El príncipe ha vuelto

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El príncipe ha vuelto.


El príncipe se levantó con respiración agitada, toco su pecho – Byakko, Byakko – miro a su lado viendo aquella estatua y sonrió tomándola, la abrazo con cariño – mi pequeño Byakko...

Akutagawa apretó los puños, nadie quería más a Tora que él, se arrodillo ante el príncipe – mi señor, príncipe. Bienvenido.

El chico lo miro confundido e igual de confundido hablo – Ryu ¿Por qué me hablas así? – cuestiono. El soldado no quería alzar su mirada

― Su majestad, no comprendo por qué usted me habla tan dadivoso y amigable

― Obvio, somos amigos ¿no?

― ¿eh? – aquello le hizo alzar su mirada - ¿de qué está hablando mi señor?

― Ryu, tú y yo, jugábamos de pequeños ¿acaso me has olvidado? Soy yo, Atsushi – sonrió – aunque solías llamarme Jinko...

El chico se sorprendió en grande, lo recordó, claro que sí, de pequeño jugaba con un chico de cabello gris casi blanco, sus ojos eran morados y siempre lucia ropa linda, era cierto, completamente cierto, y él, únicamente él lo había olvidado – pe-pero... de-desapareciste

― Si, tuve que – menciono levantándose. – oh, wooow... - expreso al casi caer, Akutagawa rápidamente lo sostuvo – gracias, aun no me acostumbro a estar en dos patas

― ¿dos patas?

― Ah si piernas

― ¿Qué está pasando? Yo...

― Ryu, te explicaré luego, debo salvar a Dazai-san y a todos de las brujas

― No puedes ni caminar

― Lo sé, pero yo...

― Recupérate ¿Qué tanto puedes tardar?

Atsushi trago saliva – Ryu. Gracias por cuidar de mi estos días y yo

― ¿de qué hablas? En verdad, ¿de qué hablas?

― Ryu ¿no lo notaste?

― ¿el que? ¿Qué?

― Yo... siempre fui Tora – le menciono y sonrió – fue lindo volver a jugar contigo

― ¿Qué?

― No desaparecí Ryu, las brujas me querían y mi padre hizo un trato con la bruja azul, Dazai-san, él quito mi alma de mi cuerpo y la metió en una estatua, mi cuerpo fue purificado y conservado por magia de las tres brujas, pero no sabían que el traidor era la misma bruja morado – suspiro – por suerte, solo Dazai-san sabía que mi alma no estaba en mi cuerpo

― Es decir que... ¿tuve al príncipe conmigo todo el tiempo?

― Si, tu energía fue buena para Byakko, crecí grande y pude volver a mi cuerpo gracias a ti

― Espera ¿byakko?

― Es el nombre de la estatua

― Pero te llamabas Tora

― Es un simple nombre para un gato tigre ¿no crees?

― Touche...

Atsushi sonrió de ver al soldado tan confundido, sin poder evitarlo, lo rodeo entre sus brazos alegre, y el azabache se quedó pasmado – me alegra volver a verte, Ryu... Gracias por venir por mi... eres mi eterno héroe...

Aquello sonrojo a Akutagawa, cierto, lo recordaba, Jinko, su gran primer y único amor había vuelto.

― Bienvenido a casa, príncipe Atsushi... 




...

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El príncipe perdido y el soldadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora