Dazai se veía cansado, de un momento a otro fueron transportados y una vez más miraron la casa de Dazai. – Osamu – le llamo Chuuya abrazándolo entre sus brazos – resiste Osamu...

― ¿Qué ocurre? – pregunto Higuchi

― Usar ese transporte nos agota mucho – dijo Shibusawa igual de cansado y sin cabello – por eso el gran viaje

― Lleven a Tora – pidió Dazai – al sótano, allí cuiden de Tora y el príncipe. Tardaran en llegar

― Osamu... - le seguía llamando Chuuya

― Calma Chuuya, haz un poco de cangrejo

― Pero... pero no quiero soltarte

― Es que me dejaras pequeñito – dijo bromista y aun adolorido – anda, prepárame algo

― Cuidaré de él Chuuya – le dijo Shibusawa – tranquilo.

Chuuya tomo a Osamu, lo recostó en el mueble. Kyouka curaba las heridas de Shibusawa, Higuchi y Akutagawa tomaron el cuerpo de Tora y del príncipe.

En el sótano, había una cama de paja y una normal. Habían flores amarillas y moradas, Tora débilmente se acomodó, el azabache acomodo al príncipe. – Higuchi

― ¿si sempai?

― Necesito que vayas al reino, esas brujas malas quieren el cuerpo del príncipe, debemos protegerlo

― Pero sempai ¿se quedará solo?

― Me quedaré a protegerlos a todos, en lo que llegas con la armada. Dile a mi padre

― De acuerdo sempai

Higuchi salió corriendo del lugar, su misión era implacable y urgente. 


...

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El príncipe perdido y el soldadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora